Capítulo 19

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(Yeray)




La cafetería estaba llena de estudiantes en busca de buena comida, por ellos había muchos que se empujaban con tal de tener uno de los primeros puestos en la fila. El día de hoy había decidido traer mi almuerzo desde casa, por lo que solo estaba esperando a que Santiago y su "amigo" llegaran de la fila.

Habían transcurrido dos semanas desde que tuve esa extraña discusión con Carlos, y aunque según mi padre ya tenía un comportamiento casi tan normal como el de cualquier otro paciente, yo seguía bastante preocupado. Digo, no es sano tener que estar dentro de un psiquiátrico, y el problema de Carlos no es que comenzara precisamente ahí.

Durante este tiempo había recibido algunos mensajes del chico que había conocido en el bar y que aun así aun no recordaba su cara, pero ninguno de esos había obtenido una respuesta de mi parte. Aun no tenía el valor de enfrentar a ese chico, y ni siquiera terminaba de creer totalmente las palabras que Santiago había usado para relatar mis actos de esa noche. Yo no era tan atrevido.

—¿Te encuentras bien? —la vos de Santiago me saco de mis pensamientos e hizo que me concentrara en el sándwich a medio comer que tenía frente mío.

—Emm... si. Sí lo estoy —respondí al tiempo que me acomodaba en mi asiento y tomaba mi almuerzo para darle otra mordida. Cuando termine de masticar me dirigí a las dos personas sentadas frente a mí—. ¿Y ya han comenzado a salir?

El color carmín tiño la cara del pelimorado, mientras que mi amigo se atragantaba con la galleta que estaba masticando. Después de unos segundos en los que intento controlar su respiración, me respondió.

—¿Pero qué dices? —pronunció rápidamente antes de dar unos tragos a su botella con agua. Se le veía bastante nervioso, a lo cual no pude evitar soltar una ligera risa.

—Bueno, para estas alturas pensé que ya estarían saliendo formalmente —mire a Eduardo quien tenía gacha la mirada—, pero veo que aún no te decides a dar ese paso.

Di otra mordida a mi comida para continuar mirando de forma interrogante a mi amigo, mostrando que realmente esperaba una respuesta.

—Sí, bueno, ¿tú ya has hablado con Carlos?

Lo mire frunciendo el ceño, esa había sido una sucia jugada. Sin embargo, solté un pequeño suspiro antes de responder.

—No, sigue sin dignarse a hablarme. Cada que voy solo me responde con monosílabos a las preguntas que sabe son de rutina e ignora lo demás. Se le ve más demacrado físicamente, pero mi padre insiste en que he realizado un buen trabajo, pues los ataques no han vuelto a presentarse, pero... yo ya no sé qué hacer para ayudarlo.

Sentí mi celular vibrar dentro de mi bolsillo, por lo que mientras a alguno de los dos se le ocurría algo que decir, lo saqué solo para ver que la pantalla anunciaba un nuevo mensaje, de la persona que aún no tenía el valor de ver. David.


De: David

Espero algún día te dignes a contestarme, amorcito. Ahora que no los has hecho, he pensado que puede que tu amigo no mintiera sobre lo del alcohol, pero realmente me agradaste, y aun si no quieres tener nada, podríamos quedar para hablar. ¿Te parece?

Un beso.


Ese sujeto tenía que estar loco. Después de todas las insinuaciones que me envió me hablaba de esto como si fuese cosa de nada, pero aun así lo había hecho. La idea de hablar no era tan mala, y me serviría para saber que fue exactamente lo que dije e hice esa noche. Esta vez, podía ponerme a considerar un poco su oferta.

Mátame |Miénteme 2| [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora