Maximiliano.
Las nueve de la mañana y nada que Alison sale de la habitación, ya durmió suficiente. Toco la puerta una vez, otra y nuevamente pero no responde.
-¿Queréis quitar el título a la bella durmiente? No recibo respuesta alguna y toco de nuevo.
-Te aviso que voy a entrar. No se escucha nada.
Abro y la habitación esta vacía, se fue sin decir nada, como no lo pensé antes. Busco en el armario pero veo que su ropa esta ahí ordenada, sigo buscando y un sobre blanco está en la cama, la abro rápidamente.
Carta suicida.
Debo agradecer por dejarme entrar en tu piso pero estos días han sido mucho para mi y es por eso que voy a matarme.
Matarme el aburrimiento en el trabajo. Recuerda que tengo una vida hecha y no estaré todo el día encerrada, por otro lado me hubiese encantado ver como palidecía tu cara por el susto de cargar con una muerte ¡Ja! ¿Qué? ¿Me vais a decir que no te dolió hasta la cabeza? Bonito día.
No me jodas, respiro aliviado y me echo a reír, esa mujer es una chiflada.
No recordaba que trabajaría hoy por la mañana, voy a la cocina para tomar agua porque si que me empieza a doler la cabeza, eso no se queda así.Voy a ver como se encuentra Mario hoy, el día está fresco para andar en la harley, respeto todas las señales de tránsito y en los segundos de espera recuerdo a Alison, me divertí mucho ayer en el restaurante se le notaba las ganas de partirme en dos con esa mirada, si ella se enterase de lo que me gusta verla enojada estoy seguro no lo demostrará.
Llego a la clínica en busca de mi amigo y me anuncio.
-Buenos días. Señorita vengo a ver a Mario Rincón.
-Buen día Joven. -Su nombre por favor.
-Maximiliano Franco.
-Adelante. Su sonrisa se amplia de manera que me deja ver toda su dentadura superior.
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Juegos peligrosos.
RomanceEl deseo tiene nombre y ese es Maximiliano Franco, mientras que la tentación posee unos preciosos ojos marrones Alison Maxwell. Sensación pura y sentimientos explosivos, una combinación de juegos peligrosos. El lo tiene todo, no busca mas que vivir...