Débil

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Su mirada de enojo me hacía sentir triste y no sabía realmente porque.

-Levántate- me ordeno, su voz era tan grave que me hizo estremecer y sin saber bien porque, le hice caso. -¿Porque se te ocurrió escaparte del laboratorio?- se veía mas enojado. No conteste -¿Sabes todo el dinero que fue invertido en esa investigación como para que lo arruinaras?- Baje la mirada. ¿Porque dejaba que me tratara así? en cualquier otro caso ya hubiera comenzado a rezongar.

Trataba de hablar, pero no lograba que ninguna consonante saliera de mi boca. No entendía, lo menos que me interesaba era saber sobre su dinero y su estúpido laboratorio que dejo mis brazos llenos de piquetes. A él ni siquiera lo conocía y aun así me sentía mal.

-Lo... Lo siento- logre articular con la cabeza baja. Apreté con fuerza mis nudillos y cerré los ojos con una mueca por seguir sintiendo el dolor de mi mano.

-Sígueme...- hablo una sola vez, se giró para comenzar a caminar y yo lo seguí sin protestar. Él iba bastante tranquilo, parecía que el enojo ya se le había pasado. Fuera de esa oscura habitación, ya podía ver de nuevo esos pasillos blancos y esos paisajes tan lindos. Pero la mayoría del tiempo en le prestaba más atención a él, viéndolo de reojo, siempre de traje y con su cabello perfectamente arreglado, llevaba las manos en los bolsillos, se veía muy joven.

-Oiga...- hable a la mitad del camino, pero él me ignoro, así como había pasado la última vez.

No quise insistir más, pero quería saber que harían conmigo ahora, a donde me llevaba y porque.

-¿A dónde vamos?- Nunca contestaba a mis preguntas.

Me irrite un poco al no sentir una respuesta. Decidí observar de nuevo las paredes, conforme avanzábamos, las paredes empezaban a verse menos vacías, había algunos juguetes por el piso y algunas paredes estaban pintadas con lo que parecían crayolas. ¿Había niños aquí? Después, giramos por otro pasillo y ya no pude ver a donde guiaba el camino de juguetes, entramos a una sala grande, se veía bastante cómoda, parecía un cuarto de juegos, ya que tenía una consola con un par de videojuegos y una gran televisión en frente de unos sillones bastante acogedores, había una pequeña cocina en una esquina y un gran librero.

-Vas a comenzar a intégrate. Quiero ver una demostración de lo que sepas hacer- hablo de repente sorprendiéndome.

-¿Qué?- ¿A qué se refería con demostración?

Escuche unos pasos y algunas voces acercarse al lugar donde estábamos, me puse nervioso de repente, podía sentir como se acercaban. Entraron como diez chicos, todos usando el mismo uniforme que yo y que parecían tener mi misma edad, venían conversando trivialidades de manera agradable y común entre ellos, al verlos entrar me sorprendí ¿Todos ellos eran los mismo que salían en las noticias? ¿Los mismos, tan apagados y fríos? Nunca me había imaginado estar frente a ellos.

En cuanto me vieron, se detuvieron por completo algo, mirándome de pies a cabeza, igual de sorprendidos que yo al verme. Nunca los había visto antes, quizá alguna vez en la televisión, pro por ahora los únicos rostros conocidos eran los del par de gemelos y el de Eriel, los cuales venían por atrás.

-¿Él es el novato?- pregunto un chico pelirrojo de los primeros en entrar con una sonrisa que parecía de... ¿burla?

-Así es- dijo el "Controlador" -A partir de ahora formara parte de los entrenamientos-.

-¿Quien se encargara del?- pregunto otro de los chicos del frente -No quiero imaginarme al desafortunado-

-En ese caso... Espero que todos lo hagan- respondió con un pequeño suspiro.

Seres (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora