DARK WHISPERS #Whispers2

Capítulo 25.

ATENCIÓN: ES EL SEGUNDO CAPÍTULO QUE HE SUBIDO HOY, POR LO QUE SI NO HAS LEÍDO AÚN EL 24, TE ACONSEJO QUE LO LEAS ANTES. :) GRACIAS. <3

25. "We can with all"

Harry conducía por las calles de Baltimore. Su Audi aún rugía como lo hizo la primera vez que monté en él y su música seguía siendo la misma.

—¿Por qué has ido con Nick a la cena? – Me preguntó, mientras su mirada se fijaba en la carretera.

—Vino a mi casa justo cuando iba a salir para venir a donde Holly y se unió al plan.

—Estoy harto de ese rubio, Abbie. ¡Harto!

—Tranquilízate, Harry. Tampoco es para tanto.

—¿Ah, no? Todo lo que yo no quiero contar ya lo cuenta él. Si yo decido no contarlo, ¿Por qué él puede tomar la decisión por mí?

Harry tenía razón y simplemente se la doy agachando la cabeza.

—Bueno, te olvidarás de él por un tiempo. Y también de mí. – Murmuro.

—De ti no me voy a olvidar, Abbie...

Mi interior se endulzaba. Parecía que estábamos creando una situación que hacía semanas que no lográbamos conseguir: Una situación íntima.

—¿Te vas por asuntos familiares? – Curioseé.

—Sí. No dije nada más porque no quería darles más explicaciones y menos delante de Nick.

Me conformé y asentí. No hablamos mucho más hasta que llegamos al portal de mi apartamento. Harry apagó el motor mientras yo bajaba del coche, y él también lo hizo. Se puso a mi lado y me acompañó hasta la puerta del portal, como un caballero.

¿Por qué no podía ser así siempre? ¿Por qué solo lo era por días?

Suspiró y retiró un mechón de mi cara, metiéndolo detrás de la oreja. Después, posó su mano en mi barbilla y la levantó para que le mirase a los ojos.

—Es lo mejor, Abbie.

Giré el labio. Si supiese todo, sabría que no era lo mejor...

—Supongo... — Murmuré.

Acto seguido, me besó. Dulce, muy dulce. Ojalá todos los besos pudiesen resultar así de increíbles.

—Nos vemos muy pronto. – Me dijo mientras se separaba de mí.

—Que te vaya genial en Europa con tu familia, Harry.

Sonrió y comenzó a andar hacia el vehículo.

Mi interior se desmoronó en ese mismo momento e hice un amago de ir tras él y confesarle todo.

Pero no lo hice.

****

Me encontraba trabajando en la tienda de los señores Hudson, a última hora de la tarde de un domingo. Adam daba vueltas por la tienda en busca de algún cliente.

Parecía que el invierno empezaba a asomar la cabeza y la gente cada vez salía menos de sus hogares. Y eso, repercutía en nuestro trabajo.

Miraba cada dos por tres el reloj de la tienda. No supe nada más de Harry desde la noche anterior. ¿Estaría a punto de coger el vuelo? O quizás ya lo habría cogido.

Aunque tuve miles de amagos de confesarle todo, no lo hice. Quizás porque él realmente necesitaba desconectar de todo esto y yo también necesitaba que desconectase. O qué sé yo. El caso es que no lo hice.