Tres años después:
-A ver ¿te gusta? -inquirió con cierto tono nervioso.
Analicé con mi vista la nueva mansión amueblada en la que nos mudaríamos mi prometido y yo en Nueva York, era hermosa, con espaciosas habitaciones y un jacuzzi en la habitación principal.
No me acostumbro a la idea de mudarme con un hombre, siempre he sido muy organizada con mis cosas, sobre todo con mi habitación, pero ya habíamos compartido mucho tiempo juntos y es un paso que tenía que dar, lo quiero, de eso no tengo duda, y esta es una de las muchas cosas que haría por él.
-Bien, dejaré las maletas en la habitación y llevaré a mi hermosa prometida a cenar ¿qué dices?
Asiento suavemente y él me toma de la cintura y me besa la mejilla tiernamente. En cuestión de segundos desaparece de mi vista y me quedo sola en la enorme sala dando una vista a los hermosos muebles y la enorme televisión, me lanzo sobre el mueble principal y cierro los ojos un minuto, daría la vida por quedarme a descansar, pero Bart puede ser muy insistente cuando se trata de compromisos.
Los pensamientos se apoderan de mi mente y me pongo a pensar en cómo comenzó todo esto.
3 años atrás:
Acababa de llegar del hospital y me sentía peor que antes de salir, sabía que le había hecho daño a Harry y me sentía horrible por eso. Solo había una persona que podía ayudarme en este momento.
Bart.
Marco su número en mi teléfono y responde al instante.
-Bart, ¿puedes pasar por mí en mi casa? Te necesito -inquiero, antes de que pueda siquiera hablar.
Presente:
Bart fue la única persona que estuvo ahí para mí en ese momento y eso se lo agradezco, nunca volví a saber nada sobre Harry, en cuanto llegó del hospital vi cómo se mudaba, sin siquiera despedirse de mí, se fue sin más.
-Amor, ¿nos vamos? -pregunta Bart, de pie frente a mí con una camisa azul con corbata gris y unos pantalones de tela color negro.
-Claro -sonrío- lo siento...por no haberme cambiado de ropa también, es que el viaje me ha dejado súper agotada.
-Tranquila amor -responde con tranquilidad mientras posiciona su mano derecha en mi cintura- luces preciosa -sonreímos.Subimos al auto y llegamos hasta un lujoso restaurante en el centro de la ciudad, Bart me abre caballerosamente la puerta y luego habla con el camarero, quien nos lleva a nuestra mesa.
-Este es hermoso lugar amor, gracias por tomarte la molestia -digo luego de que nos hemos acomodado en la mesa.
-No es nada similar a una molestia amor -sonríe para luego tomar mi mano por encima de la mesa y mirar mi anillo de compromiso fijamente- nunca he tenido la oportunidad de preguntarte, ¿te gusta?-pregunta refiriéndose al anillo.La verdad es un anillo hermoso, con muchos detalles de diamantes, se tomó mucho tiempo para encontrar el adecuado.
-Claro -sonrío.
Nunca he sido la clase de mujer que sale con un chico solo por su dinero, ni mucho menos, mi interés en Bart no era para nada sobre su dinero, pero sí agradezco mucho que nos haya ayudado a mí y a mi madre económicamente, a pesar de haberle pedido que no lo hiciera.
(...)
Enciendo las luces de la sala para guiarme hasta la habitación, Bart está unos cuantos pasos atrás de mí cerrando la puerta. Me quito los tacones y los dejo tirados en la alfombra de la sala, siento un enorme alivio al sentir las plantas de mis pies tocar el frío suelo, de la nada, Bart me acorrala contra unas de las paredes y besa de una manera muy diferente a la acostumbrada, es decir, Bart es la clase de chico que te hace el amor, no la clase de chico que tiene sexo contigo. Me separo de sus labios un momento, algo incómoda con la situación, y lo miro a los ojos.
-¿Qué ha sido eso?
-Nada que no hayamos hecho antes, ¿acaso no puedo besar a mi prometida en nuestra mansión?
-Sabes a lo que me refiero, Bart, este no eres tu, no eres la clase de chico que hace estas cosas.
-Vaya, sí que sabes como matar pasiones -dice en un tono algo enojado para luego darme la espalda y quitarse la corbata.
-¿Qué ha sido eso, Bart?El oji-azul da un largo suspiro y se voltea hacia mí con los ojos cristalizados, no puedo ocultar mi cara de preocupación ante su expresión repentina.
-Me he encontrado con Harry -dice, haciendo que mi corazón se acelere rápidamente- cuando estábamos a punto de irnos, tu fuiste delante y yo me quedé atrás hablando algo con el camarero, y lo vi ahí con una chica, sonriendo -aprieta los dientes con furia- y solo me imagino...solo me lo imagino a él sonriendo de la misma manera contigo y mi corazón se destroza en mil pedazos Charlotte, no he olvidado todo lo que me contabas sobre cómo te hacía sentir, todo eso...yo no he logrado ni siquiera la mitad, y pensar que para ese entonces estaba perdidamente enamorado de tí me hace sentir aún peor.
Miro como trata de esconder su cara entre sus manos y le doy un fuerte abrazo, tratando de acostumbrarme a la idea que acaba de decirme que ha visto a Harry en la ciudad.
Eso no puede ser posible.
-Bart...¿cómo puedes pensar eso? Harry me hacía sentir como una mierda, me hacía sentir que no servía para nada, tu me has tratado mil veces mejor de lo que él alguna vez lo hizo, no tienes que ser como nadie para que te ame, ya te amo tal y como eres, y me haces feliz tal y como eres ¿no es eso suficiente? Todo lo que decía sobre Harry...eran puras estupideces de niña, Harry y yo nunca fuimos nada, por Dios, solo me besó una vez.
-Pero esa no fue la única vez que quisiste que te besara, lo sé, Charlotte.Trago saliva tratando de acomodar correctamente las palabras que quiero decir, pero nada parece salir de mi boca.
-Bart...
-Solo...olvidalo, tengo un dolor de cabeza horrible, debo ir arriba a descansar.Antes de que pueda decir palabra alguna, Bart desaparece de mi vista, dejándome una multitud de pensamientos en la cabeza, sobre todo si realmente ha visto a Harry, es decir, es una ciudad enorme, las probabilidades de encontrarte casualmente con alguien que conoces son de una en un millón.
¿Realmente está Harry en la misma ciudad que yo?
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Demente (h.s.)
RomanceY lo peor es; que nadie está a salvo de enamorarse, de ser engañado, maltratado, nadie está libre de nada.