Capítulo catorce

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"Malas ideas, buenos recuerdos."  


"Eres un pésima amiga, me olvidaste" se quejó Ellie por el altavoz.

-Eleonor, hoy no es mi día, no jodas –decía mientras agarraba el puente de mi nariz. Con todo lo ocurrido el día de hoy mi cabeza estaba a punto de explotar.

Me levanté del sofá con el celular en mano y la llamada entrante de Eleonor, mientras me dirigía hacia la cocina en busca de comida.

En un rato vendría Aaron y quería tenerle ya la comida lista, pero desafortunadamente no sabía cocinar.

"¿Me estás escuchando, Alexa?" –la queja de Eleonor me sacó de los pensamientos.

-No, perdón. Tengo la cabeza en otro lado. –suspiré. -Es solo que... tengo que cuidar de Aaron , ¿entiendes? –se escuchó un silencio y luego Elie habló.

"Voy para allá" –y colgó.

Pasaron minutos hasta que se escucharon dos toques en la puerta de entrada. Caminé hasta ella y la abrí.

-¡Sorpresa! –chilló Eleonor mientras se adentraba a mi casa e iba directo a la cocina, la seguí luego de cerrar la puerta con seguro.

Apenas me adentré en la cocina la observé sacar bolsas del mercado de su mochila. Observaba cada movimiento que hacía Elie para cocinar el platillo, tenía que aprender de una u otra forma.

Para mi suerte, Caleb no iba a estar en casa en todo el día, lo que no me sorprendía, desde la ida de nuestro padre mi hermano mellizo había cambiado bastante, pero al parecer con la muerte de nuestra madre lo había afectado aún más.
Como para bien, como para mal.
Algunos días estaba bastante cariñoso, otro indiferente; unos te ignora, otros te adora.

Era complicado, pero era mi hermano.

-¿De dónde aprendiste? –Elie se dio vuelta a observarme unos minutos y luego volvió a lo suyo.

-¿A qué te refieres? –pregunta confusa.

-Ya sabes, cocinar.- le señalé con el mentón, aun así sabiendo que no me podía ver; Eleonor estaba de espaldas realmente concentrada mientras yo estaba cruzada de brazos apoyada en el marco de la puerta observando detenidamente a mi mejor amiga cocinando para después aplicarlo en la siguiente ocasión.

-Oh... –soltó avergonzada. –Pues, mi abuela, mi tía y mi madre me han enseñado para aplicarlo cuando sea mayor. –pude notar tristeza en su voz, pero rápidamente cambió de tema, queriendo evitar el anteriormente hablado. -¿Y Caleb?

-Prefiriendo a sus amigos antes de lo que queda de la familia O' Donnel. –bufé.

-Será idiota. –me reí ante su actitud.

-Pero te gusta. –mi risa aumentó al verla quedarse inmóvil y cabizbaja. Me apoyé en el mesón donde justo estaba Elie, pero un poco más alejada. –Desde aquí noto tu rubor. –canté burlona.

-Mentira –murmuró bajo mirando hacia otro punto.

-Verdad. –sentencié en broma.

-Y si lo fuera, ¿Qué harías? – me miró con un brillo que no pude descifrar, a lo que fruncí mi ceño. –Seguramente piensas que soy tu amiga porque me gusta tu hermano. –tomó una bocanada de aire. Su voz temblaba sospechosamente. –No quiero que pienses eso porque primero te conocí a ti y me acerqué con intención de ser tu amiga sin conocerlo. Lo siento, de verdad, perdón. –la miré tratando de analizar cada palabra ya que había hablado bastante rápido. Algo me decía que había algo más, pero ignoré el sentimiento.

CHRISTOPHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora