Capítulo XXXIX

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Cuando estaba en la escuela el maestro de química me había sacado al pasillo a mitad de la clase bajo la mirada atenta de todos los del salón y de mis compañeros de manada, la verdad no sabía para qué lo había hecho, me recargo en la pared y me cruzo de brazos.

—¿Hay algún problema, profesor? —pregunto mirándolo atenta.

—No puedes seguir faltando a clases de esta forma —me reprende con el rostro serio—. Se que tienes un deber con tu manada pero al igual tienes un deber aquí, en la escuela, ¿entiendes?

Lo volteo a ver unos segundos con atención mientras que con discreción olfateo un poco para darme cuenta de que era un licántropo. Arqueo una ceja y me separe de la pared.

—No volverá a pasar profesor —respondo con una sonrisa de inocencia—. ¿Es todo de lo que quería hablar?

—Si, ahora entra al salón.

Asiento lentamente y entro de nuevo al salón seguido del profesor quien continúa su clase como si nada mientras mis compañeros de manada me miran con el ceño fruncido a lo que yo hago un gesto para restarle importancia, por ahora en mi mente rondaban las palabras de Dante, dijo que era una sorpresa y que esa sorpresa estaba en algún lado. ¿Qué podría ser? Me preguntó a mi misma, volteo a ver a Elin unos segundos también preguntándome si ella sabía algo que yo no, medito mis palabras y cuando abro la boca para preguntarle ella me interrumpe:

—No te diré nada.

—¿Por qué no?— pregunto dolida.

—Dante nos prohibió decirte —comenta ella mientras sonríe con superioridad.

—¡No es justo! —exclamo en un susurro mientras me cruzo de brazos—. ¿Ni siquiera una pista?

Elin mira por unos segundos hacía delante y suspira rendida mientras yo sigo esperando a que me diera aunque sea sólo una mínima pista de lo que hoy pasaría, se inclina un poco hacía mí con una sonrisa cómplice.

—No te diré.

—¡Traidora! —exclamó molesta.

Ella suelta una risita y se levanta cuando la campana mientras yo tomo mis cosas con enojo y planeo mi siguiente víctima, me acerco a Dereck y lo abrazo por la cintura mientras una sonrisa infantil sale de mis labios. Quizá pueda darme la pista que necesitó para saber qué pasará hoy.



—¿Entonces no te veremos a ti y a Ayleen en un rato? —pregunta Adam mientras levanta las cejas.

—No va a pasar eso —comenta William con un poco de enojo—. Cuidas a mi hermanita.

—Lo haré y bueno, Will tiene razón eso aún no pasará —respondo tratando de calmar a ambos.

Nos encontrábamos en la cafetería de la escuela donde les había contado el plan que tenía para hoy y por el cual no estaríamos en gran parte del día, Adam se había traído un BMW azul opaco para llevarse a Will y pasar por los gemelos mientras que yo había venido en moto. Esperaba que Gemma logrará darle las cosas a Leen sin que ella hiciera tantas preguntas y que el plan saliera bien.

—Entonces, ¿regresan mañana? -—vuelve a preguntar mi beta.

—Mañana o durante la madrugada así que no quiero que incendien cosas —amenazo con el tenedor que tenía en la mano.

—¿Que podríamos hacer? —pregunta de nuevo pero ahora con inocencia.

—¿Que hicieron la vez pasada? —interrumpe William.

Legión de Lobos TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora