Heridas

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Me habían dejado solo dentro de otra habitación. La puerta estaba cerrada y asegurada y no había ventanas. Estaba sentado en la cama abrazando mis piernas. En mis sueños se repetían una y otra vez las escenas de estar encerrado en ese lugar, mientras todos me observaban desde arriba divirtiéndose de mi situación, de ser atacado por una de esas máquinas que nunca dudarían en matarme. El miedo había sido demasiado y no me creía capaz de confiar en todos ellos.

El "Controlador" solo se fue después de dejarme aquí y no estoy muy seguro de cuánto tiempo ha pasado. Observe mi mano, mi venda improvisada había evitado que siguiera sangrando, pero ahora me ardía un poco, deje que la, manga de mi sudadera la cubriera y seguí arrinconado, esperando a que alguien llegara por mí y me dejara salir de toda este absurdo lio en el que me encontraba.

Las puertas se abrieron de repente y me encontré con Eriel, el cual comenzó a acercarse, me arrincone en mi lugar alejándome de él. No quería que ninguno de ellos se me acercara.

-Aléjate...- dije con un pequeño tono de súplica.

-Wil...-.

-¡Que te vayas!-.

-No te voy a hacer nada... Sé que no vas a confiar más en nosotros, pero no tenemos más motivos para lastimarte-.

-¿Que quieren?- pregunte ya arto de todo.

-Solo quiero llevarte a tu cuarto, para que descanses-.

Me tendió la mano. Yo la observe un momento, aun dudando de creerle, pero él me seguía observando con una mirada sumamente seria y creo que solo por eso decidí aceptarla.

Caminamos en silencio hasta que llegamos a la puerta de mi habitación. Ya me había aprendido el camino, y la puerta tenía un numero grabado cada que alguien la habría. Era "253". Entre a la habitación esperando que Eriel solo la cerrara y se fuera, pero me detuvo antes de que me sentara en la cama.

-Will... toma- Lo observe, me extendió la mano con la tarjeta que usa para abrir la puerta. -Con esto puedes entrar y salir, para que no sientas que estas encerrado-.

-Aunque me lo des no voy a poder salir de aquí-.

-¿No la quieres entonces?-.

Fruncí el ceño y se la arrebate. Camine y me senté en la cama, esperando para que saliera de la habitación. Pero él se quedó ahí de pie, observándome.

-Will, perdóname por repetírtelo, pero... todos aquí somos hermanos y puedes confiar en nosotros-.

No conteste, ni siquiera me limite a seguir observándolo.

Él se fue después de cerrar la puerta tras suyo y yo me quede ahí sentado.

Desperté sintiendo la luz a chocar contra mi rostro, no me había dado cuenta de que había ventanas aquí. Me senté observando la ventana, estaba muy alta y el marco era de metal. Me levante aun sin quitar la mirada de la venta, podía observar el cielo azul y el sol. Se veía que era temprano, fui al escritorio y abrí los cajones, recordando haber visto un reloj-calendario dentro de uno de estos. Una vez lo encontré lo deje en la mesa y lo encendí. Era medio día, el día de ayer había sido demasiado largo y habían pasado muchas cosas, tantas pero tantas cosas, que no me creía capaz de seguir soportándolo. No si el resto de los días iba a ser igual.

Escuche el sonido de mi estómago rugir. Tenía demasiada hambre, sentía que nunca en la vida había probado bocado y ahora tenía demasiada hambre. Recordé la tarjeta que me había dado Eriel ayer antes de irse, era la manera en la que podía salir de mi habitación, quería buscar un lugar donde comer, pero estaba algo asustado de lo que fuera a encontrarme. Aun así, la tome entre mis manos y dirigiéndome hacia la cerradura, la accione permitiendo que la puerta se abriera y me dejara pasar.

Seres (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora