Capítulo 19

31 2 0
                                    

   -Está muriendo, no le queda mucho tiempo.

   -Tal vez esté confundido.

   -¿No ha tenido usted, estos últimos días, mucha tos?

   Ella lo piensa, tal vez sea probable, pero es demasiado terca como para aceptarlo, no le haría caso.

   -Podría ser un simple resfriado.

   -Se lo dejaré a su cargo, pero si tiene algún síntoma más, avíseme.

   -Lo haré Doctor, no se preocupe.

   Chantal sale de la sala y tose sobre su pañuelo blanco, sangre, no quiere decirlo porque ella se siente fuerte, no hay tantos casos en Franntale, pero oyó que había algunos en otros países, ¿Qué será de ella sí fuese esto cierto?

   -¡Oye!

   No podía ser. Esa era su voz, la voz que menos quería escuchar, todo lo que ella odiaba, todo lo que ella amaba. Su corazón iba a un ritmo que no era normal. Pero es que él no era normal.

   -¡Chantal, detente!

   Con el corazón hecho trizas Chantal se gira.

   -¿Qué quieres?

   -Hola, yo también te extrañé.

   -¿Qué quieres?

   -Tranquila, no estoy siendo grosero contigo.

   -Bueno –Y se gira.

   -¡Chantal!

   -¿Qué ocurre? –Pregunta al mismo tiempo en que ella gira.

   -Sólo quería invitarte a una cena –Toma aire- Quiero hablar contigo.

   -Estoy comprometida, Alexander.

   -Sólo hablar.

   Y aunque el corazón de ambos estaban hechos trizas, se hacían los fuertes, como si fueran invencibles, se creían eso, pero no lo eran.

   Chantal se gira y comienza a andar.

   -Sólo una oportunidad, no intentaré conquistarte. –Pero eso era justo lo que quería hacer.

   -No me hagas más esto, es siempre lo mismo, te vas y vuelves, y yo me tengo que quedar esperándote. No lo hago más, no lo haré más.

   -Son tiempos difíciles.

   -Ya lo sé.

   -¿Aceptas?

   -Sí. Pero solo hablaré y será la última vez.

   -Está bien. Mañana a las ocho de la noche, yo te iré a buscar.

   -Está bien.

   -Te amo.  

   Chantal solo quiere llorar, pero lo que hace es lo contrario, ríe y lo mira de forma burlona, da media vuelta y se va. Alexander la ve alejarse, su corazón está en el piso.



   Esa noche ninguno de los dos pudo dormir, Chantal porque estaba con Harry, Alexander porque estaba con Bianca, y aunque sus almas estaban ahí, a tan poco, era demasiado, ellos estaban totalmente sincronizados, totalmente amarrados, ¿Esto era una bendición? Porque parecía la perdición más grande del mundo.

   Muchas veces buscamos el amor, y cuando creemos encontrarlo nos entregamos completamente, y aunque a veces estemos errados, a veces no lo estamos, y cuando el amor se va, o tu amor se va, no tenemos otra opción más que sufrir, amar en silencio, a nadie más que a ti te importa, a nadie más que a ti le interesa, tal vez puedas reemplazarlo o vivir con él, pero hay de esos amores que están ahí pero no contigo, son secretos pero no demasiado, esos amores que saben que se están matando, o que se están reviviendo, en los que ninguno sale perdiendo ni ganando, en los que lo más vital es existir, sólo existir. Muchas veces no vives para ti, vives por él, por el amor. 

Un Millón De Estrellas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora