7 de Marzo del 2016
Día 87Hoy el señor Sherlock me regalo algo... Aunque no sé si contarlo exactamente como regalo... Pero empecemos por el principio...
Nos sentamos cómodamente en nuestra pequeña mesa de siempre, él empezó a hablarme sobre su novia, de un momento a otro llegamos al tema de "sexo" me contó que ella quería acostarse con él y pues él aún no estaba seguro o tal vez si, solo que quería hacerlo especial pues era su primera vez, lo entendí inmediatamente, yo también pensaba como él, sonreí ante la similitud, recordando mi primera vez, si... Fue especial...
Estábamos en su casa, yo estaba muy nerviosa, sabía que lo íbamos a hacer por lo que había traído condones, pero aún preparada y todo, tenía tantos nervios. Estábamos sentados en su sillón, él empezó a besarme, pero esta vez lo hizo tan Diferente, se separaba de mi justo cuando quería más de él, me provocaba, me hacía convertir los nervios en excitación, pronto estaba tan mojada abajo que era difícil ocultarlo, él seguía besándome y empezó a acariciar mis piernas, aquella vez lleve vestido pues él me lo pidió y ahora entendía para que... Con aquel vestido tenía acceso completo a todo mi cuerpo, subía poco a poco, delicadamente sin dejar de besarme, toco mis senos y yo gemí al contacto, lo mire, vi en su mirada aquel fuego celestial, no... No era su mirada solamente, era de ambos, los dos teníamos aquel fuego, un incendio estaba a punto de suceder y ambos lo queríamos, se acercó a mi oído y me susurró "ven conmigo, Por Favor" . Me besó y se puso de pie, su mano se extendió hacia a mí, esperando mi respuesta, pude haberlo rechazado si hubiera querido pero no lo hice, porque él me había dado tanta seguridad, yo me sentía tan bien con él, quería que fuéramos uno. Tome su mano y él me jaló hasta enredarme entre sus brazos, se separó un poco y me llevo de la mano a su habitación, antes de entrar me tomo de ambas manos, empujo la puerta con su espalda y sin dejar de mirarme entramos ambos, su habitación era pequeña, de color azul, cómoda, había pósters de su equipo de futbol favorito, algunos más de algunos grupos de música, a la derecha tenía sus instrumentos acomodados y ordenados, tenía una pequeña repisa donde ponía sus libros y algunos juguetes de niño que conservaba, a lado de ella tenía un closet de tamaño mediano y aún habiendo tantas cosas por ver mi mirada se centraba en un solo objeto... En aquella cama individual frente a mi, él estaba frente a mi, sentía que mi corazón iba a explotar en cualquier momento, no dejaba de latir descontroladamente por él, él tomó mi mentón y fijó su vista en la mía, me besó y me atrajo hacia él, recorrió mi cintura con su mano, subió mis vestido y toco por debajo de él haciéndome temblar, haciendo que mis piernas fallaran, estaba a su merced, me llevó hacia la cama, me hizo cambiar de posición, ahora yo estaba del lado de la cama, sentí que mis pantorrillas tocaban la orilla, entonces me empujó y yo caí sobre ella, lo mire completo, estaba hermoso, sus labios entreabiertos muestra de su deseo, aquel cabello que ahora estaba en desorden gracias a mí, sus ojos cafés me miraban como nadie jamás me había mirado, traía una playera blanca con un pantalón de mezclilla, a pesar de que venía tan casual para mí era el chico más guapo con el que mis ojos se habían topado en toda mi vida, apoyó su rodilla en la cama, entre mis piernas y empezó a besarme el cuello, dándome pequeños y adorables besos que hacían que mi piel se erizara al contacto de sus labios, de vez en cuando me mordía levemente por lo que soltaba pequeños gemidos que parecían gustarle pues cada ves que lo hacía me susurraba "me encantas" él subió mi vestido, yo le ayudé y me lo quite, quede ante sus ojos, sentía que me comía con la mirada, no dejaba de mirarme, tanto que me avergonzaba, aquella mirada gélida por un momento se convirtió en fuego pasional puro, me asusté ¿qué estaba haciendo? ¿Enserio lo iba a hacer?
