Capítulo 8.

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Maximiliano.

Ha pasado casi una semana después de la fiesta de Lucas, no he olvido el beso con esa pequeña y loca mujer. Quise comerle la boca de inmediato pero al rozar sus labios no pude, más que darle un beso intenso lo que hice fue sentir sus labios suaves y su exquisita lengua, además de tenerla tan cerca en ropa interior, de solo recordarlo me muerdo el labio de deseo.

-Señor Franco. -La profesora Leila esta moviendo sus manos para captar mi atención.

-Disculpe. -¿Me preguntaba?

-Le pregunto. - ¿Qué piensa usted de las personas que ocupan puestos en la vida que no les interesan y que otros necesitan?

«No me jodas»

-Hay cosas que se escapan de nuestras manos. -Y en cuanto a mi, no volverá a pasar. Le contesto con seguridad.

-Eso espero.

Después de unas horas, da por terminada la clase, me levanto, cuelgo la mochila en el hombro y salgo.

-Hola Maxy. Escucho una voz cantarina.

-Hola. -¿Qué hay? Estoy caminando hacia la salida y Nicol a mi paso.

-No es la manera correcta de saludarme después de seis días sin vernos. Una sonrisa maliciosa sale de sus delgados labios pintados de carmín.

-Te llevaría hasta el último salón pero tengo prisa.

-Lastima, te veo luego. Se aleja y va moviendo sus caderas.

Nicol es bonita, de buen cuerpo, sabe lo que quiere, le gusta divertirse y ya lo hemos hecho un par de veces, entre esas, en la fiesta de Lucas la pasamos muy bien pero en éste momento no me apetece.

Subo a mi harley y voy rumbo a mi piso. A esta hora de la tarde el tráfico esta despejado conduzco sin problemas hasta llegar, guardo mi moto y voy hasta adentro, un olor a limpio inunda el lugar la señora Paulina viene una vez a la semana y se encarga de la limpieza.

Lanzo la mochila y me tumbo en el sofá, enciendo la pantalla del televisor algo interesante puede que estén pasando...

Abro los ojos y la única luz iluminando la sala es la del televisor, chequeo el móvil, 6:15 de la tarde, sin darme cuenta dormí aproximadamente una hora. Camino hacia la habitación, me daré una ducha e iré al casino, me gusta ir allá a ganar un poco de dinero y pasar el rato, también escuche rumores de que esta noche habría un show nuevo de música.

Ya duchado estoy en busca de ropa, unos vaqueros, una camisa blanca de mangas largas, zapatos, reloj. Llevo el móvil y saco del cajón de la mesa de noche las llaves de mi Jeep. Voy hacia el garaje y está mi harley al lado de la camioneta, lo siento nena pero esta noche no es tu turno.

Para ser una hora temprana de la noche el aparcamiento del casino ya esta casi lleno, estaciono y salgo de la camioneta.

-Braulio. -Le saludo al de seguridad que ya le conozco.

-Adelante chico.

Este casino tiene un estilo clásico-moderno, todo muy decorado, un ambiente agradable. Veo unas que otras caras conocidas por aquí, en la barra hay una chica nueva no le había visto.

-¿Qué desea señor?

-Deseo muchas cosas, pero en este momento un trago por favor. La chica esta sonriendo.

-¿De cuál?

-El que quieras. -Que sea suave para comenzar la noche.

-Esta bien. Pasa su mano y esconde un mechón de pelo detrás de su oreja.

Juegos peligrosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora