Primer día de clases.

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Puse mi alarma a las 6:00 a.m para llegar a tiempo a mi colegio, lo primero que pensé fue: 'Un nuevo día, nuevo colegio, nuevos amigos y nuevas experiencias', la verdad es que estaba bastante nerviosa.

Con toda la pereza del mundo, me levanté de la cama y decidí ducharme rápido, normalmente me tardo muchísimo en hacerlo, sin embargo, lo hice tan rápido que hasta Flash se quedaría tonto (es broma, ni yo me la creo).

Salí de la ducha y me puse mi uniforme, una falda lisa color azul marino que llegaba arriba de la rodilla, una camisa de manga larga color blanca y un suéter color negro, y las horribles calcetas, que por supuesto, no me iba a poner.
Busqué en mis cajones de ropa unas mallas para reemplazar las calcetas y por suerte, encontré unas azul marino y me las puse.
No me quejo, el azul marino es un color muy lindo y queda casi con todo, aunque prefiero el color negro.

—¡YA ESTÁ LISTO EL DESAYUNO JADE, BAJA QUE SE TE HACE TARDE!– Escuché que gritó mamá, y de mala gana respondí –Sí mamá, ya vooooy.–

Acomodé mis cuadernos y útiles y también decidí llevar mi celular y audífonos para no aburrirme tanto.
Bajé a desayunar, mi mamá había preparado unos ricos waffles y un licuado de avena.
—¿Estás nerviosa? –preguntó mi madre con una leve mueca de felicidad.
Un poco, pero ya se me pasará. –respondí.         
—Cariño, todo estará bien, eres muy graciosa y amigable, no se te dificultará hacer amigos ahí, te lo prometo.
Asentí con la cabeza y terminé mi desayuno.
Mi colegio es mixto, tenía un poco de miedo de quedarme sola, sin amigos, pero trato de ser siempre positiva.

Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora