Capitulo 7

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 Llegamos –estacionó el automóvil frente a un esplendoroso bosque lleno de verdor y belleza, arboles frondosos y enredaderas.

Los seguros de las puertas se levantaron de inmediato.

- ¿es aquí? –fruncí el ceño, no era nada de lo que esperaba.

¿en realidad que esperaba?

- No es nada mas allá de lo común –dijo el dándome la espalda –

pero es perfecto solo…

Me acerqué a el.

- Obsérvalo –musitó –hallaras la magia.

Lo intenté. Nada resultó.

Todo eso era estúpido…

Nada había de especial a excepción de una increíble belleza que jamás podría ser pintada porque no le harían justicia a la sincronía de colores lo único que faltaba eran las mariposas para decir que estábamos en cuento de hadas, no se lo crean aun…

Este, estaba muy lejos de ser un FairyTale

Cristian me ignoraba.

Yo no era digna de llamarme Princesa.

- ¿Caroline?

- ¿mmm?

- ¿te estas aburriendo?

- Voy hacer algo cruel pero en realidad no veo nada de especial aquí…¿podemos volver a la escuela?

El se dio vuelta emitiendo una corta sonrisa.

- Sabia que dirias eso tu vida cuadriculada no te permite ver lo especial que es este lugar, tal y como yo lo veo.

- ¡basta! –me había cansado de que siempre me hiciese sentir inferior. El, y su estúpida forma de ver el mundo –tu no me conoces lo suficientemente bien para estar emitiendo juicios sobre mi ¿bien? Ya me cansé de que me juzgues creyendo saberlo todo de mi… cuando en realidad ¡no sabes nada! Solo eres un aparecido con ínfulas de filosofo ¿quien te crees para decirme que hacer con mi vida? –la rabia me había alterado de modo que estaba a punto de estallar en lagrimas –esto no tiene por que estar pasando –la voz se me quebró las malditas lagrimas delatoras salieron –¡no tenemos porque estar aquí…! Estas comenzando a arruinar mi vida –ahora lloraba como una estúpida -tus palabras me hieren, pero… ¿Por qué tienen que importarme? ¿Por qué eres al único que le importa que no sonría, que no sea feliz? Si solo nos conocemos hace unos días.

Guardé silencio mientras las lagrimas como un torrente incontenible. Las mismas que una día me había jurado no derramaría.

Para Caroline Smith, una lágrima era signo de debilidad y Caroline Smith no podía ser débil.

No estaba permitido.

- ¿te sientes mejor? –aparté el rostro hacia el barranco donde mas alla aun se divisaba la grandeza de un exuberante paisaje, que sabia no se esforzaba para ser perfecto. No de la forma en que yo lo hacia a diario.

Simplemente lo era.

- Esto fue un error –caminé hacia al auto –llévame a clases.

Ahora estaba siendo inmadura, débil, torpe… ¡imperfecta!

- ¿es todo? –se asomó por la ventana -¿hiciste una pataleta y te vas? 

- ¿Qué quieres que haga Cristian? –mantuve la vista perdida –ya me viste llorar ¿no es suficiente para ti?

Pareció resignado, abrió la portezuela para entrar en el auto.

- En cierta forma –rió lleno de ironia –esperaba mas de ti…

- Te he dicho cosas que no le he contado a mas nadie considérate afortunado 

- Considero que se lo que todo el mundo sabe. La lucha que lidias por ser la persona que todos los demás quieren que seas, simplemente quería verte siendo tu misma.

- Esta soy yo –espeté con dureza –si no puedes lidiar con eso, puedes dejarme sola y disfruta de la decepción.

El trayecto de vuelta a la escuela de un silencio, maldito silencio que me hizo saber que el fingia creer en mi mentira.

Lo que me hizo sentir satisfecha hasta ahora jamas había perdido y ¿Quién era Cristian Henderson para buscar una Caroline feliz? Que el desistiera de eso me hacia sentir ganadora y a la vez la gran perdedora.

Por que en el fondo, mas allá de las profundidades había una Caroline esperando a ser hallada y yo también quería encontrarla.

¡Sonríe, Caroline! (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora