Capítulo dieciséis

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-VIERNES 09:14PM-


-¿Desde cuándo eres...?- preguntó Eleonor mientras remojaba una papita en Ketchup. La miré mientras seguía concentrada en masticar mi hamburguesa.

Lo pensé.

¿Desde cuándo era Dash?, me pregunté internamente.

La respuesta obvia, todo comenzó cuando mi padre nos abandonó, pero, ¿En qué momento?

Tal vez fue una de las tantas veces que de pequeña que salía a escondidas del patio, agarraba los aerosoles, qué usaban para pintar los muebles, y dibujaba en mi escondite; que en aquellos en aquellos tiempos sería la casa abandonada que estaba a la vuelta de mi antigua casa en Londres, y en estoy tiempos es totalmente reconstruida y habitada por una pareja de ancianos. -¿Alex...?

-Oh, sí... -pensé en esos tiempos. -A los trece o catorce años comencé a serlo. -sonreí. Recordé cuando tenía entre quince o dieciséis años, mi madre me había encontrado en esa casa pintando a las cuatro de la madrugada y me prohibió volver, cosa que no hice caso, y seguí viviendo hasta que mi padre se fue, ese día fue cuando dejé de ir a esa casa y comencé por los callejones, para expresar como me sentía.

Angustia, malestar, tristeza, soledad, depresión, incomprensión, entre otros más sentimientos negativos.

-¡Alexa! -me llamó Eleonor, preocupada. Su voz se escuchaba lejana, como si yo estuviera en el comienzo de un túnel y ella en el final. -¡Caleb, ayúdame! -sentí unas manos agarrándome de los hombros y luego zarandeándome, con la intención de volverme a la realidad, pero por alguna razón no podía. Todo lo que veía era una adolescente de dieciséis años cuidando de su hermano pequeño de tan solo un año, sola, porque su madre no podía o porque su hermano nunca estaba u otras de tantas veces cuando no le prestaba atención, o llorando porque nunca salía a fiestas o con sus amigas, causando que la abandonaran y terminara sola por ser "antisocial".

De un momento a otro me encontré con el rostro preocupado Caleb. Pero solté una risa falsa cuando reaccioné.

¿Desde cuándo mi hermano se preocupaba por mí?

Miré a mí alrededor sintiendo como todos los alumnos del instituto estaban mirando la situación en la que me encontraba, entre ellos, el grupo de Christopher.

-¿Estás bien? -preguntó mi hermano con voz preocupada. Lo empujé mientras lo veía decepcionada. Él prefería estar con sus amigos antes que con nosotros, él me ignoró cuando más lo necesité y nunca estuvo para consolarme cuando lloraba por las noches; ahora tenía el descaro de "preocuparse" por mí cuando solamente había acumulación de personas. -Alexa... -lo interrumpí.

-No. -estaba realmente dolida, sentía mi pecho estrujarse y mi corazón achicarse. Se suponía que la familia se apoya y yo nunca recibí apoyo. -Necesito estar sola. -murmuré y me largué de allí a pasos rápidos para después caminar por los pasillos.

Miré la hora; 09:23AM.

De un momento, recordé todas las personas como miraban la situación y entonces entendí que, por hoy, no podía seguir en este establecimiento.

Y entonces lo pensé, consideré en ser Dash por unas horas, pero todo se esfumó cuando medité que me podrían ver, era de día, uno muy soleado, y estaba en un instituto, donde podrían reconocer la campera o mi máscara a simple vista.

Pensé en hacer algo mejor, algo que me distraiga, que me haga olvidar todos mis problemas y me haga sentir libre de ellos, en otra dimensión, y cuando una idea iluminó mi mente me encaminé hasta mi casillero y, sin pensarlo dos veces, agarre los auriculares y las llaves de mi moto y pero finalmente las solté considerando que sería mejor ir caminando hasta una plaza no muy lejos de aquí.

CHRISTOPHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora