Capítulo 4

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   -¿Me recuerdas quién organiza todo esto?

   El conductor del automóvil soltó un resoplido.

   -El señor Peter Grayson.

   -Sabes que tendrás que decírmelo de nuevo, me olvidaré de su nombre antes de llegar.

   El conductor sólo asintió.

   Treinta y ocho minutos, eso fue lo que el viaje duró y ni siquiera se había dado cuenta. Amaba las fiestas de otras personas, y esa era la parte buena de su cargo pues le invitaban a todos los eventos, el problema era que algunos eran muy aburridos, pero en la mayoría de estas fiestas conseguía una conquista.

   El conductor salió y rodeó el automóvil hasta llegar a la puerta de Alexander y abrirle, luego subió y llevó el vehículo.

   Alexander fue el mejor recibido de la noche, una multitud de personas alrededor de él como garrapatas, él solo fue tomando bebidas con moderación y coqueteando, así fue durante media hora, y la gente seguía llegando como hormigas.

   Él estaba hablando con Harry y Mark, éstos tenían casi la misma edad que Alex, porque aunque suene estúpido y aunque sea estúpido sus madres se habían puesto de acuerdo para embarazarse, ya que eran amigas, ellos también estaban con el gran peso del trabajo de sus padres por heredar, eran los mejores amigos de Alex, pero, entonces Harry y Mark se callaron repentinamente mirando sobre los hombros de éste, Alex dio media vuelta para ver que ocurría y vio a Chantal entrar del brazo de Ania Debay, todos conocían a ésta última por sus severos cambios de humor, lo cual era muy molesto, y también porque te dejaba en claro cuando hablaba que el dinero era lo mejor de la vida. Chantal llevaba un vestido azul marino simple, que era muy estrecho en la cintura y abierto en los hombros, llevaba el cabello suelto y muy poco de maquillaje, lo justo como para verse espléndida. Ania llevaba un vestido amarillo que era totalmente abierto en la espalda, llevaba aretes y un collar a juego, y el cabello recogido a la altura de la nuca.

   Alex se giró hacia ellos y enarcó una ceja.

   -¿Por cuál de las dos babeáis?

   Harry y Mark cerraron sus bocas y miraron a Alex.

   -Por chica del pelo chocolate -dijo Harry.

   -Ania es simplemente hermosa -contestó Mark.

   Se miraron y sonrieron, siempre con gustos diferentes.

   -Jugaré con la trigueña. Tiene buen cuerpo, aunque tú no podrás hacer lo mismo Mark, esa rubia es la mujer más bipolar en toda Franntale*, además con su posición no podrías hacer nada.

   -Tal vez me case con ella Harry.

  -Tal vez lo hagas, pero...

   -Entendido -interrumpió Alex, y se giró a Harry- tú no le harás nada a esa dama.

   -¿Celoso?

   -No -la mente de Alex trabajaba rápidamente para una buena y razonable excusa para que su amigo no seduzca a Chantal- hagamos una apuesta.

   -¿Una apuesta?

   -Si, una apuesta, si logro hablar con ella hasta la media noche, yo gano. 

   Sus amigos entrecerraron sus ojos hacia él, sabían que algo Alex tramaba, lo conocían demasiado bien, pero ambos tenían curiosidad de ver el desenlace, tal vez Chantal terminaría siendo una amante, o incluso su esposa, tal vez una aventura de una noche, pero sabían que esa charla no se quedaría así.

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