Capítulo 1

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(Yeray)

Hoy era el primer día. Hoy comenzaría a trabajar en el hospital de mi padre, y aunque no recibiría paga, me ayudaría demasiado a la hora de prepararme para trabajar de verdad después de concluir mis estudios. Aunque estos estuviesen apenas por comenzar.

El haber ingresado a otra escuela para el último año de preparatoria no había sido fácil, pues yo no quería irme para empezar. Pero mis padres y sus ideas me forzaron a hacerlo.

Al parecer, no querían que continuara con mis habituales “acosos”. La verdad, no se a que se referían con eso. Yo solamente buscaba ayudar a las personas. Pero, al parecer, comenzar a preguntarles cosas sobre su vida privada, para cerciorar la información que tomaste prestada sin permiso de la oficina de la dirección, es considerado acoso.

Los profesores estaban en desacuerdo con eso, y para que mentir, también mis padres, por lo que decidieron sacarme de la escuela antes de que me expulsaran y se dañara mi historial escolar.

A Santiago no le gustó la idea de quedarse “solo” en la escuela, así que decidió cambiarse de escuela junto conmigo. La verdad, no me moleste, pues no me apetecía conocer a nuevas personas, y a él le quería mucho.

Hoy era domingo, y mañana debería iniciar las clases, pero hoy debería conocer a mi paciente en el psiquiátrico, y la verdad era algo que me emocionaba mucho, pues desde siempre había admirado el trabajo de mi padre, y claro que era algo que me gustaba.

Me vestí, después de haberme bañado, y salí de mi casa tras despedirme de mi madre. A ella no le agradaba demasiado que yo cuidase de alguien, pues según ella ni siquiera podía cuidar de mí, pero aun así había aceptado que lo hiciera, pues prefería que investigara legalmente a un paciente, a que investigara ilegalmente a un desconocido... bueno, desconocido según ella, pues si uno le investiga, a lo conoce, ¿no?

***

Me encontraba frente al psiquiátrico, y ya me estaba poniendo nervioso...

¿Y si el/la paciente no me quieren hablar? ¿Y si me agradan? ¿Y si realmente no tengo la vocación para esto? ¿Y si mejor me voy?

No, no me podía rendir ahora. Le había rogado demasiado a mi padre para tener un paciente propio como para echarme retractarme e irme. Debía entrar, y ahí, tendría que aprender a solucionar las cosas con los pacientes.

Aparte, este siempre ha sido mi sueño... si no tuviese vocación hace tiempo que lo habría dejado, ¿no?

Bien, creo que debo entrar. Di un suspiro, y liberando el aire contenido, intente liberar también las dudas y los miedos que me atormentaban; lástima que, quizás, ellos encontrasen otra persona en quien habitar.

Resignándome a ese hecho, ingrese en el enorme recinto, y mi padre no tardó en llegar a recibirme.

— ¡Hijo, que bueno que has llegado! —me dio un rápido abrazo, y continuo su charla sin darme oportunidad de contestar— el paciente que te he asignado es un poco... especial. Pero sé que podrás tratarlo, por ello te lo he asignado. Debes revisar su historial, está sobre mi escritorio en la oficina. Ya sabes cómo llegar. Luego te debes reunir con a las 9:45 am, no antes, ¿entendido?

— Eso me deja con cuarenta minutos para revisar su historial, y asumo que en el viene incluido en número de su habitación, ¿cierto?

—Ese es mi hijo, tan responsable e inteligente como su padre. Y sí, ahí viene todo. Yo debo irme a revisar a otros pacientes. Te veré a la hora del almuerzo, ¡suerte!—y sin decir otra cosa, o darme tiempo  para responder, mi padre se alejó de donde me encontraba.

Camine rumbo a su oficina, a la que sabía cómo llegar gracias a las innumerables visitas que había hecho a este sitio, y siempre lo encontraba ahí, o ahí debía esperarlo. Hoy sería la primera vez que ingresaría a alguna de las habitaciones con los pacientes, pues solo habían ingresado antes para hacer trabajo de limpieza.

Al llegar a aquella oficina ingrese sin necesidad de usar las llaves que me había dado mi padre, o bueno, la copia delas llaves originales. Él nunca cerraba su oficina, salvo por las noches, pues confiaba en sus empleados.

Lo único que estaba en su escritorio era un folder color crema de tamaño oficio, con el nombre de «Carlos Zamora», y según me había dicho mi padre antes, ese era mi paciente. Me acerque, después de haber cerrado la puerta con llave para evitar interrupciones, y comencé a leer.

Nombre: Carlos Zamora

Edad: 18

Antecedentes: Ataques de histeria. Principios de esquizofrenia. Ataques de pánico. Alucinaciones. Doble personalidad. Trastornos psicóticos.

Diagnóstico: Inconcluso.

Habitación: 246

Historial: Tratamiento de seis meses por principios de esquizofrenia y alucinaciones. Borrado de memoria y reintegración social. Integración de nuevos recuerdos. Contantes visitas a psicólogos como familiares. Regreso a las instalaciones por ataque de pánico, histeria, alucinaciones, depresión y estrés post-traumático.

Tiempo de estadía actual: Siete meses de estadía cumplidos el 19 de Julio.

La verdad, el chico me dio un poco de lástima. El chico debía tener bastantes problemas para haber terminado así.

Pero a la vez, me aterraba la idea de que por ser mayor que yo, no quisiera escucharme, y yo no pudiese ayudarlo.

Decidí dejar eso de lado, y comencé a leer el resto del informe.

***

Deje el archivo donde lo había encontrado, y camine hacia la puerta de la oficina para ir donde mi paciente. Pero apenas al abrir, dos brazos me rodearon.

— ¡Yer! ¿Por qué me has abandonado? Se supone pasaríamos la tarde juntos...

— Exacto, la tarde, no la mañana. Sabes que hoy comienzo mi trabajo de preparación... —le recordé a Santiago, quien me estaba asfixiando por la fuerza del abrazo.

— Eso no se vale. Deberías divertirte más, y pasar más tiempo conmigo —hizo un puchero.

— Te vería hoy en la tarde, y también mañana... y el resto de la semana, no pasaba nada por estar esta mañana un rato sin ti, ¿cierto? —le mire un poco mal. Me chocaba cuando actuaba así de infantil... Pero aun así le quería demasiado...

— ¡No es suficiente! Se supone debes estar todos los minutos, de todas las horas, de todos los días conmigo Yer —me dijo aflojando un poco su agarre.

— Sabes, estas exagerando —le reclame, y comencé a caminar para no llegar tarde con mi nuevo paciente.

— No lo estoy, y... ¿A dónde crees que vas... —jalo de mi brazo para quedar en frente mío— sin esto? —y antes de poder reaccionar, sus labios estaban suavemente posados sobre los míos.

ᴖᴗᴖᴗᴖᴗᴖ

Digan la verdad, ¿qué les ha parecido? ¿Se esperaban el beso? Verdad que no... ¬w¬

Bien, el personaje de «Santiago» fue el ganador del concurso para tener un personaje, ¡felicidades a @floweroftears! Y por ello para ti va este capítulo... espero les guste mucho :’D

También, espero se puedan pasar por mi “nueva obra”, que son unas “recolecciones” de One Shots... y bueno, pues espero que la revisen si les llama la atención...

Y lamento la tardanza, pero por aquí aún son las... 10:50 pm, ¡aun es miércoles!

Les aprecia y quiere:

-SS

Mátame |Miénteme 2| [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora