Me escojo a mi

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29 de Enero del 2016
Día 49

Pensé que hoy no tendría mi cita con la psicóloga pues tenía examen de química a esa hora pero cabe la coincidencia que estuvo demasiado fácil para mí por lo que lo termine en menos de una hora, así que para esa hora ya estaba desocupada, Constancia me esperaba como siempre en su cubículo, nos saludamos y me empezó a preguntar sobre cómo me había sentido últimamente y que había pasado después de las sesiones, le dije lo general y después de ello le pedí consejo pues no sabía qué hacer, el cumpleaños de Santiago se acercaba, era este domingo y aún tenía su regalo... Se lo quería dar, le dije a Constancia todo esto y... "Me cago" lo cual quiere decir en lenguaje normal que me reprendió, me regaño y muy feo.
- ¿Acaso no te sientes peor dándoselo?
- La verdad es que no, me siento mal conmigo misma si me lo quedo, no lo quiero vender ni regalar por lo mismo, por aquella sensación de malestar, prefiero dárselo y que él haga lo que quiera con ello pero ya no quedará en mi.
- Yo que tú me deshacía de ese regalo de cualquier forma menos dándoselo porque te estás rebajando, con eso estas aceptando que tú eres menos que él, que él es superior a ti. Yo no veo la necesidad de darle un regalo a alguien que no se lo merece, a alguien que te hizo tanto daño, que hizo que llegaras casi a los extremos. ¿Por qué se lo quieres dar?
- Porque... Es algo que yo compre para él y solo para él, lo compre pensando en él.
- Mira... Tú eres una persona observadora por lo que puedo ver, ves a tu alrededor sin perder ningún detalle, ves lo que puede hacer feliz a los demás, lo que les gustara y lo haces o en este caso lo compras pero ¿Te digo algo? No estás siendo observadora contigo misma, no te conscientes a ti, antes de dar algo pregúntate a ti misma ¿Ya me lo di a mi? Ahora... No me importa que lo hallas comprado pensando en él, un regalo se da a una persona quien es especial para ti, quien comparte un vínculo especial, si se lo das a él, es como premiar él que te hiciera daño, y no es así ¿o sí?
- No - No aguantaba las lágrimas, aquellas palabras me había llegado, ella tenía razón ¿Por qué era tan necia al respecto? Él no se lo merecía pero aún así insistía en como dice ella "premiarlo".
- Ahora dime qué harás
- Supongo que guardare aquel regalo en un cajón y ya después veré a quien se lo doy.
- ¡Nada de guardar! Saliendo de aquí ese regalo se lo das a quien sea, a un amigo, vecino o primo, o es más... Véndelo, sácale provecho y cómprate algo para ti con ese dinero, consiéntete a ti misma, pero por favor mujer... ten dignidad, no te rebajes ante alguien como él, que te está haciendo daño.

Tantos años creyendo que la tenía, que tenía dignidad y ahora Constancia me decía que la tuviera, entonces ¿Nunca la tuve?.

Sacó mi autobiografía y me pidió que la leyera, la verdad era algo que no esperaba, había escrito tanto ahí... Había escrito muchas cosas que no quería decir en voz alta, las escribí con la esperanza de que solo fuera algo para que Constancia me entendiera mejor y trabajar en ello, pero en cambio me pide que lea algo así... No tuve remedio, lo leí.

