Maximiliano.
Fuimos a un buen lugar donde hacen una de las mejores pizzas, mis padres me llevaban de niño. Reímos sin parar, hablamos de trivialidades, la comida, hasta los pocos silencios estuvieron cómodos. De lo que más disfrute fue de verla admirando cada detalle del lugar, como se deleitaba con la pizza, como pasaba su lengua por los labios y es que me sentí como un adolescente teniendo una cita, hace unos años que no tenía una así, salida genuina con una mujer preciosa. Al llevarla a su casa la acompañe hasta la puerta donde me agradeció y rápidamente se acerco para dejar un beso en mi mejilla y entro a su casa como si estuviera huyendo de mi, para concluir fue una buena noche.
Un codazo me regresa a la realidad y veo a mis amigos riendo.
-¿Pero que os pasa? -Te estamos hablando. Dice Evan.
-Debe estar difícil recordar la cara de la tía que te llevaste a la cama anoche. Dice Esteban burlón.
-Donde vuelvas a decir una estupidez así de nuevo, te voy a recordar lo que es tener la nariz partida.
Doy un golpe en la mesa y me levantó para ir lejos de ese idiota, que donde hubiese estado de mal humor le parto la cara por estar hablando de más sin saber nada y es que no se si me molesta más no olvidar el rostro de ella o el hecho de no haberla si quiera besado.
Voy a encender la moto y Evan viene.
-¿Todo bien hermano?
-Unos pequeños rollos familiares, pero nada que no se solucione.
-Esteban a quedado desconcertado por tu reacción, siempre es bocón y no le hacéis nada.
-Siento haberle asustado. -Gilipolleces. Digo con sarcasmo.
-Entonces nos vemos en la noche para ir organizando lo del sábado.
-Nos vemos. Enciendo la harley y me pierdo entre los coches.
Es medio día y recuerdo que Alison dijo donde trabaja, me pasaré por allá solo por curiosidad, conduzco rápido para alcanzar a llegar y verle al menos desde lejos.
Efectivamente ahí esta, afuera del centro comercial abrazando a un hombre de cabello castaño, más alto que ella aunque no parece tan alto como yo, se sueltan y ríen así como sonrió anoche para mi. Se da la vuelta y va hasta su audi, hago rugir mi moto y me esfumo.
Fue una mala idea ir hasta ella, es que no se en que carajo estaba pensando, o si, en esos ojos cafés y esa risita que me está sacando de quicio.
Dejo la harley en el estacionamiento y subo, no iré al restaurante esta tarde, me daré un baño.
**
-Escuchen, debemos estar muy atentos en esa carrera. -Revisar bien los coches, los frenos y agarrar bien las curvas. Los chicos me miran atentos.
-Si, debemos prepararnos para ganar. Esteban nos habla.
-Ya estamos preparados, solo hay que estar atentos como dice Maxy. -Jeremias y Jhonny harán todo lo que puedan para ganarnos. Agrega Lucas.
-Una cosa más, si van a llevar acompañantes en la carrera, asegúrense de estar más pendiente del volante y no de los pechos de ellas. -¿De acuerdo?
Señalo con el dedo a mis amigos que están riendo por mis concejos.-¿Acaso el gran Maxy no montará a nadie a su coche esa noche?
-No lo decido aún, pero es una advertencia.
Tomamos unas cervezas en casa de Evan, planeamos para la carrera del sábado que es un evento de mucha gente, coches descapotables y dinero, no lo necesito pero aún así voy a correr hasta ya no poder.
Mi teléfono suena y leo un mensaje de mi madre.
"Recuerda venir a la cena cielo, no tardes"
Me importa muy poco las estúpidas cenas con esa gente, pero tendré que ir o será peor escuchar a mi madre por días diciendo lo mal hijo que puedo ser por no apoyarles.
Con unas cervezas encima me encuentro en casa de mis padres caminando por el recibidor.
-Maxy, que bueno que llegáis estaba ansiosa por tu llegada.
Doy vuelta y una rubia alta y bonita, me sonríe.
-Helen. Digo con simpleza.
La presencia de esta mujer aquí, debe ser por algo y lo voy averiguar.
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Juegos peligrosos.
RomanceEl deseo tiene nombre y ese es Maximiliano Franco, mientras que la tentación posee unos preciosos ojos marrones Alison Maxwell. Sensación pura y sentimientos explosivos, una combinación de juegos peligrosos. El lo tiene todo, no busca mas que vivir...