Querido Alaric

Capítulo siete

(Especial narrado por Alaric)

- ¡ Ha llegado el correo ! - anunció emocionado uno de los soldados agitando la carta recibida.

Ansioso, me levanté del fango y me dispuse a llegar hacia él.

Pero una bomba llegó antes que yo.

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Conseguí abrir los ojos varios minutos después. El molesto pitido seguía martilleándome el cerebro.

Grité de dolor y me llevé la mano a la oreja derecha. No la retiré a pesar de sentir la sangre salir de ella, como si presionando el dolor se desvaneciera.Pero no era así.

A pesar de ello, tuve que incorporarme, poco a poco, y ponerme en pie.

Cuando conseguí enfocar la vista y miré a mi alrededor, me llevé las manos a la boca, reteniendo el vómito que amenzaba con salir de mi garganta.

- ¡ ALPHONSE ! -grité con todas mis fuerzas al llegar junto a él, y me sorprendí al escuchar mi voz como un débil susurro- Vamos, pequeño Alphonse..- recé tomándole el pulso, que hacía tiempo que se había ido. Apoyé mi cabeza encima de él, ignorando la escena de sus piernas cortadas por las rodillas y la sangre que aún salía de ellas.

Me vi obligado a abrirle las manos y coger las cartas que con tanta fuerza apretaba.

Una de ellas tenía mi nombre.

Esposa ha muerto.

El pequeño no sobrevivió.

Necesito un favor.

Busque a Alphonse Kraus.

Me eché a llorar como un niño mientras mi corazón se rompía en pequeños pedacitos y mi garganta se desgarraba con mis gritos de dolor, gritos que no conseguía oír.

Levanté la vista y entre las lágrimas observé el rostro de mi querido amigo;

Alphonse todavía mostraba una sonrisa emocionada mientras le cerraba los párpados de los ojos.