Alivio.

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El sonido de la manija de la puerta tratando de girar desesperadamente paró y se escuchó un fuerte ruido, la puerta finalmente se abrió, no tenía sentido pues tenía seguro, hubo un silencio incómodo y el miedo fue incrementando. Esa cosa iba caminando lentamente, parecía que buscaba algo. Damian agarró fuerte la puerta del armario y me hizo señas para que no hiciera ruido. Escuchamos el carro de mamá, sentimos un gran alivio, tal parece que eso ahuyentó a la cosa que estaba en la habitación pues corrió fuera de la habitación. Damian abrió de golpe la puerta y solamente pudimos ver que esa cosa salía de la ventana de mi cuarto, me detuve a mirarlo fijamente y parecía que tenía cabello largo, traía ropa oscura. Encendimos las luces y por fin había electricidad, mamá llego corriendo a preguntar qué había pasado. Le explicamos todo y se me hizo bastante extraño, ¿quién más sabe en donde vivo aparte de Damian? ¿habrá sido un ladrón?, esas preguntas retumbaban en mi cabeza.
Después de todo miramos si todo estaba en orden y sí, así fue. Tuvo bastante tiempo para robar pero no lo hizo, ¿qué quería?

Estábamos en la sala con mi mamá, mirando tv y platicando, salió otra vez el tema de lo que había pasado, aún teníamos temor.

– ¿Qué creen que haya sido?–preguntó Damian.

– No lo sé...–dije pensativa aún.

– Seguramente era un ladrón.–dijo mamá tratando de calmarnos.

– Pero tuvo bastante tiempo para hacerlo y no robó nada, ¿qué habrá querido hacernos?

– Es raro chicos pero bueno, hoy dormiremos con doble seguro en ventanas y puertas, Damian, vete a casa, es mejor antes de que te pase algo.–dijo mamá preocupada.

– Está bien señora, gracias por preocuparse, y Jade, mañana nos vemos ¿sí?, te quiero pequeña.

– Yo más belleza, cuidate.–lo besé y lo acompañé a la puerta.

Seguía teniendo mal presentimiento.

Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora