en la noche

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-bueno esta bien pero me acompañas a la fiesta

-no David, solo necesitaba que me trajeras, ahora ya te puedes ir

-no no, solo unos minutos, como los viejos tiempos

-tus minutos son horas- le dije quejándome- otro día ¿si?- dije tratando de desabrocharme el cinturón pero en ese momento el se bajó del coche, me quité el cinturón queriendo bajar primero 

-Tu me acompañas y punto- dijo cerrando la puerta antes de que yo pudiera bajar. Me pasé rápido al asiento del conductor tratando de salir por ahí pero él había puesto seguro desde la llave quedándome atrapada

-¡esta bien!- le grité pateando el volante

-muévete- me dijo para que regresará a mi lugar, cuando me senté, él mismo pasó su mano por mi cuerpo para poder ponerme el cinturón y me besó la mejilla- así esta mejor- dijo sonriendo

-eres un asco- le dije sonriéndole, Karofsky le pegó a mi asiento haciéndome estremecer pero no le tenía miedo

-mira Rach, tu me dijiste que me ibas a pagar ¿y sabes qué? Quiero que lo hagas ahora- él se estaba quitando el cinturón del pantalón y yo rodé los ojos riéndome

-sueñas

-nadie juega conmigo Rachel, lo sabes

-mira, Karofsky- le dije quitándome el cinturón de seguridad- tu a mi no me dices que hacer ¿okay? Aparte cuando dije que te pagaría era con un beso, como siempre - encogí los hombros mirando hacia arriba, penando que tal vez podia salir por el quemacocos que tenía la camioneta

-¿qué eres tonta o qué?- me dije tomándome de la cintura acercándome a él, él olió mi cuello bajando su cara hacia mi pecho

-oye no te pases- dije sentándome de nuevo en el asiento –te doy un beso y me dejas ir, dejamos lo de la fiesta para después

-esta bien, pero el beso dura lo que yo quiera... y sobre la fiesta aun o tengo que pensar

-esta bien, nada de besos asquerosos- dije levantando mi dedo índice- y... esta vez no uses mucho la lengua

-te encanta como beso- dijo jugando

-ya, ven- le dije rodando los ojos y él se acercó, me empezó a besar y la verdad no besaba mal, solo que no me gustaba David así que nunca lo disfrutaba –David ya- le dije separándolo por falta de aire

-No Rachel, quiero algo mas que un beso

-Ya hablamos sobre esto, otro día- dije tratando de que regresara a su lugar tratando de abrir la puerta pero él le puso seguro –David...

-Solo algo mas, tu sabes lo que me gusta- dijo giñando un ojo y morí de risa

-¿qué te pasa? Ya te dije que otro día- él me tomó de la cintura lastimándome y yo me separé dándole un golpe en el abdomen tratando de salir por el quemacocos del coche pero él rápidamente tomo mi pie

-ya se, te dejo ir pero vas conmigo en la noche

-mira no quiero acabar mal, me ayudaste así que te voy a pagar con no decirle a la policía que escondes mariguana en los asientos de tu coche- dije resignada a que no le iba ganar- escóndela mejor la próxima vez - le dije susurrando en su oído dándole un beso en la mejilla empezando a abrir la puerta del coche

-¡Zorra!-escuché al caminar- pero así te amo ¡te veo en la noche!

Volteé y él se estaba metiendo en la camioneta, sonreí porque de nuevo me había salvado, él antes iba a en la escuela pero había molestado a Kurt y a unos cuantos más, siempre había sabido que yo le gustaba y por eso me hacia favores resignándose con unos cuantos besos.

Caminé unas cuantas calles más llegando a mi casa. Por fin en casa y sabia que estaba vacía. Pasé por la cocina tomando helado y unas papas para subir a la mi habitación a descansar. Seguro no tardaban en llamar a mis papas para decir que me había saltado mi décima clase, me daba lo mismo, nunca me había importado eso en realidad, aunque ahora debería de empezar a preocuparme.

Yo no me solía preocupar por literatura o ciencias porque y tenia mi educación asegurada, o eso pensaba. Hace tiempo había aplicado para una beca en la NYU, me la habían dado por lo de las cheerios y porque hacia labor social, no se fijaban mucho en mis calificaciones, mas bien en el nombre de mi papá, digamos que él era importante en Nueva York ya que se relacionaba con la política. 

Aunque ahora sentía que si tenía problemas porque mis padres me habían dicho que si podía irme a Nueva York si lograba salir con un promedio razonable y ahora ya ni siquiera sabia si iba a graduarme por las cheerios y mi falta a clases. Lo bueno era que el promedio razonable lo tenía ,aunque si seguía volándome las clases eso también lo iba a perder.

Me estaba terminando el bote de helado viendo la tele cuando mi celular vibró

-Ya esta, paso por ti en la noche donde te deje, ya hable con él de la casa y si te puedo llevar, ponte guapa- K

Rodeé los ojos aventando mi celular a la cama, al parecer iba a ir a una fiesta con Karofsky en la noche

-puedo llevar a alguien?- R

-si es mujer si-K

sonreí y entré al baño alistándome,no tenía de otra, tenia que ir con él porque el sabia muchos secretos míos. El problema era que tenía que salir antes de que mis papás volvieran de trabajar, si recibían la llamada de mi escuela no me iban a dejar salir, pero no me podían detener si yo ya estaba afuera.

Al terminar de alistarme tomé mi celular y me arrojé a la cama marcando el número de Mercedes

-¿Rachel? O sea te estoy esperando desde hace media hora, creí que estabas en detención, me enteré de lo de Santana ¿estas bien?

-te explico luego ¿si? Te veo en tu casa en veinte minutos

-¿qué? No espera, explícame...

-Mercedes no puedo, te veo en veinte- colgué. Corrí a mi closet para tomar mis tacones y mi bolsa de la cama. Me puse mis tenis y tome mi abrigo bajando las escaleras corriendo. Tenía que caminar hacia la casa de Mercedes y no estaba lejos, solo esperaba que ella quisiera acompañarme a la fiesta porque ni loca iba a ir a una fiesta con Karofsky sola. 

Enséñame [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora