Capítulo 31.

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31."this is our forever"

Colocaba la cubertería sobre la isla del medio de la cocina. El olor a nuevo todavía podía olerse en cualquier rincón de la casa.

Harry continuaba con su ceño fruncido, como lo había estado desde el momento en el que vio cómo Oliver aparcaba frente a nuestra casa esta misma madrugada. El muchacho se encargó de sacar la bandeja en donde habíamos preparado un apetecible pavo al horno con salsa de arándanos, mientras yo colocaba un plato como entrante: pastel de nuez pacana.

Comprobé el reloj y me percaté de que mis padres estarían apunto de llegar. El día de Acción de Gracias hoy, estaba siendo completamente opuesto a lo que debería.

—¿Qué beberás? – Preguntó Harry.

Mis cejas estaban torcidas, mientras colocaba mis pendientes frente al espejo. Después de lo ocurrido esa misma noche, no tenía ningún motivo para dejar de estar enfadada con él.

—Agua. – Me limité a contestar.

El chico bufó y se acercó a mí para mirarme a los ojos a través del espejo. Retiré mi mirada y sentí cómo sus manos rodeaban mi cintura.

—Siento todo esto, Abbie... — Murmuró, sobre mi cuello. – Me duele tener que continuar viviendo así...

—A mí me duele más. – Contesté, deshaciéndome de su abrazo por la espalda.

Harry agarró mi muñeca antes de que acudiera a poner sobre la mesa los últimos platos.

—Te prometo que arreglaré esto.

—Deja de prometer, Harry. Deja de prometer todo lo que no puedes cumplir.

—¿Confías en mí?

El timbre sonó en ese mismo momento. Harry frunció el ceño y tragó saliva. Arqueé mi ceja y pasé a su lado para ir directamente a abrir la puerta, detrás de la cual, se encontraban mis padres.

—¡Feliz día de Acción de Gracias, hija! – Exclamó mi madre, dándome un enorme abrazo.

Detrás de ella, entraba mi padre, con un recipiente en la mano izquierda y una botella de vino en la derecha.

—Hola, cielo. He preparado un pastel de manzana y he traído uno de los mejores vinos que aún nos quedaban en casa.

Sonreí y en ese momento, apareció Harry en la escena.

—Buenas noches, señores Evans.

—¡Hola, querido! – Se adelantó mi madre, abalanzándose sobre Harry mientras colgaba su abrigo de piel sobre el perchero de la entrada. — ¿Serás tú quien me enseñe la casa?

—Sí. – Dijo él, inmediatamente. – Usted primero, por favor.

Miré a mi padre en ese mismo momento y dejé que pusiera sus ojos en blanco. Le lancé una sonrisa y atrapé el recipiente de comida que cargaba, conduciéndole a la cocina y depositándolo en el centro de la isla.

—¡Vaya! Seguimos siendo conservadores respecto al menú. – Comentó mi padre.

—El pavo al horno lo ha cocinado Harry. – Confieso. – Seguro estará delicioso.

—He de admitirte que me sorprende que aún sigas con él. Pensé que cuando fuiste a Seattle con Sharon este verano, vuestra relación estaba acabada.

—Bueno, no estábamos pasando nuestra mejor época, pero...

Mi padre comenzó a observar cada rincón de la cocina, mientras aguantaba sus manos tras la espalda. Fruncí el ceño mientras le observaba mirar todo con detalle. Me sorprendí cuando fijó su mirada en un lado de la encimera, y atrapó algo.

DARK WHISPERS #Whispers2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora