Capítulo 18

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-Esto está mal.

Sonríe y me vuelve a besar. Con más ímpetu. Su boca se vuelve loca y yo también. Lo abrazo con fuerza y acaricio su cabello. Me parece que su olor es el más familiar y el más hermoso del mundo. Recuerdo cuando mi padre regresaba del trabajo y yo corría para abrazarlo intentando no tropezarme, pues empezaba a caminar. Bueno... el olor de Nicola supera al de mi padre a la hora de encontrar consuelo en un abrazo.
Recuerdo que estoy en mi ropa deportiva y me sonrojo. Sus manos bajan hacia mis piernas y comienzan a acariciarlas de arriba abajo. Me abandono. Lo abrazo más efusivamente y le devuelvo el beso lo mejor que puedo. Dejando que su lengua me saboree todo lo que quiera, dejo que sus manos me acaricien dulcemente. Hace que abra mis piernas un poco y se coloca entre ellas, está más cerca y siento un escalofrío recorrer mi cuerpo. Sonrío. Lo nota y se separa de mi beso. Me intenta tranquilizar, pues me encuentro tan tensa, que hasta él se dio cuenta. Acaricia mi mejilla y se retira de encima. Exhalo un suspiro aliviado y me preparo para lo que viene. Sé que será una maniobra suya, evasiva a lo que acaba de ocurrir.
Me quedo en shock cuando se queda recostado a mi lado, mirándome y juega con mi mano. Sonríe y me siento morir. Pero en vez de eso, enrojezco. Me río en un susurro y el se levanta y va directo a mi closet.

-Tu madre dice que todos tienen un botiquín de emergencia en su clóset...- mira mi clóset y después me mira a mí.- ¿Puedo?
-Sí.- asiento mientras me incorporo y me siento sobre mi cama con las piernas cruzadas.-

Abre mi clóset y a la vista, se encuentra en una repisa un botiquín blanco. Lo abre y rebusca entre las muchas cosas que están ahí. Saca algunas cosas y lo vuelve a cerrar. Se dirige hacia mí y mi corazón de nuevo se empieza a volver loco, aunque no estemos haciendo nada fuera de lo normal. Se sienta a mi lado y abre el tubo de crema des inflamatoria. Pone un poco en mi piel lastimada y con dos dedos la va esparciendo por el resto de la inflamación. Yo, atenta, observo con qué delicadeza lo hace para no lastimarme. El olor a medicina me llega de lleno cuando giro mi cabeza hacia mi brazo. Me muevo un poco y de nuevo me recuesto. Siento cada movimiento. Cierro los ojos y me relajo un poco. Siento como enrolla una venda en mi brazo y también intenta no lastimarme. Bostezo y sigo sin abrir los ojos... en poco tiempo he perdido el conocimiento y me he quedado profundamente dormida.
Aún entre sueños pienso como fue posible que esta vez Nicola no haya reaccionado mal después de nuestro beso. ¿Estará convencido de lo mismo que yo? ¿Hace lo que el corazón le pide? Realmente no entiendo como funcionan los chicos, pero si yo no le interesara en lo absoluto para nada, no tendría porqué hacerme esto. Fingir lo que no siente. Me ha besado tantas veces suficientes para recordar su sabor, me ha abrazado tantas veces como para recordar su aroma, me ha sonreído tantas veces que ya no temo a ser rechazada, pues sé que su sonrisa me aguardará siempre. Estoy hasta este punto. Estoy perdidamente enamorada. Solo queda que él me diga lo que siente. Que el me diga si realmente no está jugando conmigo. Solo quiero que me diga eso y todo estará bien. Ya encontraremos una manera de resolverlo.

"En el medio de la noche, cuando estoy en este sueño, es como un millón de pequeñas estrellas deletreando tu nombre, di que estaremos juntos, pequeño pedazo de cielo" - Taylor Swift.

***

Abro los ojos después de un tiempo soñando con nada. Me doy un gran susto cuando veo a Shey y a Jaz mirándome fijamente aguantando la risa. Me incorporo de golpe y miro a mí alrededor. No está. Probablemente fue un sueño, lo fue y estoy más deprimida que antes.

-Bueno, era hora de que despertaras.- canturreó Jaz y abrió su bolso dejando en mi cama un montón de libros y cuadernos.- Muy bien nena, aquí viene la tarea.- se vuelve hacia Shey y ambas sonríen.- Los cuadernos y libros son una mera formalidad. No te perdiste de nada. Después de tu accidente tuvimos una asamblea que duró el resto del día. La suerte está contigo.
-Gracias.- digo mientras me tallo los ojos con mis puños.-
-Hemos traído un pastel de cumpleaños atrasado.- Shey se levantó de rodillas sobre el acolchado y se puso a aplaudir como animadora.- Es de helado. El calor aquí lo amerita.
-En ese caso, voy por unos platos y salimos a comerlo al jardín. ¿Les parece?- ofrezco mientras me pongo de pié y voy hacia mi armario para sacar ropa limpia y "normal" para usar.- Adelántense ustedes, bajo en un rato.
-Está bien. No te escapes por la ventana.- advierte divertidamente Shey.-

My sister's boyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora