23.
La acusadora frase acabaría por producirme un colapso cerebral por no lograr entender el significado de sus palabras. Empiezo a sentirme avergonzada de mi ingenuidad.
— ¡Odio a esa perra! — Exclama.
— Esta bien, ambas sabemos como se comportan... Dios los esta observando — Emboce media sonrisa mientras tomaba mi lugar. — El pecado esta en aquel que sabe hacer lo bueno y no lo hace.
— ¿Sigues leyendo la biblia, cierto? — Asentí orgullosamente — ¿Alguna frase más?
— No hagas mal y el mal no te alcanzará. Aléjate del pecado y él se alejara de ti — Bebí un sorbo de jugo de naranja.
— Deberías aplicarlo en tu vida porque Justin esta muy cerca de ti — Soltó una risita — He hablado con Victoria, creo que sería bueno invitarla a almorzar con nosotras.
— Claro, solo que...no hables de Justin frente a ella. Estuve pensando en que—El timbre me interrumpió y encogí mis hombros.
Debía olvidar mi descabellada idea acerca de buscar a mi padre. Sabía el dolor que causaría en mi madre que lo hiciese. Regresar a su vida a quien ella nombraba como el fin de su vida y su huida como el principio de otra.
La palabra «papi» divagaba en mi cabeza impidiendo que prestase atención a la clase. Quizás podría tratarse de una perversa forma de hacerme saber que ella sabía que yo no tenía un padre en mi vida. ¿Pero por qué habría de mencionar la palabra «robar»?.
Era imposible creer en la posibilidad que me adueñase de su familia cuando a mi manera amaba a la mía y no la cambiaría. Dios había planeado mi camino y debía de seguirlo sin olvidarme de agradecerle cada día. Rebeca parecía tener una idea errónea de mi imagen. Lamentaba que no se tomase al menos unos minutos para escucharme y así poder ser capaz de aclarar sus falsas hipótesis.
— Señorita Luchesse, ¿desea agregar algo a la clase? — Deslizo sus gafas por el puente de su nariz para mirarme — Esta usted siendo irrespetuosa al perderse en sus pensamientos de adolescente.
— L-lo siento profesora. No me siento muy bien — Toque mi estomago.
Bufó.
— Retírese — Volvió a retomar la lectura en voz alta.
Tomé mis objetos en silencio para encaminarme hacia la puerta y salir de allí. Los pasillos estaban desérticos. Continúe hasta llegar a enfermería. El dolor en mi cabeza estaba acabando conmigo lentamente.
— ¿Qué ocurre preciosa? — Una señora de tez oscura tomo mis manos — ¿Te sientes muy mal?
— Si, mi cabeza y creo que no comer no me ayudó mucho — Le di una media sonrisa — Solo necesito una pastilla. Gracias...
— Doctora Tyna — Sonrió — ¿Puedes esperar aquí. Discúlpame si demoro, una chica tiene náuseas.
Era mi primera vez en enfermería luego de dos años y noté cuan grande se había vuelto. Desde las paredes azules hasta los nuevos instrumentos para primeros auxilios, todo se encontraba remodelado. Me senté en una pequeña silla ubicada a un rincón y mire mis uñas. ¿Por qué estaba fijándose en mi?. No poseía ninguna virtud o igualdad a su novia sino todo lo contrario. Era inexistente una razón por la cual compararnos. Mis uñas eran cortan y no poseían color alguno. Mi madre lo prefería así y a medida de que el tiempo pasaba, tampoco florecía mi interés por probar nuevas cosas... hasta ahora.
El cuerpo es el templo de Dios y es pecado lastimarlo, era la repetitiva frase de mi madre al despedirse de mí para que durmiese. Desde pequeña procuraba no enfermarme o mucho menos lastimarme solo por ello.
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Vendetta {Justin Bieber + Español} #PGP2016
FanficBorra mi inocencia con tan solo una mirada. Desnúdame con el sabor de tus mentiras y ámame aun más en madrugadas. Él tenia un solo propósito en su vida; su banda de rock. Experto en jugar con las mujeres, se encontró fascinado por una. Cada beso si...