Mi nombre es Maia, nací el 1 de Mayo de 1998, tengo 2 hermanos, ambos son mayores que yo. Te hablaré sobre mi nacimiento primeramente, yo ya no iba a nacer. Mis padres ya no querían más hijos pero sus planes cambiaron cuando apareció la enfermedad de mi madre, ella tenía quistes en los ovarios y aunque seguía el tratamiento no dejaban de avanzar, la doctora sugirió entonces otro método; "embarazarse" , había un 50% de probabilidad de que se quitaran y otro 50% de que no y si eso pasaba al menos tendría a una linda bebe con ella. Así fue como me convertí en la única bebe planeada de mis padres.
Recuerdo que desde que era pequeña mi hermano, el de en medio siempre reprochaba a mi madre por darme más cuidados que a él, por ponerme más atención a mí que a él, sentía celos de mi, supongo que esa era la razón por la cual a veces se portaba distante y muy mal conmigo a comparación que con mi otro hermano... El mayor que para mí hasta la fecha es como mi segundo padre, él siempre me consiente y no solo eso, habla conmigo, me da consejos útiles, es el que mejor me comprende, nos parecemos mucho en gustos tanto de comida como musicales, es con el único que no me irrito cuando me pregunta cosas sobre mí o mi futuro, no se la razón, porque incluso me encanta que lo haga , me encanta que se interese por mi.
Demos paso a mi infancia, no recuerdo mucho, casi todas las imágenes se han borrado por completo, pero lo que recuerdo lo hago muy bien. Era un niña muy sociable, linda, carismática, le encantaba jugar y aventurarse en la escuela ya que en su casa la tenían siempre muy sobre protegida y no la dejaban hacer casi nada, así que todo lo que nunca pudo hacer se imaginaba que lo hacía en su mente. Me imaginaba cada aspecto ocurrente en mi vida como un aspecto tan ficticio en mi historia, era la heroína en mi historia, vivía aventuras a diario, aunque no las escribía en papel, estaban escritas en mi mente, en ese entonces tenía muchas amigas, recuerdo que la mayoría se quería juntar conmigo, era popular, estamos hablando de cuando tenía entre 4 y 5 años. Fue en esta edad cuando tuve mi primer novio, de chocolate claro, tan tierno e inocente, recuerdo que me regalo un par de aretes, llegue a mi casa emocionada, pidiendo a mi madre que me los pusiera, me pregunto "¿quién te los dio?" Y yo le respondí "un niño", hablo con la profesora de aquel niño y resultaba que se los había robado a su hermana para dármelos a mi, gracioso ¿no?.
Llegué a la primaria y la mayoría de mis amigos eran niños en vez de niñas, no me gustaba estar con ellas porque era aburrido, prefería correr, empujar, dar brincos, hacer de todo menos "jugar a la comidita". Eso fue hasta que conocí a mi mejor amiga, entonces cambio todo, hacia lo posible para repartir mi tiempo equitativamente entre mis amigos hombres y ella pero a veces ambos terminaban enojados conmigo así que tuve que escoger, la escogí a ella, meses después ella conoció a otra chica que se hizo su amiga, por alguna razón me daba mala espina y se lo dije pero no me hizo caso, se empezó a juntarse más con ella y termino abandonándome, aquella niña cuando yo iba a buscar a Cora (así se llamaba mi mejor amiga) me amenazaba, diciendo que me iba a cortar el cabello si seguía molestando, en ese entonces yo lo tenía muy largo y hermoso, me llegaba hasta un poco más abajo de la cintura.
No pasó mucho tiempo después de eso cuando ella y Cora se pelearon, de lo que se dice "pelearse". Cora era muy tranquila pero cuando la provocaban de las dos era la que peleaba, la que devolvía los golpes, a veces creo que yo nunca me pude defender, ella siempre libraba las batallas de ambas porque yo era demasiado amable con todos y esa amabilidad me costó que muchas veces se aprovecharan de mi. En aquella pelea de la chica que me amenazaba y Cora, ella quedó marcada de la cara pues con unas tijeras le hicieron una cortada en la mejilla, así fue como ella volvió a mí y no faltó mi "te lo dije".
Avanzamos toda la primaria juntas, cada vez me iba volviendo más introvertida, era una de las mejores en calificaciones pero tenía pocos amigos, me aferraba a Cora, ella era la única amiga que necesitaba. Cuando entramos a secundaria no nos toco juntas pero ella vivía cerca del trabajo de mi madre así que nos seguíamos viendo pero menos que antes, pasó el tiempo y nos fuimos distanciando más, cada vez un poco más, sabía lo que estaba ocurriendo y hacia todo lo posible para que no ocurriera pero sabía que iba a ocurrir tarde o temprano.
Entramos a preparatoria pero antes debo narrarte algo... Mis 15 años... Todas las chicas de mi edad soñaban con su fiesta, con su vestido y yo también, era una chica común y corriente, normal, estaba enamorada o más bien me gustaba alguien, tenía varios pretendientes pero no me interesaba ninguno, incluso era cruel con ellos, les contestaba muy feo, les decía que no me molestaran, cosas así y es que me había prometido que no estaría con una persona que no me gustara, que no estaría con alguien sólo por pena y lastima. Creo que debemos de retroceder a quinto año de primaria para explicar este pensamiento:   Se llamaba José, no tenía buen aspecto físico para mí y su personalidad aunque divertida a veces me hartaba y otras veces éramos amigos, cuando me enteré que le gustaba y fue un día en quinto año, cuando mi mejor amiga había faltado; se acercó a mí y se me declaró, me pidió ser su novia, yo le dije que lo iba a pensar, consulte a Ivon y me hizo una cara de asco, obviamente su opinión era un "no", a cada uno de los que sabían les pregunte su opinión, y era un "no" pero, yo nunca hago lo que me dicen o más bien aunque me gusta escuchar la opinión de la gente solo tomo mi propia opinión, no sentía nada por él ni por nadie de hecho, era solo una niña que no conocía aún "las mariposas en el estomago" pero aún así fui muy amable con él, no quería lastimarlo así cometí el error de decirle que "si" pero como no quería quedar mal con los demás le pedí que fuera un secreto todo, yo siempre tratando de complacer a los demás. Regresando por un momento al presente, me pregunto "¿cuándo dejare de hacer o de tratar de hacer feliz a todos?"
- ¡Alto!
Me sobresalté...
- Ahí está, tú misma lo has dicho, ¿cuándo Maia? ¿Cuándo dejarás de hacer feliz a los demás y te harás feliz a ti misma?
- Supongo que cuando yo quiera...
- Exacto, solo será cuando tú quieras ¿y lo quieres?
- Si, quiero cambiar, pero yo digo que no se puede hacer un cambio tan radical de la noche a la mañana.
- Claro que no, por eso estás aquí... Porque quieres cambiar, porque ya no quieres seguir así.
Yo solo asentía con la cabeza, ¿qué más podía hacer? Ella tenía razón en todo.
- Ahora, escúchame lo que vas a hacer, te dejaré una tarea, se llama "limpieza". Lo que harás es mirar tu cuarto y deshacerte de todo lo que ya no sirve, ¿Entiendes?, cuadernos viejos, peluches, cartas, ropa, cajas, zapatos que ya no utilices, todo... O va a la basura o lo vendes y lo que vendas, con ese dinero te comprarás cosas para ti, te consentirás... ¿Hecho?
- ¿También las cosas que me regalo Santiago?
- Claro que si, más que nada todo eso, ¿Para qué lo quieres? ¿Lo necesitas acaso?
- No...
- Entonces a la basura, o a vender....
No quería... Pero acepte hacerlo, a pesar de que sabía que probablemente me iba a quedar a medias.

Cuando la luz se vaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora