Capítulo XXXIV

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Respira hondo, él estará bien, sus huesos están sanando y las heridas sólo son superficiales. Se estaban, estará bien...

La puerta del cuarto donde estaba mi mate estaba cerrada y el doctor me había negado entrar a pesar de haberle dicho quien era, Troy y Will entendieron que no podían matarlo si no querían perder a su hermana así que solo quedaba soportar al enemigo aunque ellos decidieron quedarse en la casa de la manada. Los padres de Dante habían llegado al hospital también porque Gemma los llamó y ahora estaban caminando de un lado a otro como animales en jaulas, de hecho, toda la manada estaba esperando noticias de su Alpha en la pequeña sala de espera.

—¿Por qué no vas a hablarle a los padres de Dante? —pregunta Eli—. Creo que también necesitan saber que su Luna está aquí .

—No me conocen Eli —respondo con un suspiro—. Y no creo que este sea el momento adecuado.

—Te conocieron cuando estabas inconsciente —comenta Ev ahora—. Cuando tu demonio quiso venir a visitarnos.

—Ay no.

Me cubro la cara con las manos mientras recargo mis codos en mis rodillas, lo que menos quería era que me conociesen por llevar un demonio mayor dentro de mí, suspiro con fuerza cuando escucho los pasos de alguien acercarse.

—Está solicitando ver a su Luna —comenta una enfermera.

Me levanto de aquella incómoda silla y noto la mirada de sus padres fija en mí, me muerdo el interior de la mejilla mientras camino detrás de ella en silencio siguiéndola por los pasillos. Quizá ahora mismo, lo necesario era estar con mi mate, solucionar las cosas y esperar a que mis hermanos los bestias puedan entender lo que sucedió.

Aunque yo también necesitaba y merecía una explicación.

La enfermera se detiene ante una puerta y la abre dejando ver un cuarto de color azul con un pequeño sillón en la esquina izquierda, una tele y una silla de plástico y al otro lado había un pequeño armario de madera y otra puerta a la cuál suponía que era el baño, en medio de todo aquel cuarto azul con aroma a desinfectante estaba mi mate, quien me veía con sus ojos azules atento, tenía el torso desnudo donde se veían algunas marcas de dientes. Me acerco a él con pasos dudosos sin quitar mi mirada de la suya.

—¿Estás bien? —pregunto nerviosa.

—Recuérdeme para la otra que tus hermanos son peligrosos —comenta con una débil sonrisa—. Quisiera estar a solas con mi Luna.

Miro a la enfermera quien solo asiente y se retira cerrando la puerta, volteo la mirada a Dante dándome cuenta de lo tan lastimado que estaba.

—Mereces una explicación de lo sucedido —vuelve a hablar tras unos segundos de silencio—. En el baile.

Quería escuchar, quería saber, tenía curiosidad pero a la vez sabía que era una realidad a la que no estaba lista. ¿Si su contestación me dañaba? ¿Si era una mentira? "Quizá sea más una verdad" comenta mi subconsciente.




Miro a mi mate quien solo se queda mirando a algún punto lejos de mí mientras se muerde el labio con gesto nervioso. ¿Qué estará pasando por su cabeza? ¿Qué piensa?

Sólo dile lo que sucedió y que ella decida —comenta Thiago—. No podemos perder tiempo si es que el traidor aún está en la manada.

Tomo saliva nervioso, quería centrarme en ella y contarle la verdad, admitía que lo que sus hermanos hicieron estuvo bien, lo merecía por caer tan estúpidamente en aquella maldita trampa. Además de que sus hermanos sólo trataron de protegerla, es un beta y un híbrido que sólo protegen lo que quieren: su hermana.

—En el baile —comienzo a hablar con esfuerzo interrumpiendo los pensamientos de ella—. Cuando estabas cantando, llego una chica y comenzó a hablarme.

—¿Me vas a decir que ella fue la que te beso? —habla con dolor en la voz—. Dante sentí lo que sucedió.

—Era una hada —respondo rápido sintiéndome culpable del dolor que debió pasar—. Fue contratada para lastimarte a ti y a mí, hay un traidor dentro de nuestra manada.

Esperaba que creyera en mí, esperaba que notará que lo que decía es verdad, la fuerza de la manada somos nosotros y necesitamos proteger a los nuestros de lo que se avecina.




—¿Qué? —pregunto sin entender aquellas palabras.

¿Quién podría ser capaz de cometer traición a su manada? ¿Qué creen que lograrán con ello?

Al lastimar al Alpha y a su Luna la manada queda vulnerable —comenta Sky temerosa—. Alguien quiere hacernos caer.

—La hada dijo que hay un traidor entre nosotros, que quiere ver a la manada caer —habla Dante preocupado—. ¿Me crees?

Le creía, creía sus palabras, sabía que era real, no se cómo pero sabía que lo era, alguien amenaza a nuestra manada y la está destruyendo desde adentro. Era una Alpha al igual que Dante y sentía la necesidad que él tenía: proteger a todos.

—¿Cómo sabremos quién es el traidor?

—No lo sé —responde él mientras tira de la cinta que tenía pegada a una aguja que estaba conectada a una bolsa de suero—. No tenemos idea de quién quiere vernos lastimados.

Legión de Lobos TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora