Amor imposible.

Fin de la soledad.

Anoche Damian y yo vimos películas en mi casa y decidimos que serían de terror. Vimos "El títere" y en toda la película, Damian agarraba mi mano y la apretaba mucho, es más miedoso que yo al parecer.
Además, cuando tomaba mi mano me burlaba de él por las caras que hacía y por que en las partes más "fuertes" él escondía su rostro para no asustarse más y me pareció bastante tierno.
Cuando terminamos, él fue a dormir en el sillón y yo en mi cama. Era Viernes así que no había problema de que se quedara a dormir, y de parte de mi mamá tampoco, pues él y ella se llevaban bastante bien.
Me despedí de Damian con un beso en la frente y sólo sonrió y acarició mi mejilla, nos quedamos un rato mirándonos y cuando reaccioné sólo le dije: –Buenas noches, descansa.
– Igual tú Jade. –dijo Damian y sonreí, subí corriendo las escaleras y me dirigí a mi habitación para por fin poder dormir. Me tapé con las sábanas porque tenía mucho frío y de repente escuché que se abrió y la puerta y me hice la dormida. Sentí que alguien se acostaba a mi lado e inmediatamente pensé en Damian y no fallé, era Damian. Me abrazó, pude sentir sus cálidos brazos rodear mi cintura y poco a poco me acercaba a él, al poco tiempo se quedó dormido y yo estaba bastante sonrojada, me quedé dormida con una gran sonrisa.

Eran las 11:00 a.m y desperté, seguía a mi lado Damian, volteé para verlo dormir y me di cuenta de que hasta dormido se ve bastante bien, supongo que se percató de que lo estaba examinando con la mirada y abrió lentamente sus ojos.
– Buenos días solesito. –dije sonriendo.
– ¿qué hora es? – dijo Damian un poco adormilado aún.
– Son las 11:00 a.m ya levantate.
– No, quiero seguir durmiendo, acuestate tú también, anda.
– No puedo seguir durmiendo Damian, tenemos que ir al colegio. –dije haciendo puchero.
– ¿Qué? ¿Cómo que ir al colegio? ¿Qué no es Sábado? ¿es Viernes? Ay no, llegaremos tarde, apúrate –dijo agitado e inmediatamente se levantó.
– JAJAJAJA, bueno, al menos hice que te levantaras,  es Sábado, tonto.
– Pff, casi me da un paro, con eso no se juega, ¿qué te sucede?–dijo agarrándose el pelo.
– Shhh, callate, tienes que acompañarme a comprar ropa.
– ¿Qué? ¿Bromeas verdad? ¡Te tardas mucho en escoger ropa! No cuentes conmigo.
– Andaaaaa, por mí. –hice puchero y lo abrazé.
– Osh, está bien, no me puedo resistir con esa carita que pones.
– ¡Sabía que dirías que sí! Apurate entonces, ¡Nos vamos en media hora! –dije entusiasmada y corrí a bañarme.

Cuando me estaba bañando, escuché que Damian se reía y a la vez que mi mamá hablaba.
¿Qué está pasando? –pensé y terminé de bañarme y me puse la toalla y salí.
Me topé con mi mamá y Damian, sentados en mi cama, viendo fotos mías de pequeña. Damian decía: "Aww, qué gordita" "¿Puedo imprimir una?" e inmediatamente me puse roja.
–¿Mamá? ¿Qué haces con mis fotos de bebé? –dije entre dientes.
– Ay cariño, ¿qué tiene? Si te miras bastante linda y tierna.
– Tienes razón, qué gordita estabas, Michelin. –dijo Damian riéndose.
– Ja-ja-ja, muy gracioso.
– Sabes que te quiero. –dijo haciendo un corazón con sus manos.

Sinceramente esperaba un "te amo" o algo por el estilo, estoy loca por él y ahhhhh. Quería decirle con todas mis fuerzas que lo amaba pero, no podía. Aún no.

Pasó el fin de semana y estuvo aburrido, Damian salió con sus amigos y yo me quedé en casa. Me quedé desvelándome y hablando con una amiga y se me figuraba tanto a Mildred por su personalidad, pero ahora ya no me puse triste. Asimilé todo lo que pasó pero no lo he superado del todo, aún me duele.
Supongo que esto me serviría para ser más fuerte y sé muy bien que ahora tengo a un ángel cuidandome desde allá arriba.

6:00 a.m.

Desperté y me vestí para ir al colegio, no tenía mucho sueño y eso me puso feliz. Desayune algo ligero como siempre y llegué a mi primera clase. Me quedé sentada en la silla, esperando a que llegara el profesor y por fin llegó, el profesor cerró la puerta y de repente tocaron bruscamente esta, el profesor dijo que pasaran y entraron dos chicas nuevas, bastante lindas por cierto.