Capítulo 22

32 2 0
                                    

   Tose una última vez, sangre, cada vez más sangre, y ha bajado tanto de peso, parece una calavera, pero no sabe por qué.

   Pero es su boda y no puede fallarle a nadie.

   Está totalmente de blanco, su vestido es como el de alguna princesa , y es que ella lo es, y está totalmente bordado, su suegra lo quiso así, a ella ni siquiera le importó, lleva un recogido muy prolijo, y sus labios muy rojos, no se ven sus pies por su vestido, y aun así lleva unos zapatos blancos, en su mano lleva un ramo de rosas blancas, que simbolizan pureza, toda ella simboliza pureza, pero a ella nunca le gustó eso, para ella el blanco es sólo un color vacío.

   Están en el jardín de la mansión de Harry Hamilton, su prometido, próximamente esposo. El lugar está lleno de personas asociadas a la realeza, ella será una reina, pero ella no conoce a nadie allí.

   Está mirando por la ventana, entre cortinas y ya todo está listo, Harry está allí, Mark está allí, Alexander está allí.

   Tose una vez más.

   -Chantal, ya está todo, debes venir.

   Es una mujer rubia, aunque Chantal la imagine como si fuese Ania Debay. Tal vez Ania haya marcado una muy buena parte de su vida y sea también muy importante, pero el que ella esté allí sorprende a Chantal.

   -Está bien –sonríe.

   Y suena su música, es algo lenta, y Chantal está algo mareada, mira a todos y sonríe, no puede parar de sonreír, todo parece de fantasía, tanta luz, le parece todo más brillante, y puede que esté viendo a Ania por allí cerca, con un pequeño bebé en sus brazos, y Mark solo la mira a ella, y puede que vea a sus padres, a quienes no vio desde que tenía ocho años. Su madre está tan hermosa como siempre, y su padre, parece llorar de felicidad.

   Y mira a Alexander y ve a Harry, y lo entiende, sí que está haciendo lo correcto, se da cuenta que todo ha sido una confusión, ella nunca amó a Alex, fue todo porque parecía interesante, misterioso, pero, ¿Qué era entonces lo que ella estaba sintiendo?, y allí sí está el amor de su vida, parado frente a ella, esperándole, y es Harry, y no puede parar de sonreír, y falta solo la mitad del camino, y...

   -¿Chantal? –Alex tiene una mirada de susto.

   Y siente algo que está saliendo de su nariz, levanta su mano, es sangre, Harry y Alex corren hacia ella, pero ya es muy tarde, tose y gran parte de su vestido se mancha, vienen más personas para socorrer.

   -Yo...

   -No te vayas –Harry está desesperado.

   -No te puedes ir –Exclama Alexander.

   -Te amo, siempre te amé, y puede que no lo creas, y puede que no quieras mi amor, pero no puedo regalarte otra cosa que no sea mi corazón.

   No está mirando a nadie, ambos piensan que es para uno de ellos, sólo ella sabe para cuál es en verdad.

  -Tú si sabes amarme.

   Y eso fue todo, su último aliento, su corazón tan grande, que tanto sintió, deja de latir, sus manos que tanto tocaron dejaron de buscar, sus ojos que tanto vieron dejaron de ver y esa dulce boca, que tanto probó, dejó de pertenecer.

   Su alma se fue, su recuerdo se va a quedar.

Un Millón De Estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora