Pero bueno, pasemos de lo ficticio a la realidad, me he encontrado encerrada en un mundo de fantasías últimamente, cuando la realidad es que, Harry, por más que "cambie", siempre será él chico bipolar y maleducado y conocí hace un tiempo. No puedo creer que, por el hecho de que hayamos tenido un encuentro bastante íntimo en él ascensor, todo de repente se arregle y vivamos un cuento de hadas.
¿En qué he estado pensando?
–-Hay muchas cosas que no alcancé a decirte –pronuncia– debes dejar que la gente se explique Charlotte, aunque te den la explicación más estúpida del planeta tierra.
–¿Cuál es tu explicación? Me emociona saber lo que tienes que decirme, no soy buena mintiendo, tal vez puedas enseñarme.
–Una de las cosas que debes saber sobre mí, es que odio mentir, y odio que me mientan, ¿sabes? Muchos odian que les mientan, pero no todos dejan de mentir.
–Todos mentimos Harry, es una costumbre.
–No para mí, y eso me ha llevado a ser alguien solitario, alguien con quien nadie quiere estar, soy la clase de chico que se pasa las cenas familiares sentado en una silla probablemente jugando videojuegos, a quien nadie le pregunta por su vida, quien no le importa a nadie, ¿y todo eso por qué? Por ser honesto, por decir las cosas a la cara.Sus palabras me dejan pensativa, así que doy un trago a mi bebida y siento como el licor viaja por mi garganta.
–Sigo sin escuchar tu excusa
–Mira, sí he sido un idiota, hubieron muchas mujeres después de tí, muchas, y una de ellas iba a tener un hijo mío, pero las cosas se complicaron demasiado, ambos sufrimos, aunque no estábamos juntos, ambos queríamos ver a ese bebé, lo cargué en mis brazos, Charlotte, cargué a mi hijo muerto en mis brazos, medía unos diez centímetros de largo, pero era la criatura más hermosa que había visto –sus ojos se cristalizaron– y solo podía pensar cómo se hubiera sentido tener esa hermosa criatura con la persona correcta. Ahí fue cuando decidí parar todo, parar mis estupideces y volverme alguien responsable, esa chica y yo...nos hicimos muy buenos amigos, qué mal que hayan tenido que pasar tantas cosas para que lo fuéramos, en fin, ella sí conoció al amor de su vida, y yo estaba dispuesto a ayudarla con todo, por eso la acompañé a cualquier lugar que me necesitara. No te diré que fuiste estúpida al pensar que me casaría con ella, hasta yo lo hubiera pensado, pero las cosas no siempre son lo que parecen.Hago mi mayor esfuerzo por no dejar caer mi quijada ante todo lo que ha dicho, en vez de eso, dejo que continúe su historia.
–No estoy tratando de excusarme con esto, solo trato de dejarte saber que mi vida tampoco ha sido fácil después de ti.
Busco las palabras apropiadas para responder, pero simplemente no sé qué responder, son demasiadas cosas que procesar.
–¿Por qué volviste a Chicago?
–Negocios, compromisos, gente, esta sería la última ciudad en la que viviría hace unos 5 años, pero las cosas cambian, ¿qué haces tú aquí?
–No tengo la menor idea –doy un sorbo a mi trago y él lo imita– hace tiempo que no tengo razones para hacer las cosas, solo las hago por monotonía.Harry vuelve sus labios una fina linea y, a pesar de la escasa luz del lugar, logro ver como sus pupilas se dilatan en sus hermosos ojos verdes.
–Hay algo que quiero enseñarte –confiesa–
–¿Me crees si te digo que tengo toda la noche?Reímos.
–Vámonos de aquí
Subimos al auto de Harry y éste arranca, la conversación fluye tanto entre ambos que no me percato de la música en todo el camino. De repente, comienzo a ver un paisaje conocido.
–No estarás pensando...
–¿Por qué no? Sería bueno recordar
–Harry, no quiero volver a esos apartamentos, no te imaginas las veces que lloré allí, las veces que me senté en las escaleras a pensar por qué no tenía la suerte de tener dinero como otras pesonas.
–Pero eso no valió de nada, porque ahora ambos lo tenemos y no hemos conseguido ser felices.Odio que sus palabras sean tan ciertas.
No respondo a su testificación y dejo que éste me lleve a los polvorientos apartamentos en los que solíamos vivir, no había vuelto desde que conseguimos mudarnos de aquí, lo recuerdo perfectamente. Harry abre cuidadosamente la puerta del apartamento en el que solía vivir con mi madre.
–¿Cómo tienes la llave?
Harry ignora mi pregunta y entra a la propiedad, deja las llaves en el encimero, aún con las luces apagadas.
Luego siento como se coloca detrás de mí y tapa mis ojos con sus enormes manos, escucho cómo enciende la luz con su codo.–¿Estás lista?
–¿Por qué tanto misterio?
–¿Estás lista o no?
–Lo estoyAl destapar mis ojos, admiro lo más hermoso que había visto en mucho tiempo, incontables retratos, todos al parecer de la misma persona, hechos con una inmensa variedad de colores.
Sin duda era un placer a la vista.
Harry había convertido la casa en un salón pintado con una hermosa cerámica gris, brillosa como sus ojos, las paredes tenían muchos diseños, no podía dictar uno en sí.
Mi boca permanece abierta por él asombro, sin poder asimilar bien a qué se debe todo esto.
–La chica de las pinturas...soy yo –pronuncio estupefacta–
–Desde que te conocí sabía que serías alguien importante en mi vida, comencé a retratarte, y a mirarte sin que lo notaras, eres mi mejor obra de arte Charlotte. Luego de que te fueras, compré esta casa, trasladé todas mis pinturas aquí y comencé a crear muchas más, sentía que tu espíritu todavía estaba aquí, aunque tu estuvieras lejos, te sentía más cerca. Pasé mucho tiempo viajando, pero cada vez que tenía la oportunidad, te retrataba, coqueta y sonriente como te recordaba, como aún eres y siempre serás, deseaba haber pasado más momentos contigo, pues los recuerdos en mi mente no eran suficientes.Hubo un largo silencio en el que solo me dedicaba a viajar alrededor del ahora más grande salon, visualizando cada pintura y la exactitud que tenían.
–Las paredes...em...tienen muchas cosas que me recuerdan a ti.
–¿Por qué nunca me contaste sobre esto?
–No podía, debía esconderme lo más posible, la mejor belleza es la que no tiene razón, Charlotte.Harry se acerca a mí, lo suficiente como para mí sentir el calor de su cuerpo atrapar el mío.
Sin duda, no tengo idea de qué hacer.
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Demente (h.s.)
RomanceY lo peor es; que nadie está a salvo de enamorarse, de ser engañado, maltratado, nadie está libre de nada.