Capitulo 28

268 11 0
                                    



Después de varias quejas seguidas de parte de mis padres, al fin he logrado convencerlos de irme a vivir con papá. Alicia y mi madre no tuvieron nada que ver con la mudanza, o más bien, no quisieron tener nada que ver. Jose y mi padre son los únicos que me han estado ayudando a mudar todas mis cosas de un lado al otro. Le mando un mensaje a Nicola explicando que debemos vernos lo antes posible, pues quiero contarle lo que ha pasado. No puedo quedarme callada. Cuando Shey me llamó diciéndome que me estuvieron buscando por toda la fiesta el viernes anterior, me siento mal, y hasta quiero contarle sobre los mensajes de mí hermana con Vasco. Pero prefiero estar callada, pues no quiero que se divulgue todo. Conociendo a mi hermana, haría hasta lo imposible por volver a quedar bien con todos. Lo único que tengo que hacer es esperar a Nicola y prepararlo para esta noticia. Sé que él no siente mucho por mi hermana, pero aún así nada quita que ella esté engañando a su prometido y a toda su familia.

Mi padre ha salido a un viaje en una ciudad cercana, y durará lejos unos días. Me siento sola, pero cómodamente tranquila. Aquí es mucho mejor que la soledad vacía y fría de casa. Por lo menos aquí mi padre habla cada vez que puede para asegurarse de que todo marcha bien, mi madre en su lugar, nunca llama a no ser que quiera ordenarme algo o Alicia le estuviera contando algo comprometedor a su favor y yo saliera perdiendo.
El miércoles al salir de clase, veo a Miguel practicando solo con su balón de basquetbol en la cancha del jardín. Desde que terminamos no hemos hablado nada. Me siento mal por él y por mí, por dejar que una amistad se esté destruyendo. Me armo de valor y me pongo mi bolsa en el hombro para caminar hacia él. Llego justo cuando el valón está en el aire y lo atrapo con las manos. Tiro mi bolsa al concreto y comienzo a correr hacia la canasta del lado contrario. Miguel en un inicio se queda serio y no se mueve. Pero después comienza a perseguirme y me quita el balón rápidamente y yo grito divertida, ahora corriendo detrás de él. Arroja el balón a la canasta y aplaude cuando éste sale de esta. Río y me quito el sudor de la frente para volver por mi bolsa.


-Vaya, tienes que practicar.- señala, botado el balón.- En dos semanas inicia la temporada de chicas y la verdad dicen que la otra escuela vencedora del año pasado está mejor que nunca.
-No he tenido mucho tiempo.- me encojo de hombros y lo invito a sentarse conmigo en las gradas de a lado.- Escucha, debo disculparme por...
-Quedó en el pasado Angie.- se encoje de hombros y mira hacia las canchas que están en frente.- Yo decidí ir muy rápido, así que yo tengo que disculparme esta vez.- mira hacia mí y me encuentra con la mirada baja, y luchando por no ponerme a llorar.- ¿Qué te ocurre?
-Bueno... ¿cómo empiezo?- tomo aire fuertemente y suspiro.- Mi familia se está desmoronando.- tiemblo con anticipación y aclaro la garganta.- Primero, mis padres. Después mi hermana ha regresado de la universidad, sabes cómo me llevo con ella y lo que pienso de mi madre al respecto. Jose... él es el único que me apoya y con quien me llevo mejor, pero casi nunca está por el peso del trabajo y la escuela de medicina juntos. el único soporta que tengo es mi padre y mi hermano. Y claro... Shey y Jaz... y quisiera contar contigo como apoyo también.
-Sabes que yo siempre te voy a apoyar, pase lo que pase.- toma mi hombro con suavidad, y cierra los ojos con fuerza, evitando echarse a llorar conmigo también.- Mi padre se ha empeñado en forzarme a cursar la escuela de verano. Cree que con clases extra, llegaré más pronto a graduarme, como mis otros hermanos. Tú sabes... Lucy es profesora de chicos de nuestra edad y solo tiene veintiséis. John es abogado y ya tiene una familia. Mi padre me mira a mí con miedo. Como si yo no fuera tan inteligente como ellos, tú sabes... por pertenecer al grupo de las personas que prefieren hacer deportes.
-¿Le has dicho alguna vez lo que quieres?- pregunto cuando puedo volver a hablar sin que me tiemble la voz.- Puede ser que tomando una decisión tuya, por ejemplo, le des a entender lo listo que estás para tomar buenas decisiones. ¿No te parece?
-Puede ser, sí.- relame sus labios y tira el balón al piso, para moverlo con sus pies.- La verdad el entrenador me dijo que en el último juego de la temporada, vino un cazador de talentos de la universidad. Dialogaron después de nuestro triunfo, y está de acuerdo con él en darme una beca para el próximo año. Ya ves... que puedo ser profesional, puedo vivir de eso y esas cosas.
-¡Eso suena bien!- admito emocionada por él.- ¿Y tú eso quieres?
-Claro, claro.- asiente tratando de volver a sonreír como antes.- Solo que tengo miedo.- suspira fuertemente y me vuelve a mirar.- No de mi padre, si le comento esto, tengo la mitad de posibilidades que acepte. Pero a lo que tengo miedo es... no te burles. Tengo miedo a crecer. Ser mayor y cargar con esas cosas tan importantes, cuales quiera que sean. Tengo miedo a fallar como persona. Tengo miedo a no enorgullecer a esas personas que durante toda mi vida me han apoyado y han tenido fe en mí. ¿No te pasa eso?
-Yo pienso que todo el mundo teme a eso Miguel, no tienes porqué preocuparte.- agacho la mirada y me miro los dedos de las manos.- Lo único que podemos hacer es seguir adelante, haciendo lo que creemos que está bien para nosotros. Es todo. No sabemos a donde vamos a parar con eso, pero tenemos el destino asegurado, solo falta dirigirlo. Y listo. Ten por seguro que si fallas, las personas que estuvieron contigo desde el inicio seguirán allí. Con tantos errores que se cometieron a lo largo de tu vida, no creo que por otro se den por vencidos.
-¿Tú seguirás allí?- me pregunta, mirándome interrogativamente. Asiento.- Gracias Angie.
-¿Para qué está tú vieja amiga si no es para apoyarte?- digo sobre su hombro una vez que me ha abrazado.- Vamos, vamos. Habla a tu madre y dile que comerás con tu vieja amiga hoy. Te mostraré mi nueva casa.
-¿Te has ido de tu casa?- pregunta él cuando vamos caminando hacia los estacionamientos ya un poco vacíos.- ¿Era... eso lo que tú querías?
-Vamos, me basé en eso para aconsejarte.- asentí.- Hice lo que creía correcto y ahora estoy un poco mejor. Lo que debo hacer en seguida es platicar bien con toda la familia... pero aún no es tiempo.
-¿Cuándo será?
-Ni yo misma lo sé.

My sister's boyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora