Ella se irguió en su lugar, y luego se dio la vuelta bruscamente, tenía los ojos verdes, profundos, y llevaba el cabello suelto, su tez era blanca, como la leche, tenía los labios carnosos pero la boca pequeña, su nariz era fina, ella debería medir un metro sesenta y cinco, pero con sus tacos un poco más, el vestido le quedaba como anillo al dedo, se amoldaba a sus pronunciadas curvas, sus hombros desnudos se bajaron al verle a él.
Y entonces ella lo miró a él, que tenía el cabello oscuro y rebelde, sus ojos azules eran profundos, como un enigma, su cara era toda luz y sombras, un metro ochenta y cinco calculaba ella, de seguro, llevaba un traje caro, observó ella, y luego se maldijo, claro que era caro. Él llevaba las manos en el bolsillo, y la miraba fijamente.
Se estudiaron un tiempo, hasta que ella rompió el hielo.
-Hola.
Él la miro un momento más, y luego sacudió la cabeza, era hermosa, pensó.
-¿Qué hace aquí?
Ella se dio vuelta y miró el jardín.
-Miro todo esto -dijo sin mirarlo aún.
Él rió.
-Debería entrar.
-Usted también.
-No le he hecho nada.
-Qué bien, no me importa.
Él la miró perplejo, nadie nunca le había hablado así.
-¿Quiere tomar algo?
-No, gracias.
Él extendió una mano.
-Alexander McFly.
Alexander.
Alexander.
Alexander.
Ella la estrechó.
-Chantal Lawrence.
Chantal.
Chantal.
Chantal.
Sus nombres resonaban en sus cabezas una y otra vez.
Era un nombre hermoso, pensó él, como ella.
-Entonces... -comenzó él, pero en ese momento, salió Souffiane.
-Buenas noches -le dijo a ella, y ésta inclinó la cabeza y entró adentro, Souffiane le dio una sonrisa altanera a Alex.
- ¿Qué quieres Souffiane?
-Yo...
-Me has interrumpido en plena charla, debería ser importante.
-Alex, yo sé porque hago las cosas...
-Bueno, pues yo también, y quería hablar con esa chica.
Souffiane rodó los ojos.
-Yo creo que querrás ver a la chica que tengo por mostrarte.
-Yo creo que no.
Souffiane agarró el brazo de Alexander y tiró de él, le guió entre la multitud de personas, pasó entre muchísimas damas, y entre muchísimas candidatas posibles para Alex, hasta llegar a la chica, Souffiane creía que ésta chica es la indicada, en realidad él creía que todas eran indicadas, pero ésta era especial.
Bianca se dio la vuelta, y dejó ver su cabello castaño claro, sus ojos azules, sus mejillas sonrojadas y sus labios grandes.
Era bella, pero no como Chantal.
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Un Millón De Estrellas
Short StoryCuando dos almas rotas están destinadas a encontrarse, dos personas que no quieren ni deben sentir, dos seres que buscan más de lo que tienen, ¿Podrían quererse? ¿Podrían empezar a curarse entre ellos? Y es que muchas veces tenemos toda una vida...