Capítulo 54

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– ha llegado esto. –dijo papá entrando a mi habitación con sigilo.

– ¿Qué? –pregunté girando la silla del tocador.

Observé la caja entre sus manos. Debía ser las cosas que le había pedido encarecidamente a Carlos que me mandase a casa.

– dejalo allí sobre la cama papá.

La colocó cuidadosamente sobre el lecho, mirándome un poco mas relajado y menos preocupado. Hace días que para complacerle he intentado comportarme lo mas normal y cuerda que he podido.

Aun que cuando no me ve es inevitable sentir esas ganas inmensas de llorar, he sido admitida en Standford. Tal y como lo dijo Carlos aquella tarde fue nombrada alumna honorifica.

Mamá se encargó de traer la medalla y diploma a casa. Creyendo que eso podía mejorar mi estado anímico. Organizamos el árbol navideño.

Mas bien les vi organizar el árbol.

Volví a comer, salí varias tardes en busca de ese algo que el me pedía en cada sueño que tenia.

Creí que entre sus cosas podía hallarlo.

– Papá –musité caminando hasta la cama –necesito estar sola.

El sonrió suavemente caminando de espaldas hasta la puerta.

Abrí lentamente la caja, allí estaban todas sus fotos, la cámara con rotura de luz que el tanto amaba.

Todo lo que habíamos escrito en nuestras tardes de ocio y muchas fotos juntos.

Una en especial.

El mirándome en cafetería de la escuela posando junto su examen de matemáticas aprobado después de tres días de seguido estudiando.

Reí en silencio.

La otra el observando distraído su libreta de estudio, recuerdo aquel día perfectamente habíamos estado discutiendo sobre William Shakespeare y su disimulada actitud misógina reflejada en alguna de sus obras.

Buscaba un argumento para rebatir el mio cuando disparé el flash de la cámara capturando su boca torcida y cabello desordenado.

Revisé su cámara y el archivo sin revelar de las fotos en el parque de diversiones.

De alguna forma él estaba allí. Podía sentirlo, podía sentir su presencia en cada una de las fotografías.

– Es como si nunca te hubieras ido.

Limpié mi lagrimal ya inundado.

Seguí revisando las fotografías, fortaleciendo mi sospecha de que en si tenían magia pero no lo traían devuelta.

Las guardé en mi closet al lado de su camiseta de estampado negro la que me había regalado tributo a su canción favorita.

Sequé las lágrimas al escuchar que papá me llamaba desde la sala de estar. Habían estado organizando lo de la cena de nochebuena que llevaban semanas preparando. Bajé cuidadosamente intentando disimular mis ojos llorosos.

– te buscan. –dijo papá mirándome descender.

Fruncí el entrecejo.

Observé el cabello castaño de Mike de espaldas. En compañía de alguien más. Era Carlos.

– Hola –dije al llegar a la estancia.

– Caro –Mike se aproximó rápidamente abrazándome con fuerza.

¡Sonríe, Caroline! (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora