Escucho el silbato marcando el inicio del juego, y me pongo a ver como el balón cambia de unas manos a otras, rebotando, volando y cayendo en la canasta. Y volviendo al juego otra vez. Crucé mis brazos y me puse a ver el juego con cierto dolor de cabeza. A cada momento desviaba mi mirada del centro, para dirigirme hacia Nicola, y ver lo concentrado que estaba, fingiendo que nada de ahí le interesaba. Tecleaba su teléfono una y otra vez y miraba repetidas veces a su alrededor. Giré mi cabeza nuevamente hacia la cancha y sentí como si el mundo se me viniera encima o hubiera dado un giro de trescientos sesenta grados. Tiento mi frente y está demasiado caliente. Mis ojos comienzan a arder y me levanto con dificultades para caminar. Estoy mareada y mi corazón late rápidamente. Me siento horriblemente mal y no puedo evitar seguir caminando hacia la salida. Abro la puerta doble de un empujón débil y salgo, para poner mis manos sobre la pared del otro lado del pasillo. Afolló mi frente en ella y cierro los ojos intentando recuperarme. Es inútil. Con los ojos cerrados es igual. O peor. Me doy la media vuelta y me encuentro con la mirada atenta de Nicola. Está justo saliendo del gimnasio con cara de fastidio. Yo no puedo fingir ahora ni hacer nada. Me siento mal y esto no tiene nada que ver con él.
-¿Te aburrió el partido?- pregunté tocando mi frente y arrugando el ceño.- Hoy todos están muy... gritones.
-Lo normal...- me mira extrañamente y después de eso se convierte en un chico preocupado e inconsciente de lo que hace.- ¿Te pasa algo? ¿Te sientes bien?
-No.- cabeceo un poco y cierro los ojos, sintiendo un mareo más fuerte, mientras caigo al piso y pierdo el conocimiento.***
Al abrir los ojos y recuperar por completo el conocimiento, estoy mirando al techo, un techo azul y desconocido que nunca antes había visto. Aún me da vueltas todo, pero es menos fuerte el mareo. Me doy cuenta de que estoy en una cama espaciosa y cómoda. Me levanto como puedo, sosteniéndome de lo que puedo y salgo de esa habitación extraña. Todo está oscuro, pues las ventanas están cerradas y protegidas por cortinas oscuras. Sosteniéndome de la pared, camino hacia un pasillo grande que está al salir de la habitación. Miro para todos lados y decido dar vuelta a la derecha. Me encuentro con una cocona, donde Nicola está sentado en un banco del desayunador y al verme se levanta de golpe y viene caminando rápidamente hacia mí.
-Angie, tienes que regresar a la cama.- me tomó de la cintura e hizo que me diera la media vuelta, encaminándome a la habitación de nuevo.- Aún no puedes moverte mucho o recaerás.
-¿Qué pasó?- pregunté mientras caminaba de nuevo por el pasillo oscuro.- ¿Por qué me siento tan mal?
-Te desmayaste.- contestó Nicola al cabo de llegar al bode de la cama, me alzó en sus brazos y me recostó con lentitud.- Te llevé a la enfermería de la escuela y me dijeron que tenias algo de fiebre.- me tapó con las cobijas azules hasta la barbilla y se sentó a mi lado.- Me recomendaron llevarte a casa, pero creo que Alicia no te dijo que ella y tu madre saldrían de la ciudad.
-¿Por qué?- pregunto con una voz algo ronca.- No me dijeron nada. ¿Y Jose?
-Ya lo llamé diciendo que estás aquí conmigo, que no se preocupe.- tomó un mechón de mi cabello y despejó mi frente de él.- Duerme un poco más. Aún no te ves del todo bien.
-Quiero ir a casa.- alegué.- No quiero estar contigo.
-Shhh...- insistió mientras se levantaba del acolchado y se dirigía hacia la puerta. Miró de nuevo hacia mí y con seriedad suspiró.- Descansa Angie, Mañana buscaremos qué hacer.Iba a reclamarle sobre algo, pero volví a cerrar mis ojos con pesadez y me quedé profundamente dormida. Abro los ojos de nuevo y me veo a mí misma recostada en una banca de una iglesia. Todo está hermosamente adornado de blanco y el olor de las flores invade el lugar. El lugar comienza a llenarse de gente, a quien sé que conozco, pero no puedo ver perfectamente sus caras. Me levanto con cuidado de la banca de madera y me siento en ella, reacomodo mí vestido blanco simple. Extrañamente estoy descalza y con una corona de flores blancas en la cabeza. Parezco una niña en un cuerpo de una joven de dieciocho años de edad recién cumplidos. Las campanas comienzan a escucharse, y seguida la marcha nupcial. Miro para todos lados y nadie puede decirme de que se trata esto.
Me levanto de la banca y camino por el pasillo lleno de pétalos de rosa blanca. Siento la suavidad de éstos en mis pies y llegan a hacerme cosquillas. Entra una feliz chica tomada del brazo de quien supongo es su padre. Miro desde detrás del último pilar de la fila y escondo el resto de mi cuerpo detrás de él, con timidez. No logro ver caras. La ceremonia continúa y yo no dejo de ver lo hermoso que es el vestido de la novia. Un ambiente tan cálido y especial. Digno de una boda feliz.
Termina todo y los demás aplauden cuando la feliz pareja se besa. Yo sonrío, aún detrás de ese pilar. La pareja camina feliz hacia la salida y ahí es cuando me doy cuenta. Cada vez el rostro del chico se me hace conocido. Se transforma. Ahora es Nicola. Mi sonrisa se desvanece y veo como sale tomando a su esposa ahora de la cintura, corriendo hacia un auto adornado con flores y con la inscripción "Recién casados" en el vidrio trasero. El ambiente se hace peor. El cielo gris, el aire fuerte y pesado. Mi corona de flores se ha deshecho y tengo frío con los pies descubiertos. Corro detrás de ellos intentando detenerlos, pero no puedo. Solo grito y grito que se detengan, que ya estoy cansada de amarlo tanto. Quiero que regrese. Quiero que me ame. Me dejo caer sobre el suelo de concreto y me echo a llorar mientras la lluvia me empapa.
Al abrir los ojos estoy empapada, pero en sudor y lágrimas. Me levanto de la cama y voy en busca de Nicola, hecha un mar de llanto. Con los pies descalzos, justamente como en mi sueño. Siento un escalofrío tremendo pero no me importa. Quiero encontrarlo para comprobar que no es un sueño. De hecho, está cayendo una tormenta ahora mismo. Con rayos, relámpagos y truenos. Encuentro a Nicola dormido en el sofá de la sala de estar y me abrazo de él con fuerza. Él se despierta, asustado y se sienta a mi lado.
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My sister's boyfriend
RomanceAngie tiene las mejores vacaciones de su vida: Por primera vez va con sus amigas a un viaje a la playa inolvidable, duerme hasta tarde y vive al máximo. Ahí mismo, conoce a Nicola. Un chico algo mayor con el que coquetea durante todo el viaje. No ll...