Trabajo para el diablo (ChanBaek)

XVI

Sólo cuando sintió el moderno sonido de la casa de Baekhyun que indicaba que la puerta principal estaba cerrada, Chanyeol cayó en cuenta de que, nuevamente, se encontraba a solas con su jefe y en nada más que su apartamento. Comenzó a sentirse nervioso, los recuerdos de la última vez estaban frescos, y su mente seguía siendo un revuelto de cosas e ideas que iban y venían. No se había dado cuenta de que al aceptar volver a su casa, estaba dando lugar a que otra situación como aquella sucediera. Aunque la verdad y pensándolo bien, era lo mejor. No podía volver a su propia casa en esas condiciones, se vería obligado a explicarle a su familia lo que había pasado y conociéndolos, se sentirían devastados y terriblemente angustiados. No le importaba que se metieran con él, pero jamás dejaría que todo aquello afectara a su madre y hermanos.

Miró alrededor con disimulo. Todo estaba pulcramente ordenado y organizado a comparación de la última vez. Había estado en la casa de Baek muchas veces más después de aquel incidente, debía buscarlo para darle su desayuno y llevarlo a clases, pero las interacciones que tuvieron fueron escasas. Contaba los minutos para llegar al departamento justo a tiempo y largarse de allí rápido para no dejar margen a ningún tiempo libre.

Decidió que lo mejor que podía hacer era disculparse por el comentario horrible que le había hecho. No lo había olvidado, todavía rondaban esas palabras por su cabeza como fantasmas. Era una de las muchas razones por las que había estado manteniéndose alejado, se sentía avergonzado. No se consideraba el tipo de persona que larga palabras hirientes a posta y sin consciencia. Podrían tratarlo de loco, pero no se dio cuenta de lo necesarias que eran las pullas y pequeñas peleas con Baekhyun hasta que este comenzó a ignorarlo y él a evitarlo. Le encantaba la relación que tenían. Podían discutir, ser despectivos y hasta crueles el uno con el otro, pero todo era espontáneo y divertido. Endemoniadamente divertido.

Aclaró la garganta. -Oye, Baek...

-¡Demonios! Qué mal hueles, por favor.- Lo cortó, cubriéndose la nariz con un delicado pañuelo de tela y viéndolo con repugnancia. Estiró un brazo hacia una dirección incierta. -Allí tienes un baño, úsalo por el bien de la humanidad.

Y ahí estaba. Cosas que a cualquier otro le ofenderían, a Chanyeol le divertían muchísimo. No sabía la razón, pero tenía en claro que a las palabras que Baekhyun usaba, no había que tomarlas muy en serio.

-Creo que eso será lo mejor.- Sonrió, poniendo luego una extraña mueca. -En serio, se han pasado. ¿Qué carajo me tiraron encima?- Se miró con el ceño fruncido, intentando identificar de cuál de todas las manchas provenía tal nauseabundo olor.

-Ya, ya, ya.- Repitió Baekhyun, todavía con el pañuelo sobre la cara, empujándolo por la espalda hacia la habitación del baño. -A nadie le interesa, báñate antes de que vuelvas mi casa un basurero.- Entonces elevó la mirada. -Hasta en el cabello tienes pintura.- Murmuró.

Chanyeol largó una risotada. -Sólo esperemos que hayan tenido la consideración de bañarme con pintura al agua o me quedaré con el cabello verde.

-O simplemente podríamos cortarlo.

La malicia con la que dijo eso fue suficiente para que Chanyeol se girara a verlo con una ceja alzada. El otro prácticamente lo tiró dentro del cuarto de baño.

-Date una ducha o toma un baño, lo que quieras. Te llevaré ropa a mi habitación para que luego puedas cambiarte.

Repentinamente y ante tal comentario, Chanyeol se sonrojó un poco al imaginarse sin nada puesto rondando por ahí, quizás no ante su mirada, pero sí bajo su presencia. Baekhyun lo observó detenidamente un buen rato antes de plasmar una sonrisa lenta y lasciva.

-¿Quieres que te ayude con eso luego?

-¡No, gracias!- Exclamó Chanyeol, terminando de cerrar la puerta con ímpetu.