Capítulo veintinueve

1.1K 122 5
                                    


Alaric no pudo hacer más que observar cómo la luz de Brigitte se apagaba poco a poco.

La muchacha que una vez fue, tan alegre, tan risueña, había sido sustituida por un fantasma que vagaba por la casa sin expresión alguna.

Y lo peor, era que él no podía hacer nada por ayudarla. Porque ella no aceptaba que la consolaran. Estaba tan enfadada, aquello era tan injusto, que se megaba a hablar con nadie.

Pasaron los días, y Brigitte se encerró en si misma.

Hasta que él explotó.

- Mírame - le ordenó acercándose a ella furioso. Como siempre, lo ignoró - ¡ Mírame, Brigitte !

Esta vez, ella levantó la mirada, asustada por el tono en el que le había gritado.

- ¿ Crees que yo no he sufrido, eh ? - la agarró del brazo para obligarla a no apartar la mirada - por si no lo recuerdas, luché durante dos años en el frente. ¿ Piensas que no he perdido a nadie que me importara ? Vi morir a decenas, a cientos de amigos delante de mis ojos, sin yo poder hacer nada para evitarlo - Brigitte se removió incómoda, sintiéndose algo culpable por haber estado ausente tanto tiempo - ¡ Perdí a mi mujer, a mi propio hijo ! - gritó desquiciado, soltando una risa histérica que preocupó a la joven - pero no dejé de luchar. Si quiero un mundo mejor, tengo que hacer algo para conseguirlo - él levantó delicadamente el rostro de Brigitte, y acarició su mejilla - me niego a ver cómo dejas de vivir. Simplemente, no puedo. Así que cuando estés lista para volver a la vida, para seguir adelante, ya sabes donde encontrarme.

Brigitte abrió la boca para llamarle, para decirle que lo sentía y que lo necesitaba junto a ella más de lo que pensaba, pero la puerta ya estaba cerrada.

Alaric se había ido.

Querido AlaricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora