-apúrate
-ya voy Mercedes, no es tan sencillo, tengo frío y mi ropa no sale porque está mojada
-yo sé pero tienes que salir ya, para ir a hablar con Figgins y acabar con esto de una vez. No podemos perder el glee club
-ya se- le dije saliendo del cubículo del baño donde me estaba cambiando
-te ves bien- me dijo Mercedes viendo como su sudadera enorme cubría casi todo mi cuerpo
-en este momento es lo último que me importa- le dije mirándome en el espejo, dándome cuenta que eso era mentira, me importaba demasiado mi apariencia si era sincera. Me veía horrible
-bueno, vamos- dijo abriendo la puerta para salir del baño a la oficina de Figgins. Suspiré fuerte y salimos
Afuera ya no había nadie porque todos estaban en clase, aún así sentía que me miraban, que se reían a mis espaldas. Todo estaba en mi cabeza pero era duro, nunca me había sentido así, normalmente yo estaba del otro lado de la situación.
Al llegar a la oficina del director vi a Santana sentada afuera llorando, Estaba junto a Quinn mientras la dos me miraban con la mirada apagada, no lograba interpretar lo que me querían transmitir pero se sentía como si Santana tuviera cuchillos en lugar de pupilas . Hubo un momento en el que Santana me volteó a ver y lo ultimo que pude ver en su cara fue tristeza, lloraba de coraje y era por mi. Se me revolvió el estomago pero seguí mi camino hacia la silla negra frente al escritorio de Figgins.
-Rachel te imaginaras por que estas aquí- dijo Figgins mientras Mr. Schuester cerraba la puerta al entrar
-sinceramente no- le dije sintiéndome incomoda, todos los miembros del glee club estaban afuera de la oficina y maldije que la oficina de Figgings fuera visible por sus ventanas de cristal
-Rachel -comenzó Figgins- lo que pasó hoy causó daños, Finn y Puck se golpearon por no se que razón y el alboroto que se produjo se salió de las manos...
-la cafetería se convirtió en un circo y todo gracias a los niños del glee club- interrumpió la coach Sylvester entrando a la oficina
-Mira Rachel- dijo Mr. Schue ignorando a la coach Sylvester –lo ultimo que quise hacer fue aceptar esto pero al parecer nadie me escucha aquí y Sue tiene la ultima palabra- dijo mientras miraba a Figgins y a Sue en forma de reproche. Su comentario era mas para ellos que para mi pero no entendía de que estaba hablando
-no entiendo
-estas fuera del glee club- soltó la coach Sylvester
-¿Qué?- dije mirando a Mr. Schue, era tanto mi sorpresa que ni siquiera estaba respirando bien
-es solo temporalmente- dijo Mr. Schue tratando de tranquilizarme
-es que no puede ser, no es justo.. yo... yo ni siquiera hice nada, todo es culpa de Santana
-ella también esta fuera, al igual que Puck y Finn
-no, no... es que no nos pueden hacer esto ahora, las nacionales están cerca y no podemos dejar de ensayar, no podemos tener cuatro miembros menos- estaba desesperada por que ellos me escucharan y dejaran de negar con la cabeza, sabia que Mr. Schuester me entendía porque teníamos la misma expresión en la cara
-lo siento Rachel. Yo ya había hablado contigo y al parecer los escándalos son lo tuyo, necesitamos poner un alto, somos una escuela publica y no podemos dar esa imagen- Figgins continuó
-¿de que hablan? ¿qué imagen? ¡Esto es injusto, solo están haciendo que ellos me odien más porque lo ultimo que deseo es estar aquí y me quitan lo que me hacia regresar a esta escuela! -me levanté y salí de la oficina, me frené un momento frente a Santana y la miré de igual manera a la que ella lo estaba haciendo. Ya no le tenia miedo, estaba mas que enojada, su inmadurez estaba apunto de hacernos perder el glee club ¿y todo por un niño? Que estupidez. Me alejé de ahí, ignorando la voz de Mercedes y sabia exactamente hacia donde ir.
Giré en el pasillo de la derecha corriendo hacia la puerta enfrente de mi y la abrí, ignoré a la señora que me estaba impidiendo entrar y abrí la cortina azul
-Pero miren, la zorra en vivo y a todo co...- ni siquiera lo dejé acabar su frase, solo le di una cachetada y lo miré, Puck se sobaba la mejilla mientras me miraba sonriendo
-¿quieres jugar? Juguemos- le dije mientras analizaba su cara, tenia la ceja abierta y el labio igual
-oh no Rachel, yo no estoy jugando, esto va enserio. ¿Lo prefieres a él? Perfecto, pero no vengas llorando porque tu vida es miserable, eso es lo único que vas a conseguir con él
-No entiendo puck ¿por qué haces esto? Tienes a Santana y no me digas que porque me quieres porque nunca lo hiciste, te besaste con ella mientras me decías que me querías
-te duele que no este contigo y por eso te vas con Finn
-no te equivoques,
-lo mismo te digo Rachel, piensa bien lo que haces porque ya no voy a tener compasión por ti
-jódete- le dije mientras cerraba la cortina. Miré a la cama de junto pero estaba vacía. Suspiré y antes de que pudiera preguntar por Finn Puck me habló
-Ni lo busques, vino su mamá por él- lo miré por ultima vez y salí. Suspiré y me quedé inmóvil afuera de la enfermería. Sonreí para mis adentros porque haberle dicho eso a Puck se había sentido bien, el saber que también me puedo defender, normalmente yo estaba del otro lado de la situación, del lado en el que todo estaba controlado y quería volver a estar de ese lado.
Caminé mas tranquila mientras el timbre sonaba por los pasillos, la gente pasaba alrededor de mi y ahora que era "invisible" sin mi falda corta y mi coleta alta podía darme el lujo de mirar a la gente y no quitar la mirada. Todos corrían a sus salones y reían mientras, yo iba camino a la salida intentando llegar a mi coche.
De pronto sabia que hacer, tenía que cambiar mi estrategia, no me soportaba ni a mi misma porque en el fondo sabía que no estaba siendo sincera conmigo misma, tenia que admitir que ya no era parte de las cheerios y tampoco del glee club, eso estaba bien, no tenia que tener todo bien en mi vida ni vivir en una mentira tampoco. También estaba bien admitir que ya no era tan independiente como creía, que me gustaba Finn y dependía de su bienestar porque quería que él también dependiera del mío, quería que cuando mencionaran Finn lo relacionaran conmigo porque lo poco que habíamos pasado juntos había sido mejor que todo el itmpo que había pasado con alguien mas.
Creía que yo tenia mucho que enseñarle a Finn pero tal vez era tiempo de aceptar que él tenia mas que enseñarme a mi... Di vuelta en su callé y me estacioné frente a su casa. Suspiré y me bajé. Total ya no tenia nada que perder, estaba fuera de todo lo que me hacia pertenecer.
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Enséñame [EDITANDO]
Romance10 personas 2 habitaciones Rachel Finn Chico bueno Niña rebelde Atrapados en una casa sin salida por una semana...