"Alexa, te necesito. Ven a la casa de Liam, por favor. Te espero. - Eleonor"
Leí nuevamente el mensaje de Eleonlr antes de tocas varias veces al timbre de la casa. Los minutos pasaron y las piernas me dolían de tanto esperar, hasta que de pronto se escuchó un grito, seguido del sonido de la cerradura chocar con las llaves e abrirse, mostrando a un muchacho de no más de 18 años; cabello castaño oscuro, piel bronceada, con pecas debajo de sus ojos mieles. Era guapo, no lo podía negar.
-¿Se te ofrece algo? -preguntó confundido, levantando una ceja. Traté de mirar sobre su hombro intentado ver si estaba Eleonor dentro, pero nada. Volví mi atención a él y pude ver que él me analizaba con el ceño fruncido.
-Busco a Eleonor, ¿Está aquí? -frunció aún más su ceño ante mi repentina pregunta. Asintió asimilando mi pregunta, para luego señalar con su pulgar detrás de él, sin darse vuelta. -Está en mi habitación, encerrada. -murmuró por lo bajo. Asentí y me adentre a la casa una vez que el muchacho se corrió a un lado, dejándome pasar. -Tercera puerta a la derecha.
-Gracias... -agradecí esperando saber su nombre.
-Liam. -asentí. -Su primo, un gusto.
-Gracias, Liam. -y me retiré de allí siguiendo las indicaciones que me había dado el hermano de Eleonor. Caminé hasta la escalera y subí, observé cada pintura que colgaban de las paredes de los pasillos, hasta que me topé con una puerta pintada totalmente de purpura, con carteles advirtiendo sobre tocar antes de pasar, llamando mi atención. Caminé hasta allí y apenas estuve al frente de la puerta pude escuchar sollozos. Inmediatamente me preocupé. -¿Ele?
-¿Alexa? -sonó esperanzada. Me apresuré a tocar la manecilla, pero no cedía.
-¡Sí Ellie, soy yo! -respondí a casi a gritos.
Estaba realmente preocupada por ella. Intenté nuevamente abrir la puerta, pero, nuevamente, no cedía. Golpee la puerta con mi puño, furiosa conmigo misma y a la vez con Eleonor, quien no respondía a mis suplicas.
-¡Ábreme, soy yo, Eleonor! -grité frustrada.
De pronto sentí el ruido de unas llaves chocar contra la cerradura e inmediatamente me separe de la puerta, para después observar una muy destruida Eleonor. Sus ojos verdes estaban rodeados de un rojo, obviamente de tanto llorar, irradiando dolor, tristeza, depresión y debajo de ellos se encontraban adornados con inmensas ojeras; su rostro pálido como un papel y con su cabello rubio todo despeinado y desalineado.
La miré sin entender la situación, mientras ella solamente miraba sus pies.-Necesito desahogarme de una vez por todas... -soltó apenas audible. Levantó apenas la mirada y me observó para luego suspirar y dejarme pasar. -No creo lograrlo, pero no soporto más éste dolor.
-Soy toda oídos. -dije con una pequeña sonrisa mostrando apoyo, ella me la devolvió.
-Mi familia... -murmuró. - Mis padres están separados y...-suspiró. - Cuando pasó todo tenía quince años, no entendía mucho respecto al tema...- sollozo. - en esos momentos nuestra familia sufría crisis financieras... -absorbió su nariz.- y confesarme... Dios...
La interrumpí cuando trató de abrir su boca.
-Eleonor, respira, tranquilízate y luego habla, ¿Si? -asintió. -No me voy a ir a ningún lado, voy a estar acá, apoyándote. -sonrío causando que ella soltara una débil sonrisa.
-Tienes razón. -suspiró. Luego de unos minutos habló. - Tengo que decirte algo, yo... verás... no puedo contarte con exactitud pero... -suspiró. -Ocurrió algo, ¿sí? -yo asentí aun sabiendo que no me podía ver. -Lo que no sabía eran las discusiones de mis padres cada noche a causa mía. Un día bajé a escuchar tantos ruidos y lo que oí fue horrible. -se le aguaron los ojos. -Mi propio padre decía que era una deforme, una mal nacida, sentía su odio... -se sacó un par de lágrimas y levantó la cabeza, tratando de mostrar lo fuerte que podía llegar a serlo. -Semanas después de un incidente a causa mía dónde escapé, de vida o muerte, mis padres se separaron. La justicia desde aquél día me dejó con mi padre; fue lo peor que podrían haber hecho, todos los días me culpaba de las discusiones con mi madre, me decía que tendría que haber muerto... -no pude evitar apretar los dientes de la furia que sentía. -Hasta que escapé para quedarme con mi abuela materna y mi madre. A mi padre no lo volví a ver nunca más, pero aún sigo con el miedo de volvermelo a encontrar.
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CHRISTOPHER
Fiksi RemajaTras la muerte de su madre, Alexa junto a sus dos hermanos se ven obligados a volver a su ciudad natal, al estar bajo la custodia de su padre, teniendo que dejar todo atrás lo ocurrido en Londres, a excepción de Alexandre. En Manchester es allí dond...