XXXVI

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-¿Baekhyun?

La voz preocupada de Shin Cho Hee llegó desde el portal de su casa. La mujer observó a su jefe con el ceño fruncido, sin molestia, sólo confusión, Baekhyun nunca había ido a visitarla, ni siquiera creía haberlo visto alguna vez con ropa de casa como en esos momentos, sólo con trajes y atuendos lujosos y algo extravagantes. Tan sólo una mirada perturbada de su parte y ni hablar de su imagen fueron suficientes para que lo tomara de un brazo y lo metiera de un tirón a su casa.

-Ven, por favor.- Lo hizo caminar junto a ella. -Necesitas...- Cho Hee dejó la frase en el aire, la verdad no tenía idea de lo que podría estar necesitando, pero quería ayudarlo de todas maneras.

Baekhyun se adentró en el hogar de su empleada con pasos pesados y titubeantes. Dio un vistazo a lo que le rodeaba, todo era blanco y luminoso, con un toque hogareño evidente. No lo entendía, pero de alguna manera ya se sentía a gusto allí. Antes de entrar al salón tuvo que detenerse cuando dos niños de entre seis y nueve años pasaron corriendo delante de él.

-¡Ha Yi! ¡Jung Hwa!- Gritó ella con autoridad, haciendo parpadear a Baekhyun. La niña y el niño se acercaron con algo de inseguridad. Su madre posó ambas manos en las caderas. -Tenemos visitas. ¿Qué se hace?

Los pequeños miraron a Baekhyun antes de hacerle una formal reverencia que pareció más adorable que otra cosa. -Hola, señor.- Dijeron al unísono.

Baekhyun les devolvió la reverencia. -Hola.- Murmuró.

-¿Y qué más?- Cho Hee los vio con seriedad.

-Discúlpenos por casi tropezar con usted.- Se escuchó al niño, el mayor.

-Eso, discúlpenos.- Lo siguió su hermana menor.

Su madre pareció satisfecha. -Pueden seguir jugando.- Indicó con un movimiento de su mano, cosa que bastó para que el par se largara corriendo y chillando nuevamente. -¡Pero no corran por la casa...! Dios.- Miró a Baekhyun a su lado con un poco de pena. -Lo siento.

Él negó quedamente, restándole importancia al asunto. En el salón se encontraron con un hombre sobre el sillón mirando la televisión, se giró a verlos al escucharlos llegar, Baekhyun supuso que sería el esposo de Cho Hee.

-Buenas noches.- Se inclinó. -Lamento la interrupción.

El hombre se puso de pie, caminó hasta él y le extendió una mano. -Kwon Baek goon, ¿verdad?- Preguntó sonriente, Baekhyun asintió. -Es un gusto conocerte al fin.- Él volvió a asentir con lentitud. -Por favor, siéntete como en tu casa.- Declaró con simpleza.

Baekhyun no podía negarlo, todos allí eran encantadores. No podía esperar nada más tratándose de Cho Hee, ella era así.

-Siéntate.- Le dijo ella con suavidad, ubicándose sobre el sillón. Baekhyun ocupó el sitio a su lado.

-Iré arriba.- Su esposo se acercó y le dejó un pequeño beso sobre la cabeza.

Cho Hee le sonrió. -Asegúrate de que los niños hayan hecho su tarea.

Baekhyun sintió una punzada en su pecho. Ellos, la familia de Chanyeol... ¿Él era el único que nunca había podido disfrutar de este tipo de cosas?

Se volvió hacia él con un gesto mucho más serio. -¿Estás bien, Baek? ¿Por qué estás vestido así?- Frunció el ceño a sus prendas.

Baekhyun se reacomodó con pesadez. -Me han denunciado.- Fue directo.

Ella dio un respingo hacia atrás. -¿Cómo?- Cuestionó incrédula.

-Me han acusado por malversación de fondos.- Suspiró. Sintió nauseas de sólo volver a hablar sobre el tema. Le extendió las hojas donde rezaban las demandas.

Trabajo para el diablo (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora