Trabajo para el diablo (ChanBaek)

XXIII (PARTE II)

El ambiente se tornó repentinamente tenso de un momento a otro. Todos se unieron en una alianza inquebrantable (al menos por el momento) de a dos que procuraba destruir a cualquiera que se cruzara en el camino. Cada uno de ellos portaba expresiones serias y hasta amenazantes mientras comenzaban el juego con la intención de ganar a como dé lugar.

-¿Soy yo o esto es demasiado?- Susurró Junmyeon a su compañero de juego.

Kyungsoo lanzó una risotada al aire. -En el cróquet nunca nada es demasiado, mi querido Junmyeon.

Le frunció el ceño en respuesta, bastante confundido a decir verdad, pero también comprendía que una de las razones principales por las cuales Kyungsoo comenzó a pasar el rato con ellos tan fácil y rápidamente, fue que era igual de excéntrico que el resto, y Dios sabía que hacía muchísimo tiempo se había dado por vencido en desentrañar las mentes retorcidas de sus amigos. Decidieron que el grupo con más años comenzaría y la señora Park junto a su joven acompañante, Jongdae, dieron un paso adelante. Fue él quien adelantó la bola anaranjada y miró alrededor con un poco de confusión.

-Asegúrate de pasarla por aquel primer arco.- Lo ayudó Kyungsoo, señalándolo.

Frunció el ceño. -¿Ese no debería ser el último?

Kyungsoo descansó ambos puños en sus caderas. -Yo he decidido el recorrido de los arcos junto a mi fiel compañero de trampas Baek goon, y digo que ese es el primero.

Con un refunfuño, Jongdae se inclinó y dio comienzo al juego. Concentrado en la tarea, le asestó un buen golpe a la bola con el mazo de madera y esta rodó rápidamente por el verde césped.

-¡Bien hecho, Jongdae goon!- Lo alentó la señora Park.

Tanto Kyungsoo como Junmyeon sabían cómo jugar cróquet, así que acordaron quién iría primero con un corto juego de piedra, papel o tijeras. Fue Junmyeon quien se encargó de dar el golpe que los guiaría a la victoria... Pero el golpe lo único que tuvo de impresionante fue el gran arco que formó en el aire, ya que seguidamente la bola se estrelló contra un árbol y cayó pesada en el suelo.

-Fantástico.- Le terció Baek con una sonrisilla irónica.

Han Kyul se preparó cuando llegó su turno, puesto que ni él ni Minseok tenían idea del juego, no importó mucho quién iría primero. Fue cuidadoso al golpear la bola negra, cuando se estaba en medio de un juego, cualquiera sea, todo mal hábito debía abandonarse en pos de la gloriosa victoria. Sobre todo si ese mal hábito tenía algo que ver con la impetuosidad y la brusquedad. Envió la bola en dirección al primer arco y se hizo a un lado para que el siguiente lo intentara.

-Me toca.- Se adelantó Yoora con decisión.

Miró la bola verde con ojos entrecerrados y luego de amagar varias veces a golpear como si de golf se tratara, le asestó un buen golpe. El objeto esférico surcó perfectamente la hierba, pero tuvo la desdicha de chocar contra el mismo árbol de antes, obstruyendo su paso y cayendo como piedra justo al lado de la bola de Junmyeon y Kyungsoo.

-¡Já!- Largó este último, burlesco.

-Lo siento.- Yoora miró apenada a su compañero de equipo.

-¡Oh, Dios!- Exclamó Kyungsoo. -¡Te quiero, noona!

Luhan se giró hacia Chanyeol con el ceño fruncido. -¿Por qué está festejando ese golpe horrible?

El otro luchaba por contener sus carcajadas. -¿Recuerdas que Kyungsoo dijo algo así como que lo importante no era ganar, sino hacer perder al resto?

Baekhyun miró a Kyungsoo, deseando que sus ojos fueran lanzallamas que pudieran incinerarlo lenta y dolorosamente. Ambos muchachos con golpes desafortunados se dirigieron al lugar donde sus esferas descansaban. Tuvieron que alejarse del resto, un poco más adelante que ellos, mientras seguían turnándose para golpear. Baekhyun notó que Kyungsoo estaba increíblemente complacido con la situación y, Dios lo librara, no pudo evitar abrir la boca y curiosear al respecto.