- Santiago no... Paremos Por favor - pero mi voz me fallaba, me hacía gemir con cada beso que no podía decir nada con firmeza.
- ¿Por qué? Mira cómo me tienes... Me tienes rendido ante ti - cuando le iba a contestar me callo con un beso, fue entonces que me deje llevar un poco, yo también lo quería ver cómo jamás lo había visto, lleve mis manos hacia su playera, oí como se reía sutilmente, entonces se separó un instante, vi como se pasaba la playera por su cuerpo, dejándome ver su exquisita piel blanca, se la quito finalmente, yo estaba pasmada ante la más bella vista que jamás había contemplado, su cuerpo era hermoso por donde quiera que lo vieras y era todo mío y de nadie más, entonces él se acostó y me pregunto ¿quieres ayudarme con lo de abajo? Yo no dije nada, no podía hablar, solo pude asentir y empezar a desabrochar los botones, mis manos temblaban, él me miraba expectante; era inexperta, jamás había desabrochado el pantalón de un hombre, era mucho más gruesa la tela por lo que complicaba desabrocharlo, sentía tanta vergüenza de no poder hacerlo...
- Tranquila, te ayudo... - el desabrocho el botón y yo baje el cierre, fui bajando el pantalón, él termino de quitárselo, ambos estábamos en ropa interior ahora, entonces él volvió a levantarse y se puso encima de mi, se acercó tanto como ningún hombre lo había hecho, pude sentir su hombría tan cerca de mi entrada, lo hacía a propósito, solo lograba excitarme más, entonces él llevo su mano hacia mi parte baja y empezó a acariciarme, gemí al instante de placer, nunca me imaginé que se pudiera sentir mejor que ahora, él vio mi reacción, paro...pero solo para quitarme el brasier y dejar mis senos al descubierto, posteriormente me quito mis calzoncillos, besaba cada parte de mí, mientras me acariciaba tan delicada pero firmemente, me hacía sentir en el cielo y en el infierno a la vez, lo deseaba tanto, hacía que sintiera aquella parte de su cuerpo tan dura... entonces él se quitó también el bóxer, mis ojos se abrieron completos, era la primera vez que veía algo así...
- Creo que mejor paramos aquí Santiago...
- Por favor, no me dejes así...
Empezó a besarme, trataba de convencerme de que lo hiciéramos, yo le decía que no pero cada vez con menos fuerza, me susurraba cosas tan lindas y a la vez tan pervertidas que me hacían avergonzarme, al final cedí como siempre hacía ante él, se puso entre mis piernas sin dejar de besarme, me las alzó un poco a la vez que me jalaba hacia él.
- Por favor... Se cuidadoso...
- Lo seré...
Él bajo hacia a mí y me besó, mientras trataba de entrar en mi, yo lance un pequeño gemido pero de dolor...
- Tranquila, relájate, estoy aquí... Contigo. Tranquila
Me dolía... Demasiado...
- Sácalo.. Me duele.
- Relájate...
Lo saco por un momento, me besó mis senos, mi abdomen, todo de mi, me comió completa, después volvió a subir a mi boca y mientras me besaba trato de entrar de nuevo, aunque dolió mucho lo logró. Me susurró... - Ahora eres completamente mía - aquellas palabras me retumbaban como ningunas otras en todo mi ser, me sentí protegida, especial... al principio no se movía tanto, tan solo permanecimos así, abrazados, besándonos, nos habíamos unido, me sentí tan feliz.
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Cuando la luz se va
Teen Fiction¿Alguna vez has sentido que ya no puedes mas? que yo no eres la misma desde que aquello paso, que tu felicidad se fue, que no hay mas luz y te encuentras cayendo por un abismo que no tiene fin... Maia, una chica de 17 años te cuenta su historia, su...