Sí señora

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-Quédate quieto- dije tomando la mano de Finn. Él se limitó a fruncir los labios por la sensación -Okay, chance esto te arda- vertí un poco de agua oxigenada sobre los nudillos abiertos mientras observaba su expresión. Suspiró. -Okay se supone que esto es todo ¿quieres que te vende o algo?- él observó sus manos y negó.

-no es para tanto- salió del baño. 

Guardé las cosas de nuevo en el botiquín y enjuagué el lavabo. Me apoyé sobre la porcelana color blanco y me miré en el espejo. Tenía los ojos hinchados y mi cabello no estaba ni cerca de parecer cabello. Lo amarré en una coleta y salí del baño. 

Finn estaba sentado en la orilla de la cama. Me acerqué a él por detrás, puse mis manos en sus hombros mientras comenzaba a darle un ligero masaje. Por un tiempo el silencio reinó, sólo escuchaba su respiración fuerte.

 -Él te besó- no sabía que contestar, así que no dije nada. -..Supongo que el plan ya no sigue -dijo con una sonrisa apagada 

-Supongo que no- suspiré, sentándome junto a él -¿estas bien?- había querido hacer esa pregunta desde que salimos de la escuela pero no sabía cómo

-¿Tú?- Asentí 

-estaba preocupada, por un minuto no reconocí tu cara.

-Si bueno, por un minuto yo tampoco- sonrió al suelo con los labios cerrados. -¿Qué crees que pase?

-¿honestamente? no lo se, supongo que te van a suspender o algo- lo volteé a ver -¿seguro que estas bien? lo que pasó fue muy intenso.

-si- sonrío -hace rato que tenía ganas de partirle la cara... aparte- suspiró fuerte -se lo merecía, cuando lo vi besándote se me nubló la vista.

-Mira como te dejaste las manos- tomé su mano izquierda, acariciándola con el pulgar

-no es nada- sacudió su mano- debiste ver cómo quedó el otro- bromeó

-sí lo vi- me sacudí gracias a un escalofrío al recordar la cara llena de sangre de Puck. 

-Lo siento, no quería asustarte

-No me asustaste- Me acerqué más a él y puse mi la mano sobre su rodilla -sólo... estaba un poco impresionada, nunca había visto algo así, no de cerca.- lo miré  -creí que no te ibas a detener

-lo sé- asintió. Suspiré fuerte y me levanté de un brinco.

-bueno pero estas bien, Puck esta bien porque salió caminando y yo estoy bien, así que ya pasó-me puse frente a Finn. Abri sus rodillas un poco para posicionarme en medio, él me atrajo más cerca. Pasé mis manos por su pecho. -ademas, se lo merecía- sonreí provocando que él hiciera lo mismo

-¿Qué vamos a hacer?- Me abrazó por la cintura y levantó la cara un poco para mirarme -Obviamente el plan se acabó y tu sigues fuera del glee club... ahora que lo pienso, puede ser que a mi también me saquen. 

Sonreí al notar su cara de preocupación -No pasa nada, de todas formas ya me estaba estresando todo esto- pasé mi mano por su cuello, jugando con el cabello de su nuca suavemente. Finn me jaló del brazo para que me sentara sobre su pierna.

-si pero para los del glee club, tu eres la que robó ese boleto y Santana va a cantar tu solo y seguramente ahora Puck el mío... las nacionales son la semana que viene Rach.

Sonreí -No hay que pensar en eso ahora- me acerqué a sus labios dandole un beso. Finn tomó mi cara entre sus manos para profundizar el beso. Rodeé su cuello y mordí su labio inferior con suavidad. Sonrió y dibujó una linea con su lengua en mi labio inferior, le di paso a mi boca. Me levanté sin romper el beso para empujarlo a la cama, se recostó y caí sobre él. Nos despegamos en busca de aire

Enséñame [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora