Capítulo 4

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Es como si todos los cohetes del mundo hubieran hecho explosión en cuatro palabras. "Me voy a casar" ¿Quién en su sano juicio se casaría con esta mujer? No lo digo por pensar que ella es fea, al contrario estoy consciente de que es joven, bonita y muy educada. Pero a la hora de conocerla bien, sabes que es mucho más que eso. Es competitiva, se cree la mayor cosa del mundo, a la hora de comprobar que estamos mal en algo, sabe que es bueno corregir. A veces pienso que lo que ella llama educación no entra en mi forma de ver la vida. ¿Será que estoy loca? Total, la loca es ella por querer casarse tan joven. Eso es lo que le contesto.

-Evelyn, sabes que te quiero.- digo con la sonrisa más hipócrita que pueda formar.- Pero eres muy joven para casarte ¿no? bah, como sea... ¿y quién es el afortunado?- repito en voz baja.- O el desdichado.
-Angie!!.- me regaña de nuevo mi madre.- Es verdad Evelyn. No nos dijiste ni una sola vez en la llamada que estabas comprometida... o que estabas saliendo con alguien.
-Bueno, quería que fuera una sorpresa para hoy.- se vuelve hacia mí y lanza una mirada que me da miedo bebe un poco de jugo y vuelve a mirar a mi madre.- Quería decirles, que él viene a cenar mañana. Para hacer todo un poco más formal.
-Evelyn.- la mira mi madre.- Ahora no puedo felicitarte. Me hubieras dicho antes para tratar de limpiar mucho mejor.

Así reacciona. En vez de regañarla por ser tan apresurada en su compromiso, le recuerda a la limpieza. Eso no dijo cuando yo quería festejar mi cumpleaños y se volvió loca por encontrar solo un plato lleno de comida chatarra en la mesa.

Sigo comiendo. Miro a Jose y el sigue como suspendido en el espacio engullendo con voracidad su lasaña. Guardo silencio y empiezo a comer sin pronunciar palabra. Con que yo no tenga que estar en su dichosa cena, no hay problema. Tengo planes. Cualquier cosa es mucho mejor que conocer al bastardo que se fue a fijar en mi hermana. Es mejor pensar en el bastardo que se fijaría en mí, o leer, o por lo menos comer pizza con Jaz y Shey.

***

-Vaya cosa fea lo de Evelyn.- Jose entra a mi habitación a eso de las siete de la tarde.- Es muy joven para casarse.- suspira y se tumba en mi cama.- ¿Te podrías imaginar como ha de tener a alguien tan tonto como para casarse con una mujer tan controladora?
-Ya sé.- sigo rebuscando en el cajón de mi buró.-Pobre hombre. Saldrá corriendo en menos de lo que canta un gallo.
-¿Quieres ir al cine mañana?- pregunta jugando con una almohada.- Todo para no estar con esa cursilería.- gira y me mira.- ¿Qué es eso?
-Un CD de los Doors.- suspiro sacando el CD de mi buró.- Me lo regalaron el día que fuimos de viaje mis amigas y yo. En una tienda de libros y CD's, conocí a un chico. Muy agradable. Lo compró para mí, fuimos a la playa y platicamos por más de cuatro horas. Fue muy dulce.
-¿Me debo preocupar?- pregunta Jose.- Mis dos hermanas ya tienen un chico y yo sigo sin encontrar a la mujer ideal.
-Ya llegará.- suspiro.- Espera... ¿Qué hay de Mari? Ella es una chica muy agradable. ¿Es que ya no están saliendo juntos?
-Eso acabó muy rápido.- su semblante se volvió triste y melancólico.- La verdad me encantaba pasar tiempo con ella. Es una de esas chicas que sientes que serán perfectas, pero luego, algo simple no funciona y manda todo a la basura.
-Lo siento mucho.- me siento triste por él. Mari era increíble para él.- Ya llegará una chica completamente "equipada" para ti. No desesperes. ¡Mírame a mi! Pensaba que nadie podría ser lindo conmigo alguna vez. Y llegó él. ¡Y hasta me dejó un recuerdo!
-Si, si, ya veo que estás enamorada.- se burla Jose y se levanta.- Te dejo con tus pensamientos amorosos.- camina hacia la puerta y se da la media vuelta.- Mañana. En la sala de estar a las tres de la tarde y huimos del compromiso del compromiso de Evelyn.
-Hecho.

Sin decir nada más, abandona mi habitación y yo me levanto hacia mi pequeño escritorio, enciendo mi ordenador y pongo el CD. Lo recuerdo a él a sus brazos alrededor mío. Sus labios, su mirada, la manera en la que se divertía conmigo al platicar de cualquier cosa. Dios mío, estoy delirando. Escuché su voz. Respiro hondo y lo vuelvo a recordar. Tomo mi teléfono y leo su mensaje una y otra vez. Soy una estúpida y una cursi. Y pensar que yo prácticamente odiaba eso. Lo dejo estar y me pongo a hacer los pocos deberes que me han encargado.

My sister's boyfriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora