Me quedé en la sala de espera, Damian llegó corriendo a abrazarme y no pude evitar no llorar. En ningún momento lo solté, él me tomaba con fuerza y lloré, estuvimos así un buen rato hasta que me tranquilicé.
– Tengo miedo Damian, ¿y si fue muy grave?
– No pasará nada, llegaron a tiempo, tranquila.–tomó mi mejilla y la besó.
– Tú y ella son lo único que me queda...–dije con la voz entrecortada.
– Nunca me iré, ¿entiendes? Pase lo que pase, siempre estaré contigo.
– ¿Me lo prometes?
– Te lo prometo.
Lo besé con todas mis fuerzas y él a mí, su compañía me hacía sentir bien pero seguía preocupada por mi mamá. El doctor salió de la sala y se dirigió hacia nosotras.
– ¿Señorita Collins?–dijo quitándose sus lentes y su cara se tornó en seriedad profunda.
– Sí, soy yo, ¿está bien mi mamá?
– Llegaron a tiempo, pudimos detener la hemorragia y ahora está en reposo, estará aquí un buen rato, ¿puedo preguntar lo que pasó?
–Suspiré de alivio– Pues, es algo loco pero estábamos normal en casa y de repente llamaron a la puerta y seguido de eso no escuché ningún ruido, hasta que bajé por las escaleras a ver qué había sido, mi madre estaba tirada y ensangrentada y... En la calle había alguien parado con un cuchillo en mano, me saludó a lo lejos con su mano y cerré de inmediato la puerta, llamé a la ambulancia y esa cosa se fue.
– Qué raro, debería tener más cuidado señorita, por ahora traten de no estar solas, hasta que no encuentren a tal bastardo, no creo que pare hasta seguirles haciendo daño.
– Así será doctor, muchas gracias. –estreché su mano y él se retiró.
– Si papá se entera de todo esto, será capaz de venir a cuidarnos?–le pregunté a Damian.
– Tal vez, deberías llamarle.
– Creo que sí...–dudé un momento pero tomé mi celular y llamé a su número, le dije todo lo que había sucedido e inmediatamente llegó al hospital.
– ¿Jade?– preguntó un señor alto, piel medio morena, cabello negro y vestía bastante formal.
– ¿Papá?– me quedé atónita pero no dudé en correr a abrazarlo, había pasado mucho tiempo desde que no lo veía.
– Mi pequeñita. Bueno, ya no tan pequeñita, ya creciste...–dijo y su voz se volvió tierna.
– Te extrañé muchísimo. No vuelvas a irte.
– No lo haré, pero ahora quiero saber qué tal sigue tu mamá.
Le preguntamos al doctor si podíamos pasar a verla pero antes de eso quería presentarle a mi papá a Damian, ambos se saludaron y mi papá se volvió serio.– No la lastimes o seré yo el que te mande al hospital esta vez.
– N-no se preocupe señor.
– Papá...–dije entredientes
– Ya sabes como soy, igual no quiero que nadie lastime a mi pequeña.
– Lo sé pero no era necesario amenazarlo de muerte.
– Será de muerte si lo hace, si no, que no se preocupe.–sonrieron y Damian rió con nervios.
No pude evitar reírme.Entramos por fin y vimos a mamá en la camilla, se miraba tan débil, tan frágil. Estaba pálida.
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Amor imposible.
Teen FictionEsta es la historia de Jade, una chica solitaria y algo torpe que inicia un nuevo camino en otra ciudad en donde un chico llamado Damian, entabla una buena amistad con ella hasta que alguno de los dos, se enamora perdidamente del otro.