"Arcoiris"

2K 191 5
                                    

43 | Maratón 1/6

La última hora de Historia había finalizado y comencé a ordenar mis cosas. Trey apareció por la puerta del salón con una amplia sonrisa y su bolso colgando a un lado del hombro. Su cabello estaba húmedo y pequeñas gotas se deslizaban por su cuello. Era un espectáculo.

— ¿Él te ha venido a buscar? — pregunta desconcertada una de las secuaces de Rebecca, creo que su nombre era Katie.

Oculté mi sonrisa incrédula mientras observaba como tomaba su teléfono y comenzaba a teclear desesperada. Debía ser la mensajera de Rebecca.

— Pues sí, ¿por qué?

Frunzo el ceño — Es imposible, si no tienes nada de lindo

Trey dio un paso adelante y avanzo hacia nosotras, tomándome sorpresivamente de la cintura apegándome a su cuerpo. Olía a jabón y una colonia cara. Muy masculino. Fascinante.

— Hola preciosa, te extrañe — Con su dedo indice, elevó mi mentón y me beso castamente los labios.

Abrí los ojos de sorpresa pero entendí que su propósito había sido molestar a...Katie, creía estar segura de haber escuchado su nombre. Ella bufó molesta y girando sobre sus propios talones camino hacia la puerta donde chocó contra el pecho de Justin.

Tragué saliva y sentí que mis rodillas se volvían gelatina. ¿Si me caía, sin ningún motivo, quedaría muy mal?. Pronto sentí a la mano de Trey como mi última esperanza.

— De Virgen Maria no tiene nada — escupió incrédula.

Intentó correrse a un lado pero Justin la tomo bruscamente del antebrazo.

— Explícate — le ordenó.

Me avergoncé por primera vez de estar en labios de una muchacha por tal motivo. ¿En qué momento había cambiado tanto mi vida, de la noche a la mañana?

— Pues que lo ha besado delante mío.

Justin se relamió los labios y dio un paso al costado para dejarla avanzar. Tenia don de mando y era autoritario, si hablaba de amenazas, debía hablar enserio.

Pronto el mensaje apareció en mi mente casi quemando cada célula de mi cuerpo.

— Este es el plan, yo cuento hasta tres y desapareces — tomo asiento en la butaca del profesor frente al escritorio y jugo con uno de sus anillos.

— Si señor — Hice el saludo militar.

Trey apretó la mano en mi cintura y ocultó su sonrisa en el comienzo de mi cabello.

— No te sobrepases conmigo — Murmuro mirándome con ojos ardientes por debajo de sus largas pestañas.

Miré a mi compañero, tenía sus ojos azules clavados en mí. La diversión reinaba en su mirada por ser motivo de la furia de Justin Bieber cuando a él solamente le interesaban los muchachos. Encogió los hombros y entendí que me daba el acceso a aprovechar dicha situación o admitir su orientación sexual y liberarme de esto, ambos, por supuesto. Sin embargo, Trey parecía querer y tener valor a enfrentarse a cualquier cosa.

Justin fijo sus ojos en el anillo reposado en la palma de su mano y volvió a colocárselo. Tenía la sensación de que estaba conteniéndose porque parecía como si quisiera reventar la cabeza de Trey.

— Aclárame porque tanta cercanía.

Abrí la boca para responder pero Trey me puso su dedo indice callándome. La butaca rechino y Justin ya estaba parado con las manos fruncidas en puño.

— Cuenta hasta tres — lo alentó pero ¿que íbamos a hacer?

Me fije en la fuerza de sus dedos, sus nudillos blancos y sus venas a punto de explotar.

— Uno — dijo sonriendo como si estuviese seguro que Trey correría. Sus ojos mieles lanzaban llamas.

Cerré los ojos por un instante creyendo que se trataba de una mala pasada y despertaría. Nada sucedió.

— Dos — dio un aplauso y volvió a sentarse — Me gusta que lo lleves al límite.

Trey permanecía intacto sin un solo signo de nerviosismo y podría jurar que estaba conteniendo una carcajada.

— Tres — Justin chistó los dedos como si fuesen a causar algún efecto. Lo que provocó fue que Trey volvería a besarme.

Tomándome esta vez con experencia, capturo mis labios exigiéndome atención. Con poca experencia, seguí al compas su beso y di un respingón al sentirlo sostener mi trasero. Esto era demasiado. Lo alejé lentamente para tomar aire y note que habíamos quedado nuevamente solos.

— Es divertido, creí estar en una escena del "El Padrino"

Me eché a reír — No digas tonterías.

Trey envolvió sus brazos alrededor de mi y susurro en mi oído — Fuiste mi primer beso con una chica.

— Mentira.

Soltó una carcajada — Si, es mentira pero eres la mejor besando. ¿Eso también lo enseñan en la iglesia?

Golpee su espalda y gimió fingiendo dolor. Ambos salimos del salón recargado de sentimientos y partimos hacia una cafetería.

Di un largo trago a mi frappuccino y mire a Trey de reojo mirar una pareja homosexual besándose.

— ¿Extrañas a tu chico? — hice un mohín.

Él asintió con la cabeza.

— ¿Y que ocurre?

— Ocurre que no quiere decirlo al mundo, creo que es temor por su padre y no por el mundo. Hemos conocido lugares preciosos pero ajenos.

Fruncí el ceño — ¿Ajenos?

— Ha alquilado islas exclusivamente para nosotros — sorbió su café helado — Niña ni te imaginas el mundo que existe fuera de la iglesia. Viva ese mundo — alzo su vaso brindando con un amigo imaginario — es cuestión de tiempo y confianza para que lo sepas.

— Yo también quiero historias así — gimotee como una niña pequeña.

— Las tendrás, nena. Si yo he conseguido mi principel, tu también. ¿Vas a contarme sobre Justin o debo seguir aburriéndote con mi muchacho?

— Tu muchacho, por favor — casi implore con mi voz que no tocáramos el tema.

Frunció el ceño teniendo una expresión de pensar que decir. Siempre cuidaba cada una de sus palabras por temor a que descubriese quien era.

— Pues no me queda mucho que decir, creo estar lo suficiente seguro para tener un futuro con él — sonrió tiernamente.

— Al comino con su padre, sean felices — reí y él me acompaño.

— Ojalá fuera fácil como dices, ¿sabes que es lo divertido?. Las veces que voy a su casa, su padre piensa que jugamos videojuegos, si tan solo supiera que jugamos a otras cosas...

— Vale vale, no quiero detalles — me sonroje.

Trey lanzó una carcajada captando la atención de todos.

— ¿A que me vas a decir que no te has comido ese bombón?

Sonreí y sorbí mi café.

— No quiero hablar de él... Es molesto tenerlo en mis pensamientos.

— ¿Qué efecto tenemos los hombres, eh? — Me guiño un ojo.

— Y las mujeres también — me quejé riendo.

— Que viva el amor igualitario — Alzo su vaso para chocarlo levemente con el mio.

Vendetta {Justin Bieber + Español} #PGP2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora