Capítulo #10

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Abro los ojos vagamente recibiendo un rayo de sol en mis pupilas, me volteo para tratar de seguir durmiendo, pero la figura de un hombre en mi cama me hace pegar un respingo.

—¿Harry?
—Buenos días.
—¿Qué haces aquí?
—Tu amigo el cabeza de banana ha venido, dice que tiene que decirnos algo, en fin, ha venido temprano y me ha mandado a despertarte, pero estabas tan dormida que mejor decidí esperar.

Sacudo mi cabeza para quitarme el sueño y me levanto de la cama.

—Bueno, me daré una ducha rápida y me cepillaré los dientes, así que...
—Lo sé, saldré, no ibas a pretender que me iba a quedar aquí a ver cómo te vistes —dice y su cuerpo desaparece tras la puerta.

Luego de asearme me pongo unos shorts de mezclilla y un top color turquesa, me dispongo a salir y veo a Harry y Bart sentados en la sala, Los acompaño en el sillón frente a ellos (nuevo, por cierto, lo compramos gracias al primer sueldo de mamá en su nuevo trabajo) Bart coloca dos papeles plateados en la mesa de en medio.

—Están ambos invitados a la gala que se celebrará mañana en mi casa, queremos recolectar la mayoría de personas posibles porque tenemos un evento que les gustará mucho a todos, más allá de actos de beneficiencia, tenemos muchos eventos planeados que pueden ser de su interés, aparte, la entrada es totalmente gratis ¿qué dicen?¿Asistirán?

Ni siquiera consideré el asunto ya que 1) no tengo dinero para comprar un vestido para la gala 2) no tengo dinero para donar y eso me haría ver como 3) una engreída total 4) una interesada. Pero justo cuando estaba lista para decir "no", Harry interrumpe.

—Iremos
—No hables por mí —digo mirándolo con recelo.
—¿No irás Charlotte? —pregunta Bart con un acento triste.

Demonios, no iba a decirle que no iba a ir en la cara, y menos que no iba porque no tenía dinero, porque entonces se que me daría una fortuna solo para que pudiera asistir al evento.

—Vamos, Charlie —dice Bart dirigiéndose a mí por mi apodo— este es un evento muy importante, escucha, no vayas por mí, ve por esos niños necesitados que esperan allá afuera a que los rescates aunque sea con una sonrisa.

Doy un largo suspiro y asiento pesadamente.

—Bien, iré.
—¡Genial! —exclama levantándose del sillón— los veo allá, adiós —se despide desapareciendo detrás de la puerta.

Un incómodo silencio se forma entre Harry y yo y de repente la arquitectura del lugar resulta muy interesante de observar con tal de no tener que verle a los ojos, lo cual él está haciendo conmigo.

—Supongo que debo irme —proclama levantándose de su asiento.

Lo sigo hasta la puerta y él se da vuelta y detiene a mirarme un momento, como si hubiera olvidado algo.

Harry:

Sus ojos se encuentran fijamente con los míos mientras que sus mejillas se van tornando de un tierno color rojizo, sus manos tiemblan y trata de ocultarlas, pero lo he notado, mientras yo solo me dedico a mirarla sin poder sacar esos pensamientos de mi cabeza, su cuerpo junto al mío, mis manos explorando su cuerpo, su boca besando cada extremo del mío, nuestros cuerpos sudando, juntos, es un sueño.

Pero eso es lo que es, un sueño, algo que nunca se hará realidad.

Me largo de su casa sin decir más, no porque no quisiera, sino porque no había palabra alguna que saliera de mi boca, me di una ducha de agua fría, tratando de olvidarla, pero era imposible, con un demonio, cómo quiero olvidarla.

Charlotte:

Había sido una larga semana desde que Bart me invitó a aquella gala y sin duda no tenía idea de qué iba a vestir, es viernes, estoy solo a dos días de la gala.

