"Solo deja que te libere"

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16.

Cuando hablabas de Justin Bieber sabías que todo, incluso lo imposible y tu mejor sueño, podría ocurrir a su lado. Pero nadie advertía acerca de cuán malvado podía ser cuando quisiese.

Tal vez no era el ángel que toda persona esperaba pero sí el demonio que toda chica deseaba. No importase que tan lejos corrieses, lo suficiente sería para que él te encontrase y te tuviese en sus brazos.

Sus palabras parecían ser sacadas de una propia poesía erótica en donde cada mujer se deleitaba al oírlas. Sí existían las excepciones e inclusive me permitía entrar en ellas, debía de sujetarme fuerte de la cruda realidad antes de caer en la fogosa y hipnotizante burbuja de Bieber.

Si algo podía apostar cualquier estudiante de aquí era afirmar un hecho que Justin Bieber era el dueño de este instituto. Su facilidad de manejar a cada profesor era visible en todos pero nadie se había atrevido a desafiar a semejante oponente.

La pelea no se volvería justa al saber que quien respaldaba a Justin, era su padre. Volviéndose uno de los mayores accionistas y recaudador de fondos cuando se trataba de darle lo necesario al colegio en caso de que su preciado hijo cometiese un error.

Y si, los cometía. Cada uno de ellos era leyenda en los pasillos y siempre eran los novatos quienes comenzaban a querer tomar las instrucciones para volverse el chico más popular del colegio. Para ellos, Justin Bieber era un modelo a seguir.

Uno muy particular e inclusive algo gótico porque él destacaba en fiestas por su aspecto. Su famosa chaqueta de cuero intocable y sus jeans rasgados era todo lo que necesitaba para atraer la atención de absolutamente todos.

Pero parecía querer solo la de una mujer, Rebeca. Su novia desde el primer año del instituto con curvas que las mujeres mataban horas en el gimnasio, ella la poseía y la lucía en cada oportunidad desde pasar por la entrada a un club hasta conseguir la nota perfecta con algún profesor.

No quedaba atrás para ella, recalcar en cada oportunidad de hacerle saber a la gente con quién realmente hablaban, la compañía por años de este chico malo. Y si bien corrían los rumores de infidelidad, jamás se la vio llorar por los pasillos a menos de que su uña se rompiese, claro.

Cuando de escándalos se tratase, el más llamativo era el primero en la lista entre los estudiantes más populares. Si no ocupabas un lugar entre ellos, debías de intentarlo antes de morir. Aquella era la ley.

¿Era esta la oportunidad para realmente tomar un lugar en el partido?

Tal ves de algo me sirvieron el estar entre las sombras en cada clase.

Y si iba a romper una regla, era mejor hacerlo bien y romper absolutamente todas.

— ¿Vas a quedarte allí todo el día? — Lilly entró al salón y se sentó a mi lado dejándome una manzana a mi lado — Tenemos clase juntas.

— No te contaré nada aquí — Mordí la manzana hambrienta — Las paredes escuchan.

— ¡Tu rosario! — Llevó su vista a él — Pensé que lo habías perdido o que simplemente te olvidaste de él.

— Jamás — Le di un beso a mi muñeca — Creo que ya no necesito tanto a mi fe.

— Pero mira nada mas si Justin te ha cambiado — Rió e hice una mueca — ¿Ya no salen más, cierto?

— Nunca hemos empezado — Le di una sonrisa irónica — Tampoco pretendemos hacerlo.

Quién acortó la frase de Lilly fue nada menos que la profesora de Música. La sonrisa que alguna vez habíamos visto, había sido remplazada por una cara completamente demacrada y acompañadas de unas ojeras.

De niña había creído que eran los ángeles quienes algunas vez me salvarían de la crueldad de este mundo. Me había sentido lista y con el suficiente valor de enfrentarme a él cuando termine de leer la Biblia. Pero todo había cambiado a tiempos lejanos.

Las mentiras entre las personas eran el principal saludo y eran cada vez más quienes tomaban las promesas como una simple diversión.

Si alguna vez tuvieses de ver un amor verdaderamente y eterno era en los libros o en la televisión porque cada vez se oían mas gritos desoladores de gente con su corazón roto.

Justin es el último de entrar al salón. Corre su cabello a un lado para luego sentarse en su lugar.

¿Con que razón me detenía a verlo?

Tal vez con la misma con la que había permitido que me tocase.

— Toquen desde lo profundo de su alma — Dijo la profesora, esta vez, cubrió su rostro y termino abrazándose a si misma.

Justin no tocó la guitarra durante los próximos veinte minutos y toda la gente se sentó igualmente a su alrededor a esperar que las melodías fluyesen entre sus dedos. Los mismos que me habían tocado, pensé.

La adoración que poseía cada mirada, parecía tratarse digna de un rey.

«El Rey esta desnudo», quería gritar mi alma desde mis adentros.

Pero la ignorancia entre ellos no me sorprendería al no entender dicha obra. Porque como decía en ella, nadie parecía observar la claridad de los hechos.

«Él ha matado a alguien», me recordé a mi misma.

La sangre cayendo por mi rostro y ver como lavabas sus manos cubiertas de las mismas.

¿Debía denunciarlo, acaso?

¿Que era lo correcto cuando estabas junto a él?

Jamás había intentado hablar sobre aquello y tampoco tuve el suficiente valor de preguntarselo. Mi chica rebelde ansiaba el saber que sí era un verdadero chico malo y esta podría convertirse en mi mayor experiencia de vida pero quien verdaderamente era tenía esperanza de que se tratase de un simple error y él no fuese el monstruo con quien soñaba cada noche.

— No puedo esperar demasiado — Chilló Lilly.

— ¿Puedes acompañarme a un club mañana por la noche?.

Estaba siguiendo las instrucciones de mi corazón y Dios realmente estaba dándome un segundo de su atención sabría que no había malicia en él. Solo curiosidad.

— Necesitaremos unas pelucas — Dije de repente, aún sin recibir su respuesta — Lilly, ¿puedes o no?

— ¿Esto es un sueño? ¿Acabas de decirme que vayamos a un club? — Dio un grito divertido y tapé su boca.

— Si él escuchó esto, no iremos — Rodeó los ojos y reí.

— Vamos, será divertido. Tal vez encuentre a mi príncipe azul — Puso la mano en su mejilla — Ese chico me resulta imposible de olvidar.

— Esperemos que esté allí — Tomé ambas manos — Esto...yo...no sé que estoy haciendo.

— Lo que realmente quieres, a él — Ladeó su cabeza. Él estaba de espaldas a nosotras, fue buena suerte. — Y te apoyaré en cada decisión que tomes.

— No lo quiero a él pero debo sacarme una duda — Entrecerré los ojos.

Lo observé con su cabeza acostada sobre la pequeña mesa y sus brazos rodeándose.

¿Descubría por fin quien era Justin Bieber?

Y lo más importante...si la noche me diera una sorpresa, ¿lo seguiría queriendo aún con sangre entre sus manos?

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Pido mis disculpas si lo notaron corto
Cumpliendo con mi promesa de 4 caps. Tengo mi día libre y no subiré caps hasta mañana
¿Qué esperan que suceda? 😮
Al parecer alguien quiere volverse atrevida...

Vendetta {Justin Bieber + Español} #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora