Capítulo 2

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   Ella se irguió en su lugar, y luego se dio la vuelta bruscamente, tenía los ojos verdes, profundos, y llevaba el cabello suelto, su tez era blanca, como la leche, tenía los labios carnosos pero la boca pequeña, su nariz era fina, ella debería medir un metro sesenta y cinco, pero con sus tacos un poco más, el vestido le quedaba como anillo al dedo, se amoldaba a sus pronunciadas curvas, sus hombros desnudos se bajaron al verle a él.

   Y entonces ella lo miró a él, que tenía el cabello oscuro y rebelde, sus ojos azules eran profundos, como un enigma, su cara era toda luz y sombras, un metro ochenta y cinco calculaba ella, de seguro, llevaba un traje caro, observó ella, y luego se maldijo, claro que era caro. Él llevaba las manos en el bolsillo, y la miraba fijamente.

   Se estudiaron un tiempo, hasta que ella rompió el hielo.

   -Hola.

   Él la miro un momento más, y luego sacudió la cabeza, era hermosa, pensó.

   -¿Qué hace aquí?

   Ella se dio vuelta y miró el jardín.

   -Miro todo esto -dijo sin mirarlo aún.

   Él rió.

   -Debería entrar.

   -Usted también.

   -No le he hecho nada.

   -Qué bien, no me importa.

   Él la miró perplejo, nadie nunca le había hablado así.

   -¿Quiere tomar algo?

   -No, gracias.

   Él extendió una mano.

   -Alexander McFly.

   Alexander.

   Alexander.

   Alexander.

  Ella la estrechó.

   -Chantal Lawrence.

   Chantal.

   Chantal.

   Chantal.

   Sus nombres resonaban en sus cabezas una y otra vez.

   Era un nombre hermoso, pensó él, como ella. 

   -Entonces... -comenzó él, pero en ese momento, salió Souffiane.  

   -Buenas noches -le dijo a ella, y ésta inclinó la cabeza y entró adentro, Souffiane le dio una sonrisa altanera a Alex.

   - ¿Qué quieres Souffiane?

   -Yo...

  -Me has interrumpido en plena charla, debería ser importante.

   -Alex, yo sé porque hago las cosas...

   -Bueno, pues yo también, y quería hablar con esa chica.

   Souffiane rodó los ojos.

  -Yo creo que querrás ver a la chica que tengo por mostrarte.

   -Yo creo que no.

  Souffiane agarró el brazo de Alexander y tiró de él, le guió entre la multitud de personas, pasó entre muchísimas damas, y entre muchísimas candidatas posibles para Alex, hasta llegar a la chica, Souffiane creía que ésta chica es la indicada, en realidad él creía que todas eran indicadas, pero ésta era especial.

   Bianca se dio la vuelta, y dejó ver su cabello castaño claro, sus ojos azules, sus mejillas sonrojadas y sus labios grandes.

   Era bella, pero no como Chantal.





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