Capítulo 6.

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6. "You and I"

Continuaba examinando al chico. Aún parecía que mi cuerpo no se había hecho a la idea de que, de nuevo, le tenía frente a mí.

No sabía si hablarle, pues la posibilidad de que se fuese huyendo de nuevo de mí, existía.

Vestía unos jeans ajustados negros y una camisa de manga corta negra. También los zapatos eran oscuros. Su pelo algo más largo que al principio del verano, sin embargo, continuaba manteniendo su tupé.

—¿Qué haces aquí? – Pregunté.

—Me invitaron a la fiesta y decidí salir a tomar el aire. – Informó.

Solté un suspiro de alivio cuando me di cuenta de que la primera frase que escuchase de él, no fue negativa.

—¿Y tú? – Preguntó, tras unos segundos de pausa.

—También me invitaron, pero este no es sitio para mí.

—Entiendo.

Fruncí el ceño mientras mi voz temblaba. Quería preguntarle tantas cosas y darle explicaciones de tantas más, que ni siquiera sabía por dónde empezar.

—¿C—cómo estás? – Pregunté, con la voz quebrada.

El chico frunció el ceño y me miró, altivo.

—Bien, Abbie.

Carraspeé mi garganta y busqué en el armario de mi mente algún sitio por donde empezar.

—He de irme. – Añadió a la conversación antes de que me diese cuenta.

—¿Ya? – Exclamé.

El chico me miró extrañado. Después de unos segundos, suspiró y asintió.

El silencio se rompió cuando un grupo de chicos pasó a nuestro lado, envueltos en carcajadas y pasos desequilibrados. Eran cuatro.

Les examiné, estupefacta. Sin embargo, dejé que siguiesen su camino. Tenía cosas más importantes a las cuales hacerle caso. Por ejemplo, el chico que estaba como petrificado enfrente de mí: Harry.

No supe con certeza en qué momento logré llenarme de valentía y respirar todo el aire que mis pulmones me permitieron.

Quizás fue el ansia que había estado cultivando durante los tres meses de verano el que me obligó a no resistirme ni un segundo más con esa agonía en mi interior.

—Harry, necesito pedirte disculpas. Necesito que me des una oportunidad para explicarme. Necesito...

—Abbie, no. – Me interrumpió, tajantemente. – Tú y yo no tenemos nada que hablar.

—¡Claro que tenemos cosas de qué hablar, Harry! Nos debemos miles de explicaciones.

—¿Explicaciones? ¡¿Qué tipo de explicaciones?! – Gritó a pleno pulmón, intimidándome. — ¿Crees que te servirá de algo explicarme el porqué fui un juego para ti?! ¡¿Crees que de verdad en algún absurdo momento de mi vida se me pasaría por la cabeza perdonarte?!

La frialdad de mi cuerpo resucitó cuando, la poca esperanza de poder arreglar las cosas con Harry, se apagó.

—Dime, Harry. ¡¿Por qué te presentaste en mi portal el otro día, entonces?! Dime por qué estás aquí conmigo ahora.

Stewart negó con la cabeza, dado por vencido. Dio media vuelta con su cuerpo, y dio por finalizada una conversación que en ningún momento tuvo sentido.

Cerré los ojos, llena de impotencia. ¿Acaso había mejorado algo el haber podido hablar con él? ¿O lo único que había hecho era empeorar las cosas?

DARK WHISPERS #Whispers2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora