Demente (h.s.)

Capítulo #6

Sus ojos esmeralda me miran fijamente con amenaza y me encuentro entre la espada y la pared.

-¿Entendiste eso? -pregunta en un tono amenazador.

Asiento rápidamente y él se aleja, suelto una bocanada de aire que hasta este momento no sabia que estaba aguantando dentro de mí, de repente siento unas inmensas ganas de vomitar así que entro con prisa a mi apartamento hasta mi baño.

Luego de lavarme la cara y los dientes me veo en el espejo, mis ojos están cristalizados y mi mirada apagada.

-Yo solo quería ayudarlo -me digo a mí misma.

Cierro mis ojos una vez más, esperando que el mundo desaparezca.

(...)

-Si desea llevar ese libro tiene que pagar por él -digo a una chica que se muestra interesada en un libro de la estantería.
-Me lo llevaré, solo estoy hojeándolo primero -sonríe.

La joven continúa hojeando el libro, mientras sonríe con cada página que pasa, mientras yo trato de visualizar disimuladamente el libro que está leyendo.

"¿Cómo conseguir a un chico? 10 pasos infalibles" -se titula.

-Voy a llevármelo -dice acercándose al mostrador.

Miro su aspecto, ojos cafés que hacen juego con su cabello, piel algo morena, "sonrisa perfecta" ¿Cómo podría una chica así necesitar consejos para conquistar a un chico?

-Son $8.55 -le ofrezco una sonrisa mientras ella busca efectivo en su monedero, ella devuelve la sonrisa pero esta vez una más...atrevida.
-Muchas gracias -dice entregándome el dinero junto a un pequeño papel.
-Creo que se te escapó esto -digo devolviéndole el papel.
-No no, ese viene con la propina -me guiña el ojo.

Oh demonios, no puede ser...

-Oh -digo sorprendida al ver el contenido del papel, su número de teléfono- creo que no...no me entendiste, yo no soy...
-Solo guardalo -agrega y se va.

Frunzo el ceño para mí misma y despedazo el papel en pequeños para luego entrarlo en mi bolsillo.

Un mes después:

Ha pasado un mes de ignorar al demente, de no ayudarlos con las compras del supermercado, esto me parece muy inmaduro, pero ha sido su deseo, acabo de llegar del trabajo y siento como si tuviera pesas en mis párpados, no he dormido bien en semanas, busco la llave de mi apartamento en mi bolso mientras trato de abrir la puerta, hasta que el ruido de la puerta de al lado llama mi atención.

-Entonces ¿nos veremos la otra semana? -escucho la voz del demente.

No hay nada afuera, solo han abierto la puerta, me escondo detrás de la pared para que no me vea y continúo escuchando su conversación.

-Nos veremos cuando quieras -escucho la voz de una chica, esa voz...siento que la conozco.

Hasta que por fin la chica sale afuera, pero el demente sigue adentro, así que no puedo verlo.

-Adiós -dice él.

La chica se acerca para besarlo y siento que ya he visto demasiado, dejo caer mi espalda por la pared hasta quedar en el suelo.

Es la chica de la tienda, la que me dio su número.

¿Acaso es su novia?¿El demente se buscó...una novia? Él no es de los que tiene novias, él es el callado raro que no conoce a nadie, la clase de chico que no regala flores, que no te sorprende en su aniversario.

O al menos eso quisiera creer.

Miro de nuevo, comprobando que la chica se ha ido, ahora el demente solo se encuentra ahí parado en la puerta, me levanto de, suelo y me dirijo a mi casa, no me importa ni debe importarme nada de lo que hace con su vida, él es un completo desconocido. Me acerco a la puerta de mi casa cuando él nota mi presencia.

-Hey...hola -dice mirándome fijamente, lo ignoro- ¿no piensas hablarme?

Inhalo fuertemente, tratando de controlarme y me volteo hacia él.

-No, no pienso hacerlo, crees que puedes hablarme y no hablarme cuando quieras y las cosas no son así, traté com todo mi esfuerzo de ser una buena vecina, de ayudarte, pero ¿sabes qué? Vete a la mierda, no me importas ni tú ni tu vida, solo...déjame en paz Harry.

Entro a mi casa y suelto una enorme bocanada de aire.

Lo he llamado Harry, por primera vez lo he llamado por su nombre.

¿Acaso estoy molesta?¿por qué debería estarlo? Él es un completo desconocido y yo soy una persona muy sofisticada para su nivel de inmadurez, no me entiendo en este momento, debería estar pensando en algo más, estudios, carrera, trabajo, algo.

~FLASHBACK~

Es invierno, los árboles están completamente congelados, la nieve está en todos lados y las personas esquían felices en el hielo. Mi padre se dedica a ver cada una de esas personas, distinguiendo sus características, tratando de averiguar qué las distingue a unas de otras, es lo que siempre hace.

De repente, su mirada se ilumina y una sonrisa fugaz aparece en su rostro, iluminando sus ojos verdes, mi padre siempre sonríe, pero muy pocas veces dice por qué, siempre dice que los recuerdos son mejores cuando solo los conservamos en nuestra memoria.

-Papi ¿cómo supiste que estabas enamorado de mamá? -pregunto de la nada.
-Son muchas cosas tesoro, su sonrisa, su simpatía, la forma en la que trata a los demás, me enamoré de cada detalle de tu madre -sonríe- no hay algo que me guste más de ella, me gusta todo, porque sino me gustara, no estaría enamorado, no quisiera que cambiara nada de su personalidad, ni siquiera sus imperfecciones, porque me enamoré y me encariñé con cada una de ellas -concluye, satisfecho con su respuesta.
-¿Y cómo sabré yo cuando esté enamorada?
-Lo sabrás cuando veas a esa persona y simplemente no puedas explicar ninguno de tus sentimientos, como si nada tuviera sentido.

~FIN FLASHBACK~

Han pasado al menos cinco minutos y yo sigo parada en el mismo lugar, sin que mi madre note mi presencia, hundida en mi ensimismamiento. Mi padre era un hombre muy sabio, pero no creo que pueda cierto que pueda sentir algo por el monstruo que tengo como vecino, es totalmente imposible.