¿Qué quieres?

24 1 0
                                    

El hecho de que Damian estuviese besándose con una chica me dolía, sin embargo lo que era más doloroso era todo los cumplidos que me decía, que por supuesto, ahora ni me los creo.
Llamé a mi mamá y pedí que viniera por mí pero no respondía el teléfono, Damian venía corriendo hacia mi con una cara de arrepentimiento.

–¿Jade? ¿Podemos hablar? –dijo un poco agitado.
– Nosotros dos no tenemos nada de que hablar, así que puedes seguir tu camino, ¿entiendes?
– Estás exagerando.
– No lo hago, simplemente me pregunto, ¿porqué tantos cumplidos? ¿a qué iba todo esto? –pregunté bastante enojada.
– Lo hice por amabilidad, no confundas. Y el hecho de que quiera hablar contigo es para aclarar que entre ella y yo no hay nada, simplemente pasó, ella no me interesa.
– ¿y yo a ti sí? Vale, no me vengas con ese cuento que no soy tonta.
– No es ningún cuento, simplemente tampoco me interesas... por ahora. –dijo agachando la mirada.

Sus palabras dolieron más que todo lo antes sucedido, sentí horrible en mi pecho.
– ¡Tú tampoco me interesas! –dije alterada. Además, ni sé porqué carajo me pongo así. Llevamos poco tiempo de hablar y no debería de importarme –le grité y él puso una cara de decepción.
– Está bien, y tienes razón, a mi tampoco me importa.
– Vale, adiós. –dije y caminé a lado de él para irme a casa.

De verdad que no me entiendo, apenas y llevábamos dos o tres días de conocernos y ya me estaba alterando por ese tipo de cosas. Abrí la puerta de mi casa y dejé mi mochila en el sofá y comí una ensalada que había en el refrigerador, me senté en el sofá a ver la televisión y sonó el timbre. Fui a ver quien era y era un señor alto y delgado que tenía un maletín en su mano.

–Buenas tardes, ¿usted es la señora Collins? –dijo el señor que a la vez estaba sacando unos papeles de su maletín.
– Soy su hija, ¿pasa algo? –respondí.
– ¿No está la señora en casa?
– No, aún no llega de trabajar.
– Bueno, te entregaré unos papeles del divorcio de ella y tu padre, ah y por cierto, para que estés enterada, tu padre puede venir a visitarte cuantas veces él quiera, tu madre está de acuerdo y firmó en estos papeles –dijo y me entregó los papeles del divorcio donde estaba la firma de mamá y la de mi padre.
– Muchas gracias señor –respondí con una gran sonrisa.
– De nada, hasta luego señorita. –dijo y se volteó para irse.
– ¡Señor! –le grité para preguntarle su nombre.
– ¿Qué pasa?
– ¿Cuál es su nombre? Lo pregunto porque mi mamá va a preguntar si realmente fue usted quien me entrega esto y no quiero problemas.
– Mi nombre es Gastón Pilgrim, pero puedes llamarme por mi apellido o nombre.
– Está bien señor Pilgrim, hasta luego. –respondí. Prefiero llamarle por su apellido, suena más cool.

El señor Pilgrim se fue en su carro y cerré la puerta, estaba muy emocionada porque mi padre puede venir a visitarme, quisiera pasar más tiempo con él porque de verdad lo extraño. Me parece muy raro que mi mamá aún no haya llegado. Parece que la invoqué porque justo en ese momento, se abrió la puerta.
– Hola Jade, ¿cómo te fue?
– Bien mamá, ¿dónde estabas?
– Pues, fui a arreglar unos asuntos de mi trabajo.
Mi mamá trabaja en una empresa pequeña pero ganaba bastante dinero.
– Está bien, por cierto, vino el señor Pilgrim a dejarte unos papeles del divorcio.
– ¿Dónde están?
– En la mesa –señalé con mi dedo.
Mi mamá empezó a revisar los papeles y noté que se ponía un poco pálida.
– ¿Todo bien? –pregunté algo intrigada.
– Sí, sólo que... Quería decirte algo.
– ¿Sobre qué?
– Tengo nueva pareja y no siento que sea correcto que tu padre lo llegue a saber.
Me quedé en shock por lo rápido que mi madre pudo reemplazar a una gran persona como mi padre.
– ¿Tan rápido? –dije con los ojos llorosos.
– Cariño yo...tengo derecho a rehacer mi vida. –dijo a punto de llorar.
– Y es que a ti nunca te importó lo que sentía mi papá con tu indiferencia. –respondí. En fin, sólo te diré una cosa, yo con él no seré cariñosa y no le llamaré padre.
– Tienes que respetarlo y él a ti, así se harán las cosas, no como tú digas Jade.
– Pues conmigo no cuentes, sólo lo veré como alguien que llegó a arruinarnos la vida desde ahora. –le dije alterada. Mi madre me dio una abofetada.
– No digas esas cosas porque no te lo voy a permitir, ¡estás castigada!
– No me vuelvas a tocar en tu vida –le grité y me fui corriendo a mi cuarto.
Me quedé acostada llorando del coraje y después recapacité, pensé en todo el drama que hice el día de hoy pero es que al parecer hoy querían hacerme daño.
Finalmente estaba a punto de quedarme dormida cuando de repente vibró mi celular; un mensaje de Damian.

Damian :): Hola Jade, sólo quería decirte que lo siento por haber dicho que no me interesabas, la verdad es que no estaba pensando en lo que decía en ese momento, en fin, nos vemos mañana en el colegio, cuidate.

Vaya mierda, pensé.
No me voy a creer ese cuento, simplemente no me voy a ilusionar con él, lo dejé en visto y apagué el celular.
Cerré los ojos y me quedé dormida.








Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora