Tres meses antes de la boda:
(Sábado, 6:00 a.m.)
Me levanto rápidamente de la cama y me dirijo hasta el baño a darme una ducha y cepillarme los dientes, al volver, observo cómo Bart sigue en un profundo sueño, me acerco y planto un dulce beso en sus labios, Bart siempre ha tenido el don de tener un aliento fresco en la mañana, no sé cómo lo hace.
Me dirijo hasta el enorme armario y escojo una ropa para hoy, una blusa roja y unos jeans parecen hacer la perfecta combinación, luego de cambiarme vuelvo a la habitación y tomo mi bolso.
Antes de salir, envío un mensaje de texto a mi amiga Monique, quien me acompañará a escoger un vestido ya que mi madre ha estado demasiado ocupada con su trabajo en la compañía de los padres de Bart.
Al llegar al sitio, una señora de unos cuarenta me recibe con una sonrisa.
-¿Señorita Freeman? -pregunta.
-La misma -respondo.
-Me llamo Doreen -sonríe- La encargada del lugar me dijo que vendría por aquí, sus vestidos están en esta dirección, venga por aquí.La señora me lleva hasta una sala llena de diferentes vestidos de novia.
-Siéntase libre de probarse todos los que le gusten -sonríe y se hace a un lado, dándome paso, sonrío de vuelta y me dedico a buscar entre la multitud de vestidos, Monique revisa otros del otro lado de la sala, ella sabe perfectamente mis gustos, no quiero nada llamativo, solo algo sencillo pero lindo.
(...)
Hasta ahora me he probado al menos unos 37 vestidos y ninguno parece ser el indicado,
Doreen se une conmigo a la búsqueda, veo desde lejos una pareja entrar a la tienda y ver la enorme cantidad de vestidos, el perfil del chico me parece conocido, pero no logro reconocerlo porque 1) está de espaldas 2) está sumamente lejos, la tienda es enorme.
Doreen saca un vestido y me comienza a hablarme de él, pero no escucho mucho lo que dice, mi vista está enfocada en la pareja que acaba de entrar hace unos minutos, cuando el chico por fin se voltea, logro ver su rostro y una corriente recorre todo mi cuerpo.
¡Es Harry!
Me doy unos golpes en la cabeza tratando de comprobar que mi vista no me esté engañando, Monique y Doreen fruncen el ceño ante mi repentina expresión de locura.
¡Debo esconderme!
Lo que menos quiero es que Harry me vea en este lugar, sería muy incómodo tener que hablar con él sobre los detalles de mi boda, teniendo en cuenta que molió a Bart a golpes por besarme hace tres años.
-¿Señorit...?
-¡Si claro!¡Me encanta! -respondo sin escuchar lo que ha dicho y le arrebato el vestido de las manos.Entro al vestidor con el corazón latiéndome a mil, me quedo unos diez minutos adentro a esperar a que Harry y su novia se marchen, pero la imagen de su sonrisa no se marcha de mi cabeza.
Así que Bart no mentía...
Ni siquiera entiendo mi repentina reacción ante nuestro encuentro, es decir, no siento nada por él, debería ir allá afuera y saludarlo como una persona normal, y tal vez hasta felicitarlo por su compromiso.
Pero esa es la cosa, no soy una persona normal.
-Charlotte, ¿está todo bien? -pregunta Monique con tono de preocupación.
-Claro, todo está perfecto, salgo en unos minutos -miento.Comienzo a ponerme el vestido, que de por cierto está horrendo, luego de unos minutos de arreglarlo bien salgo y me miro en el espejo de afuera.
Luce aún más horrible.
-¿Te gusta? -pregunta Monique, frunciendo el ceño.
-Prefiero pasar a una siguiente opción -digo a Doreen tratando de fingir una sonrisa.Observo una bandeja de canapés que han puesto sobre la mesa de cristal que acompaña los blancos muebles de la sala, tomo uno en mi mano y lo como al instante, menos de un minuto después me encuentro con la bandeja vacía, bebo la copa de chapaña que quedaba y siento como el frío líquido viaja por mi esófago.
-Oye en serio, ¿qué te pasa? -pregunta Monique por segunda vez en el día.
Su pregunta me hace mirar hasta donde se encontraba Harry hace pocos minutos para comprobar si se había ido, luego de confirmarlo, me levanto y doy un largo suspiro.
-He visto a Harry.
-¿Qué? -pregunta con asombro- ¿el chico de Chicago? Pero...¿cómo es eso posible?
-No lo sé, o es un acosador de primera o mi suerte es sorprendentemente horrible.Doreen interrumpe nuestra breve conversación y me enseña un hermosísimo vestido.
-Te lo juro linda, si tu no te llevas este vestido yo lo haré -reímos.
-¡Me encanta!¡Es hermoso! Me lo probaré ahora mismo.El vestido es sencillo, tiene un encaje de color blanco en la parte superior que llega hasta los senos, luego comienza el vestido con un hermoso escote de forma de corazón. Salgo victoriosa del vestidor y miro la cara de felicidad de Doreen y Monique.
-Siento tanta envidia en este momento -bromea Monique.
-¡Este es!¡Este es el vestido! -me dirijo a Doreen.Ésta última sonríe con satisfacción.
-Lo empacaré desde que decida quitárselo.
Me miro durante unos minutos más en el espejo y la imagen de Harry llega a mi mente, sacudo la cabeza para alejar ese sentimiento, de pronto la enorme sonrisa que tenía se esfuma por una cara de confusión.
-¿Está todo bien? -pregunta Doreen.
Asiento rápidamente y entro al vestidor.
(...)
-Y esta es la habitación principal -digo enseñándole la última habitación de la casa a Monique, quien observaba con fascinación.
-¡Vaya!¡Tu si que tienes suerte! Te has conseguido un novio millonario que puede pagarte esta mansión, que te lleva a cenar a restaurantes caros y aparte está súper flechado por tí ¡estás viviendo el sueño!Monique no me mira a los ojos, simplemente toquetea cada objeto de la habitación, incluso las fotos de cuando Bart y yo fuimos a Ámsterdam.
Debía acostumbrarme a que la gente hiciera comentarios similares al de Monique ya que, para todos, era la aprovechada que se había conseguido un novio millonario para salir de la pobreza.
-Oye ¿qué ha sido eso de hoy? Es decir, estás a punto de casarte Charlie -dice en forma de apodo, a pesar de que le había dejado claro lo mucho que odio que me llamen así. Es decir es, Charlotte, C-h-a-r-l-o-t-t-e, no Charlie, ni Lottie, ni Charl- no creas que debas reaccionar de esa manera ante tu ex.
-No es mi ex -digo despacio, demasiado- lo sé -resoplo, sentándome en la orilla de la cama- pero no pude evitarlo, Monique, no podía dejar que me viera, aparentar que todo está bien entre nosotros y tener una larga conversación sobre nuestras bodas, simplemente no puedo, y sé que tengo que trabajar en ello, pero por ahora solo...déjame arreglarlo.Monique se sienta a mi lado y me mira preocupada, mientras acaricia mi espalda con su helada mano.
¿De verdad lo haría?¿de verdad iba a arreglarlo?

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Demente (h.s.)
RomansaY lo peor es; que nadie está a salvo de enamorarse, de ser engañado, maltratado, nadie está libre de nada.