Capítulo 20

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   Chantal está esperando en la plaza, con un vestido rojo hasta el piso, contrastaba con su piel blanca y sus ojos claros, tal vez el la deje plantada, piensa, otra vez.

   Alexander fue a la plaza caminando, llevaba su traje negro, casi todos eran iguales al fin y al cabo, pero esa noche, ese se sentía especial.

   Y ella lo ve, y lo sabe, no podrá vivir mucho tiempo sin él.

   No hay nadie en las calles, nadie que importe demasiado, y ella se levanta caminando lentamente, él la alcanza le toma la mano y la besa, la besa como si no hubiese mañana, se siente diferente, siempre se siente diferente, no es como todas las otras bocas, no es como todas los otros cuerpos, y aunque no sepan nada ni del uno ni del otro, se están estudiando, no de todas las maneras, pero se quieren entender, se quieren amar, se quieren consumir.

   Él sonríe un poco, y ella mucho, él y ella caminan lentamente por las calles, y llegan hasta un restaurante que seguía abierto, aunque no había ningún cliente, aun así pasan, y antes siquiera de sentarse un hombre viene a pedirles una fotografía, y ellos aceptan, Chantal no se aguanta y le mira al momento de la fotografía.

   -Son diez frenns, amigo.

   -Revélala y tráemela –Y le pasa el dinero.

   Piden cualquier cosa, pero ninguno puede comer.

   -Te amo.

   -Ya me lo dijiste.

   -Tú no me lo has dicho.

   -Me caso este fin de semana.

   -Yo en dos semanas.

   -Irás a mi boda.

   -Sí.

   -Yo no iré a la tuya.

   -¿Por qué?

   -Ese día no me sentiré bien.

   -¿No quieres ir? 

   -No lo soportaré.

   -¿Por qué?

   -Porque te amo.

   -Yo... 

   -Me has dicho muchas veces que me amas, y aun así me has roto el corazón.

   -Te estaba mintiendo, ahora no.

   -¿Cómo lo sé?

   -Ten fe.

   -No puedo, no te creo.

   -Sólo hazlo.

   -Lo intentaré.

   Se estudian, y se dan cuenta de lo que necesitan, pero no es muy lógico, ¿Acaso el amor de verdad es en realidad sólo hacer el amor todo el tiempo? ¿Acaso no importa todo lo demás? ¿Estaban ellos demasiado confundidos?

   -Quiero mostrarte algo.

   -Adelante.

   Alex paga la cuenta y la lleva, aun caminando, a un bosque, no de los bosques tenebrosos, uno de los que no son tan tupidos, caminan dentro de él, hasta que encuentran un claro.

   -Recuéstate Chantal.

   -No quiero hacerlo.

   Y entonces él la besa, ella sigue su paso, pero al final terminan acostados, y él ríe.

   -¿No que no querías? 

   Chantal suelta una risa delicada y mira el cielo, estaba tan hermoso. Y Alex la mira a ella, estaba tan hermosa.

   -Chantal.

   -Alexander.

   -Mira el cielo.

   -Lo estoy haciendo.

   -Sólo mira las estrellas, míralas todas.

   -Hay muchísimas, todas son tan hermosas.

   -Cariño, todas esas estrellas te las regalo, hay un millón de estrellas para ti, y un millón de besos para mí.

   Ella no puede evitar sonreír, y no puede evitar hacer lo que él dijo, darle esos un millón de besos.



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