Vendetta {Justin Bieber + Español} #PGP2016

"Dime que quieres lo mismo"

21.

El despertador comienza a sonar. Doy un bostezo para continuar durmiendo al menos cinco minutos más pero podría no despertar para ir al instituto. La mala relación con mi madre incluía que no me levantase aunque mi despertador siguiese sonando.

— Dios ayudame — Murmuré.

Cubrí mi cabeza con las sabanas y pataleé como una niña pequeña. Realmente no quería levantarme y mucho menos para enfrentar a Justin Bieber.
Pestañee lentamente adaptándome a la potente luz solar y talle para mis ojos para encaminarme hacia el baño.

La falda del instituto aún llegaba por debajo de mis rodillas y abotoné mi camiseta para no lucir un escote similar al de Rebeca.
Mire mi propio reflejo sobre el espejo para comprobar que aspecto traía. Era producto de las reglas de mi madre con la excusa de que podría cambiar el mundo como Dios siempre había querido que fuese, la gente vistiéndose «adecuadamente»

No comprendía cuan era su lógica pero si entendía las burlas que recibía desde pequeña por mi falta de conocimiento acerca del maquillaje o una simple serie televisiva.

Levanté solo un poco mi falda y rápidamente la baje con mis mejillas luciendo carmesí.

No podía cambiar esto. Nadie podía hacerlo.

Ella no estaba allí leyendo su libro pero al menos sí estaba preparado mi desayuno. Busqué una nota que explicase su ausencia pero nada apareció. Apenas podía pasar un bocado por mi boca de la angustia que me producía no tenerla a mi lado.
La distracción causo que tirase mi vaso de jugo al suelo resonando un estallido sobre las paredes.

— Genial — Murmuré sarcasticamente.

Apareció por la puerta con las manos vacías. Su rostro lucía sereno y calmo como si nada malo hubiese ocurrido y realmente estuviésemos bien. Tomo un pequeño trozo de vidrio examinándolo en la palma de su mano y lo tiro al cesto de basura.

Me arrodille frente a ella con la vista al suelo repitiendo el movimiento y acabando con este desastre. Fingió que no estaba a su lado y evito rozar su mirada a mi presencia.

— M-mamá — Balbuceé — Lo lamento.

No respondió.

— No sé que esta ocurriendo conmigo — Solloce.

— Es tarde — Me dijo de manera fría y distante.

Crucé por la puerta con un nudo en la garganta del que fui incapaz soportar porque las lagrimas se deslizaron por mis mejillas en cada pedaleo que daba. Las próximas semanas de vida no tenían propósito sintiéndome sola en este mundo.

¿Que estaba haciendo de mi vida este chico?

Solo bastó mirarme a los ojos para hacerme sentir viva. Unos cortos minutos de su cuerpo a mi lado para comprender de que necesitaba de él. Unas respuestas indiferentes y crueles no bastaban para que desease que se marchase de mi vida.

Él estaba por romper mi corazón y yo iba a permitir eso.

— No hagas que pierda mi fe — Alcé la mirada para admirar las nubes.

Un ligero viento golpeo mi rostro y sonreí creyendo que se trataría de una respuestas de Dios. Apreté el volante de mi bicicleta para no perder el equilibrio a solo unos metros del Volvo negro que relucía llamando la atención de todos.

Aparqué la bicicleta mirando de un lado a otro para poder encontrar a Lilly entre la multitud que se avecinaba para entrar al instituto pero no había señales de ella aún.

— Debo decir que para ti son «muy buenos días» — Dijo una voz conocida a mis espaldas.

— No te metas en mi camino — Comencé a entrelazar las cadenas.