Estoy sentada en las escaleras cuando siento como los pies de alguien pisan el ruidoso piso de madera.

Harry.

—Ven conmigo —dice.
—¿A dónde?
—Solo ven, tengo que enseñarte algo.

Me levanto sin siquiera saber a dónde se dirige o qué quiere conmigo, miro a través de la ventanilla de su auto (sí, tampoco sabía que tenía auto hasta que vi sus iniciales en la placa) pasamos montones de edificios y aún sigo sin saber dónde nos dirigimos, hasta que Harry estaciona en una plaza enorme, se baja del auto y yo hago lo mismo, caminamos hasta llegar a una tienda.

Al entrar, el lugar está repleto de hermosos vestidos y ropa de hombres.

—¿Por qué me has traido aquí? —pregunto al mirar todas las cosas costosas que están frente a nosotros— ni tu ni yo podemos comprar nada de esto.
—No lo haremos, pero quiero que entres ahí y escojas el vestido más hermoso que hayas visto en tu vida, quiero que te lo pruebes e imagines la cara de todos si te vieran entrar a un salón con él.
—¿Y para qué quieres ilusionarme de esa manera?
—Solo hazlo—ordena.

Pongo los ojos en blanco y me dirijo a ver la gran variedad de vestidos, algunos dorados, otros color caramelo, turquesa, plateado, colores y diseños hermosos, Harry me acompaña en todo momento alrededor de la tienda y me aseguro de preguntarle su opinión sobre todos los vestidos que aparto, termino apartando unos quince para probármelos

—¿Solo llevarás estos? —pregunta.
—Sí, ¿me acompañas a probármelos?

Harry abre los ojos como platos y yo me hecho a reír.

—Me refiero a que esperes afuera y me digas qué tal me queda cada uno ¿vale?

Harry asiente y me acompaña hasta el vestidor, se queda sentado afuera y yo comienzo a medirme cada vestido que he escogido.

El primero es un vestido morado con detalles plateados y con un escote en forma de corazón, de falda larga y tela muy fina. Al salir, Harry suelta la revista que estaba leyendo y se dedica a mirarme.

—¿Y bien?
—Mmm...se ve bien, pero no te daría.
—¿Qué?
—Verás, como soy hombre clasifico la ropa de las mujeres en "le doy" y "no le doy", en este caso, tu vestido es un "no le doy"
—¡Eres un pervertido Styles! —le regaño mientras ambos reímos.
—Anda cámbiate esa mierda.

Pongo los ojos en blanco mientras río y niego con la cabeza, no conocía ese lado suyo y, a decir verdad, me agrada, el siguiente vestido es color blanco con diminutos detalles en dorado, de escote original y con un recorte que deja ver gran parte de mi pierna derecha, es perfecto, pero no logro subirle el cierre.

—Harry ¿me ayudas aquí? —pregunto saliendo del vestidor mientras Harry me sigue hasta éste.
—¿Qué pasa?
—¿Me ayudas con el cierre?

Duda unos minutos antes de responder, luego me recojo el cabello mientras lo dejo a cargo de mi cierre.

Harry:

Su espalda desnuda me desconcentra mientras veo el tirante de su sostén, su espalda perfecta y la manera en la que se dirige a su acentuado trasero.

¡Demonios!¿qué estoy haciendo?

Cuando regreso de mis sucios pensamientos ella se encuentra de frente mío, mirándome fijamente con esos ojos grises que ruegan algo, pero no sé qué. Me acerco a ella lentamente y siento como ella también se acerca a mí, mi corazón late a más rapidez en cada centímetro que eliminamos, hasta que por fin mis labios rozan los suyos, comenzando de un tierno beso a un beso salvaje, lleno de deseo, su lengua viaja por mi boca y la mía hace lo mismo, sus manos se deslizan por mi cabello con suavidad, aquí es donde pertenezco, a sus besos, a sus caricias.

Demente (h.s.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora